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Las páginas más hermosas en Bolonia
COLUMN/COLUMNA

Las páginas más hermosas en Bolonia

Socorro Venegas

Lo primero que percibo al entrar en la Feria del Libro Infantil de Bolonia, en Italia, es el olor de los libros. El olor del papel. El aroma que promete los libros más asombrosos de todo el mundo. De verdad: de todo el mundo. Ésos que sorprenderán a los niños con propuestas que llevan la historia y la ilustración a territorios límite. Que además ponen de manifiesto el talento de los editores, su osadía. Por eso cada año se entrega aquí un premio a la mejor editorial de libros para niños en cada región del mundo. México ha resultado ganador en su región –que extrañamente es Centroamérica–. La magnífica Ediciones Tecolote, dirigida por Cristina Urrutia, ha traído este galardón a casa, como hace sólo cuatro años lo hizo Peggy Espinosa, de Petra Ediciones.

No hay otro lugar en este planeta que reúna una vez al año, en el mismo lugar, a los editores de J.K. Rowling, Wolf Erlbruch o Shaun Tan, estrellas por donde se les mire. Se trata de una feria de profesionales, quiere decir que aquí se viene a negociar la compra y venta de derechos, con agendas que se acordaron meses atrás y llenas de citas que duran media hora cada una. Tampoco quiere decir que los editores llegan con una chequera a comprar. En general lo que ocurre es que se piden PDF´s, traducciones al inglés de algunos capítulos para dictaminar. Y muchas veces las gestiones de meses atrás se formalizan aquí con una cena.

Por otro lado, aún es incipiente la venta de derechos en las editoriales mexicanas, pero es una labor en la que el gremio se une bajo el amparo de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, se elabora un catálogo conjunto y hay una agente que lo promueve. El stand también es colectivo y sólo se exhiben ahí justamente los títulos cuyos derechos están disponibles.

©Michiko Chapui

En la feria de Bolonia no hay niños corriendo por doquier, de hecho su entrada está prohibida. Lo que vemos es editores, agentes, autores y muchos jóvenes que muestran sus carpetas de ilustración para darse a conocer. Hay exposiciones, una de ellas, quizá la más significativa, es la de obras seleccionadas para un catálogo anual que la feria publica y donde esta vez eligieron obra de la mexicana Julia Díaz y del español afincado en México, Jesús Cisneros.

Hace un  año, en el hotel donde me hospedaba, conocí a una editora argentina que me decía lo gracioso que le parecía reunirse con señores muy serios que le ofrecían libros y para eso le contaban las historias, que traducían de distintos idiomas y que podrían ser acerca de un perrito cansado y con hambre, o un oso de peluche extraviado en un aeropuerto, etcétera. Es verdad. Y sin embargo, nada hay más serio que un libro para niños bien editado. Un libro que emerja de una difícil sencillez y muestre la complejidad de un mundo donde existen las pérdidas, los accidentes, la tristeza. O que diviertan y alegren con inteligencia e ingenio.

Me encantaría saber, por ejemplo, qué pensaron los editores a los que se propuso Ente, Tond und Tulpe (publicado en español como Pato y la muerte,) del escritor e ilustrador alemán Wolf Erlbruch. Uno de mis libros favoritos. Hace mucho tiempo que se sabe que los más jóvenes lectores pueden digerir cualquier tema que les sea presentado con respeto hacia su sensibilidad e inteligencia. ¿Pero una historia donde un pato recibe la visita de la muerte, que es ella misma, esquelética, un cráneo pelón, blanca color hueso y siempre atemorizante? Al pato le da miedo, por supuesto. Pero entre estos dos personajes surgen un diálogo y una historia sencillos y profundos. Nunca condescendientes con sus lectores. Tal vez ni siquiera es un libro sobre la muerte, sino sobre la vida: “de los accidentes se encarga la vida.”, escribe Erlbruch. Literatura de la mejor. Y es para niños, y para cualquiera capaz de apreciar la belleza. Otra razón para buscar este título es que en México fue publicado precisamente por Tecolote. 

En este mundo donde el libro álbum tiene una presencia estelar, queda claro que el olor del papel recibirá por muchos años más a los editores en Bolonia. Aquí mismo, hace unos siete u ocho años, la feria quiso ponerse al día. Prepararse, probablemente, para esa ola que se llevaría las páginas impresas, las tintas, un escenario donde prevalecería el libro electrónico. Hubo entonces dos congresos sobre ese tema, con expertos de todo el mundo. Estuve en uno. El segundo redundaba, vi el programa pero no me inscribí.  Aparte de algunas mejoras tecnológicas, no pasaba algo que permitiera pensar que se podría reemplazar esa lectura profundamente imaginativa, creativa, viva, que implica la doble página en el álbum, por ejemplo. No hubo más coloquios, aunque se mantienen conferencias sobre el tema dentro del programa de la feria, e incluso hay un premio para iniciativas de este tipo.

©Iraxte López de Munáin

En Bolonia además se recalca la importancia de toda la cadena del libro, ahí se anuncia al ganador del Nobel de la literatura infantil y juvenil: el Premio Astrid Lindgren que otorga el gobierno sueco, y que sólo una latinoamericana ha ganado: la argentina Isol. Y se anuncia también el premio IBBY Asahi de Promoción de la Lectura, patrocinado por la empresa periodística Asahi Shimbum de Japón.

Una feria intensamente viva, asombrosa como la ciudad que la aloja. Algo debe tener que ver que aquí se haya fundado la primera universidad europea. La primera vez que se abrió un cuerpo humano para enseñar anatomía a los estudiantes, fue en el Archiginnasio de Bolonia, un palacio del siglo XVI. Ahora, en su antiquísima biblioteca la feria lleva a cabo las entregas de premios a editores, escritores e ilustradores. Tan sólo el año pasado el genial Oliver Jeffers fue premiado, junto con San Winston, por el álbum Una niña hecha de libros, cuyas páginas son un verdadero homenaje al mundo de la imaginación y a los autores que la han defendido.

Pero son más, muchas más las páginas hermosas que se abrieron en Bolonia. Y vamos a encontrarlas muy pronto en las librerías.

 

*Ilustración de portada Juan Palomino

Socorro Venegas es escritora y editora. Ha publicado las novelas Vestido de novia (Tusquets, 2014) y La noche será negra y blanca (Era, 2009); los libros de cuentos Todas las islas (UABJO, 2003), La muerte más blanca (ICM, 2000) y La risa de las azucenas (Fondo Editorial Tierra Adentro, 1997 y 2002).  Ha recibido el Premio Nacional de Cuento “Benemérito de América”, Premio Nacional de Novela Ópera Prima “Carlos Fuentes”, Premio al Fomento de la Lectura de la Feria del Libro de León y el Premio Ciudad de México por el programa “El Fondo visita tu escuela”. Dirige las colecciones para niños y jóvenes del FCE. Su Twitter es @SocorroVenegas

 

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Posted: April 19, 2018 at 10:37 pm

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