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El conocimiento de la historia ayuda a entender el presente

El conocimiento de la historia ayuda a entender el presente

Donald Nuechterlein

Traducción de Rose Mary Salum

Los europeos a menudo comentan que los estadounidenses tienen poco conocimiento de la historia y carecen de perspectiva para la evaluación de la política exterior. Los estadounidenses replican que los europeos se preocupan demasiado por la historia y descuidan la realidad del mundo actual.

Hay algo de verdad en ambos puntos de vista. Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos surgió como una potencia global, repentinamente necesitó comprender la historia y las culturas de muchos países para apoyar su nuevo papel de liderazgo. Los europeos aceptaban esto a regañadientes porque el continente estaba en una situación desesperada, tras cinco años de guerra y ocupación, y necesitaban urgentemente la ayuda estadounidense.

Muchas universidades norteamericanas, incluyendo la Universidad de Virginia y la Universidad de Michigan (mi alma mater), se enfrentaron a una gran demanda de cursos de historia y ciencias políticas así como de estudios europeos, latinoamericanos y asiáticos. Ninguno de ellos se había impartido antes de la guerra. Nuevos profesores tenían que ser contratados para enseñar estos cursos con el fin de dar cabida a la numerosa afluencia de veteranos que regresaron de la guerra en Europa y el Pacífico.

El Departamento de Estado estableció el Instituto del Servicio Exterior para formar un cuerpo diplomático ampliado en las lenguas y culturas de muchos países extranjeros. También lanzó un ambicioso programa de investigación que produjo estudios sobre las historias, la política y las condiciones económicas de casi un centenar de países en los que Estados Unidos planeaba establecer programas de ayuda económica y proporcionar equipo militar para reforzar las defensas.

Con esta amplia expansión de estudios de área y lenguas extranjeras, se prestó menos atención e interés al estudio de la historia y la política de Estados Unidos y de la política exterior. Hoy en día, los profesores que se especializan en la política exterior de EE.UU. encuentran que muchos de sus estudiantes no están adecuadamente preparados en la historia de Estados Unidos para entender la complejidad de los problemas de política exterior. Algunos estudiantes que adquieren créditos de estudios avanzados carecen de conocimiento de la historia de los Estados Unidos.

Por ejemplo, muchos estudiantes hoy en día no saben que la guerra de 1846-1848 con México, que amplió  el territorio de los Estados Unidos en el oeste, afecta hoy a las relaciones entre Estados Unidos y México. Todo estudiante mexicano conoce bien esta historia y explica la opinión expresada por un diplomático cuando se le preguntó por qué México no restringe el flujo de inmigrantes ilegales a Estados Unidos: “Porque están yendo a casa”, dijo con una sonrisa.

Del mismo modo, muchos estudiantes ignoran que la guerra hispanoamericana en 1898 impulsó la transformación de Estados Unidos medio siglo antes de la Segunda Guerra Mundial. La adquisición de posesiones españolas en el Pacífico Occidental, incluidas las Filipinas, convirtió a los Estados Unidos en una superpotencia del Pacífico y lo condujo a la guerra con Japón en 1941.Donald_Trump_August_19,_2015_(cropped2)

La deficiencia en la apreciación de la historia americana aparece en el actual debate, es decir, porqué el Colegio Electoral, y no el voto popular, decide al ganador de las elecciones presidenciales del 2016. ¿Por qué Hillary Clinton, que recibió casi tres millones más de votos a nivel nacional que Donald Trump, no es el presidente electo?

La respuesta es el federalismo, el fundamento de nuestro sistema constitucional que otorgó a los estados poderes específicos en relación con el gobierno federal. Uno de ellos fue la elección indirecta del presidente; otro daba a cada estado dos senadores independientemente de la población. Sin estos compromisos, la Constitución no habría sido ratificada por los estados.

Los estadounidenses tienen razón en poner mayor énfasis en tratar de lidiar con el presente y no preocuparse por el pasado. Pero como el gobierno de Trump tomará las riendas del poder en tres semanas, no debe rechazar las lecciones de la historia, ya sea aquí o en el extranjero, en la formulación de una política exterior sabia y eficaz.


Posted: January 3, 2017 at 9:41 pm

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