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Godzilla es un monstruo tan poderoso que no lo matan ni siquiera las malas secuelas

Godzilla es un monstruo tan poderoso que no lo matan ni siquiera las malas secuelas

Jaime Perales Contreras.

Godzilla (1954) fue el primer filme japonés de ciencia ficción; también fue la película más cara que hasta la fecha se había realizado en Japón.  Godzilla, o Gojira, como igualmente se le conoce, costó un millón de dólares de la época, diez veces más que cualquier filme del momento de ése país.

La película del feliz lagarto pantagruélico fue visto en un principio como una imitación del filme The Beast from 20,000 Fathoms (1953) (El monstruo de tiempos remotos), una bestia descomunal que es despertada por la prueba de una bomba atómica en el ártico y que se dedica como tranquilo pasatiempo aterrorizar a la ciudad de Nueva York.

El monstruo de tiempos remotos se basó en la narración del famoso escritor de ciencia ficción Ray Bradbury, y que tuvo como estilista de efectos especiales a Ray Harryhausen, quien se formó trabajando al lado de Willis H. O´Brien, el creador de King Kong (1933), y de quien también Godzilla tomaría elementos de este apuesto simio enamorado de las damiselas en apuros.

De hecho, Godzilla, según el crítico de cine J. Hoberman, combina los términos japoneses gorira (gorila), con el de kujira (ballena); es literalmente Moby Dick en la época atómica. El monstruo encarna todos los males, temores y vicios de Hiroshima y Nagasaki en una época que se calificó de atomofobia.

El director del primerísimo filme de Godzilla fue Ishiro Honda, protegido del legendario director Akira Kurosawa, y quien tuvo también la fortuna de trabajar con Eiji Tsuburaya,  genio de los efectos especiales del Japón de la época, quien haría posteriormente una muy lucrativa carrera en televisión al crear al héroe dorado y escarlata, destructor de monstruos y villanos intergalácticos, llamado Ultramán (1963).

Godzilla representó a un grupo de películas de la época que trataron el tema de la bomba atómica desde distintas perspectivas como Nagasaki after the Bomb (1952), Pictures  of the Atomic Bomb (1952), Children of Hiroshima (1953) y del filme del propio Kurosawa I Live in Fear (1955). Todas excelentes, algunas fueron criticadas por diferentes grupos, como el sindicato de maestros de Japón, por no  repudiar con suficiente énfasis a los Estados Unidos.

El filme de Kurosawa y el de Honda fueron producidos por los estudios Toho. El primero, desafortunadamente, fue un fracaso de taquilla; mientras que el rotundo éxito de Godzilla, por su parte, convirtió al monstruo en prácticamente un héroe nacional.  De hecho, la publicidad de la época afirmaba de manera desafiante, con respecto a su contraparte norteamericana: El filme que hace ver a King Kong como un enano: ¡Godzilla, rey de los monstruos!

La versión norteamericana, Godzilla rey de los monstruos (1956), editó 45 minutos de la versión original japonesa, e introdujo al actor Raymond Burr, famoso por su legendaria actuación televisiva de Perry Mason, el abogado criminalista que jamás perdió un caso ante la Corte y doblada enteramente al inglés.

Con más de 28 secuelas japonesas, (unas buenas, otras malas, y otras peor que malas),   tres versiones norteamericanas y una serie de dibujos animados, Godzilla ha alternado ser un héroe y un villano en sesenta años de existencia fílmica.

Ahora,  el nuevo Godzilla (2014), distribuido recientemente por la Warner, combina la postura de un monstruo menos oscuro que en sus épocas de inicio. El nuevo filme desarrolla a un Godzilla que se convierte en el salvador del mundo. No es la primera ocasión en que ocurre esto. Los enterados en el tema suelen dividir sus películas en distintas etapas en donde la creatura de ser una letal máquina de destrucción se convierte en un superhéroe antropomórfico. Esta nueva versión articula, en cierto modo, un tono optimista. Las creaturas, por cierto, que comparten los coestelares tienen ese je ne sais quoi de los insectos  antediluvianos que aparecen en Godzilla contra Megaguirus (2000), uno de los filmes más flojos en taquilla de la franquicia.

¿Acaso Godzilla se ha banalizado después de aquella memorable aparición que se dio en la década de 1950? Quizá. La primera versión se ha convertido en un filme de culto y hasta ha sido adoptada por The Criterion Collection, una especie de selectísima colección de filmes clásicos, como The Library of America, para los Estados Unidos, o La Pléyade, para Francia, en materia de libros y de literatura.

Asimismo, en este tipo de filmes, como diría Guillermo del Toro, el público va a ver al monstruo y se olvida completamente de los actores. Por esa razón, con excepción de algunos cuantos, en películas como Godzilla, las estrellas no importan, sino aquellos anónimos técnicos de efectos especiales que se sumergen en los famosos,  incómodos y pintorescos trajes de latex y que destruyen, como si estuvieran jugando, tanques, aviones y edificios en miniatura.

Godzilla, por ello, es un monstruo tan poderoso que no lo matan ni siquiera las malas secuelas.

Grrrr.


Posted: May 20, 2014 at 4:49 pm

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