Film
Inferno

Inferno

Jaime Perales Contreras

El primer libro de la Comedia de Dante Aligheri es el tema subyacente de la nueva película de Ron Howard. Basada en el best-seller de Dan Brown, Howard completa la trilogía narrativa del autor estadounidense iniciada con El código Da Vinci (2006), Ángeles y demonios (2009) y ahora con Inferno (2016).

La película plantea la cruel y radical solución del general aspirina. Es decir, cuando alguien tiene dolor de cabeza, se tiene que cortar la cabeza. Esto ocurre con la temática de Inferno. Según nos relata el filme, dentro de pocos años no habrá suficiente comida para la población en el mundo de acuerdo a cálculos matemáticos realizados por el satánico multimillonario Bertrand Zobrist (Ben Foster) creador de Inferno, una letal bomba biológica que pretende acabar con buena parte de la población en el mundo.

Nuevamente en la película vemos a Tom Hanks encarnar por tercera ocasión al experto en semiótica de la universidad de Harvard, Robert Langdon, quien despierta en el filme a mitad de la noche en un hospital en Florencia, Italia, con una herida de bala en la cabeza y sin recordar nada de las últimas 36 horas. La única clave que tiene es la posesión de un proyector en miniatura que muestra una versión modificada del mapa del Infierno de Dante de Sandro Botticelli.

Langdon es supuestamente ayudado por la joven doctora Sienna Brooks (Felicity Jones), quien lo acompaña a través del Palazzo Vecio, los jardines Boboli y el Duomo, para encontrar la bomba astutamente oculta por Zobrist en uno de aquellos lugares históricos.  Solamente se puede hallar la ubicación de esa amenaza a través del buen conocimiento de la Divina Comedia.  ¡Una deslumbrante fantasía para alguien que estudia literatura y humanidades!

El planteamiento de la película, como la novela de Brown, es deliciosamente confuso y en donde se observa que nadie es quien realmente dice ser.  Incluso el título y las primeras secuencias de la película sugieren engañosamente que el espectador va a presenciar un filme del género de horror y no de acción y aventuras.

A diferencia de El Código Da Vinci y de Ángeles y demonios en donde las películas recibieron generalmente críticas negativas por considerarlas aburridas; en Inferno, Ron Howard trata de corregir el problema de la lentitud que se dio con sus dos anteriores filmes de esta trilogía dosificando astutamente la acción en la película

.Con respecto a la literatura llevada al cine, para aquellos curiosos de las diferencias entre la novela de Brown y la película de Howard, ambas tienen variaciones importantes, sobre todo con el virus creado por el millonario frenético que pretende acabar con la población para, aparentemente, salvarla de sí misma. En la obra de Brown la solución es menos drástica. Por ello y para darle mayor fuerza dramática, Howard decide en su película cambiar el desenlace de la novela. 

Asimismo, los personajes femeninos de Sienna Brooks y de Vayentha (Ana Ularu), la bella y letal mujer que persigue a Langdon como si fuera Arnold Swarzeneger en Terminator, tienen diferencias sustanciales en la novela de Brown con respecto al filme.

De igual modo, en la novela Elizabeth Sinskey (Skise Babet Knudsen), directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyas siglas en inglés se deletrean como WHO (¿quién?), no es una antigua flámula amorosa de Robert Langdon, como ocurre en la película.

Como Umberto Eco en El nombre de la rosa, Arturo Pérez Reverte en El Club Dumas y Daniel Pearl con su Club Dante, Brown intenta heredar el estilo laberíntico de Jorge Luis Borges al utilizar la supuesta erudición y la falsa intertextualidad para conducir al lector y, en este caso, al espectador, a la solución del problema.

Inferno es el producto mejor logrado de esta triple colaboración Ron Howard/Tom Hanks/Dan Brown. Al entrar al cine no abandone sus esperanzas de ver una buena película. La cinta de Howard, además, es un filme que produce una grata satisfacción visual, sobre todo, para aquellos que no hemos tenido la oportunidad de visitar Florencia y Venecia.

Jaime Perales. Escritor, ensayista y comunicador. Trabajó durante doce años en la Organización de Estados Americanos (OEA), en la sede en Washington, D.C., en las áreas de Democracia y Seguridad humanitaria. Su trabajo de investigación ha abordado diferentes aspectos de la obra de Octavio Paz y de las revistas Plural Vuelta. Entre sus distinciones, ha obtenido la John William Fulbright Scholarship, la beca del Consejo Británico y la del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).


Posted: November 17, 2016 at 11:56 pm

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *