Essay
YoSoy132 después de Atenco  De la Primavera Mexicana a un Verano Peligroso

YoSoy132 después de Atenco De la Primavera Mexicana a un Verano Peligroso

Carlos Puig

El 13 de mayo de 2012 me reuní con Enrique Peña Nieto. Era domingo. Yo estaba ahí como parte del trabajo de reporteo para un perfil del candidato priísta que me había encargado la revista Letras Libres. Ese día me tocaba entrevistarlo.

Llegó unos minutos tarde a la cita en su casa de campaña. Se disculpó. Venía de grabar un spot en donde abordaría lo que había sucedido apenas dos días antes en la Universidad Iberoamericana. Él y su equipo habían decidido abordar el problema de frente, el spot tendría imágenes de lo sucedido e insistiría que de ser elegido gobernaría escuchándolos a todos. Estaba de buen humor. Aunque sabían que lo del viernes no había salido bien no imaginaban que pudiera crecer demasiado. Orgullosos mencionaban el spot que acabbaan de grabar. ¿Quién mete escenas en su contra en un anuncio de tele? ¿Quién? Esa tarde, ni ellos ni yo imaginábamos que al mismo tiempo en muchas casas de la Ciudad de México un grupo de estudiantes de la Universidad Iberoamericana grababa su propio spot. Uno muy sencillo en el que ante la cámara mostraban su credencial de estudiantes y daban su nombre. El video comenzaba diciendo: “estimados Joaquín Coldwell, Arturo Escobar, Emilio Gamboa, así como medios de comunicación de dudosa neutralidad, usamos nuestro derecho de réplica para desmentirlos, somos estudiantes de la Ibero, no acarreados, no porros, y nadie nos entrenó para nada…” Ciento treinta y un estudiantes aparecían en el video que fue subido a internet el lunes 14 de mayo. Para ser solidarios con ellos sólo se necesitaba decir: Yo soy 132.

Y así nació el movimiento que marcaría la narrativa de la elección de julio del año pasado.

*   *   *

Lo sucedido el viernes 11 en la Universidad Iberoamericana es producto de una serie de eventos desafortunados para Peña Nieto y la acumulación de usos y costumbres de nuestros partidos y todas las universidades del mundo.

Me explico: como parte de la visita de Enrique Peña Nieto a la Ibero se había comprometido a visitar Radio Ibero, la frecuencia de FM que la Universidad de los jesuitas tiene en la ciudad de México. Un retraso en el evento anterior provocó que el equipo de Peña le pidiera a la estación suspender la entrevista, después de una negociación se acordó que Peña iría después del evento al auditorio principal de la Universidad.

En el auditorio esperaban a Peña grupos que estaban ahí con misiones específicas. Los priístas habían llenado parte del auditorio desde temprano para proteger a su candidato; afuera un grupo de estudiantes, en su mayoría de comunicación, llevaban días organizando una protesta que incluía máscaras, camisetas y consignas. Había tensión.

El grupo anti Peña había centrado su narrativa en los hechos sucedidos en Atenco al principio de su gestión como gobernador del Estado de México. El conflicto que se inició por la intención de Vicente Fox de construir un aeropuerto, terminó con un enfrentamiento entre la policía del Estado de México y pobladores de Atenco. Dos jóvenes murieron. Al final del evento, un grupo comenzó a gritarle ¡asesino!, ¡represor!, al candidato Peña Nieto.

Tomó el micrófono y contestó: “Antes de concluir, aunque ya lo había hecho, voy a responder a este cuestionamiento sobre el tema de Atenco, hecho que ustedes conocieron, y que sin duda, dejó muy claro la firme determinación del gobierno de hacer respetar los derechos de la población del Estado de México, que cuando se vieron afectados por intereses particulares, tomé la decisión de emplear el uso de la fuerza pública para restablecer el orden y la paz, y que en el tema, lamentablemente hubo incidentes que fueron debidamente sancionados, y que los responsables de los hechos fueron consignados ante el poder judicial, pero, reitero, fue una acción determinada personalmente, que asumo personalmente, para restablecer el orden y la paz, en el legítimo derecho que tiene el Estado mexicano de hacer uso de la fuerza pública, como además, debo decirlo, fue validado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Muchas gracias”.

La respuesta de Peña mereció algunos chiflidos y otros aplausos. Nada más.

Y en segundos, se tomó la decisión que marcaría la campaña. Peña pudo haberse dirigido directamente a la salida –unos metros apenas–y retirarse de la UIA. Pero decidió cumplir con su compromiso de ir a Radio Ibero. Para eso tuvo que cruzar caminando la explanada central de la Universidad donde se acumulaban los estudiantes que lo repudiaban. En los videos de aquel día, se nota cómo los estudiantes se van arremolinando en torno a Peña y su comitiva, de repente vuela un zapato. Al final de la explanada, Peña llegó a unas escaleras y subió a un tercer piso, donde se encuentra la estación. Grupos de estudiantes con consignas, sin embargo, comenzaron a bloquear las rutas de acceso al recóndito lugar de Radio Ibero.

Peña y su equipo se sintieron en una trampa. A las puertas de la radio decidieron que el candidato no entraría. Lo sacaron rápido por la misma escalera hasta el estacionamiento y se fue. Algunos de sus acompañantes sí pasaron a la radio y a otras radiodifusoras de la ciudad y tuvieron expresiones bastantes desafortunadas contra los estudiantes de la Ibero.

*   *   *

Importa recordar cómo arrancó el movimiento porque si no, es más complicado entender su decaída. Unos días después, tanto en la UIA como en el ITAM se organizaron para hacer manifestaciones frente a Televisa, empresa a la que habían acusado de minimizar lo sucedido en la Ibero.

Una semana después, los alumnos de la UIA, del ITAM y algunos más de otras universidades, se reunieron y dieron a conocer un “primer manifiesto”:

“Primero. Somos un movimiento ajeno a cualquier postura partidista y constituido por ciudadanos. Como tal, no expresamos muestras de apoyo hacia ningún candidato o partido político, pero respetamos la pluralidad y diversidad de los integrantes de este movimiento. Nuestros deseos y exigencias se centran en la defensa de la libertad de expresión y el derecho a la información de los mexicanos, en el entendido de que ambos elementos resultan esenciales para formar una ciudadanía consciente y participativa. Por lo mismo, promovemos un voto informado y reflexionado. Creemos que, en las circunstancias políticas actuales, el abstencionismo y el voto nulo son acciones ineficaces para avanzar en la construcción de nuestra democracia. Somos un movimiento preocupado por la democratización del país y, como tal, pensamos que una condición necesaria para ella, involucra la democratización de los medios de comunicación. Esta preocupación se deriva del estado actual de la prensa nacional y de la concentración de los medios de comunicación en pocas manos.

“Segundo. YoSoy132 es un movimiento incluyente que no representa a una sola universidad. Su representación depende únicamente de las personas que se suman a esta causa y que se articulan a través de los comités universitarios. En esencia, nuestro movimiento busca la democratización de los medios de comunicación con el fin de garantizar una información transparente, plural y con criterios mínimos de objetividad para fomentar una conciencia y pensamiento críticos. Es por ello que: exigimos competencia real en el sector de los medios de comunicación, en particular en lo referente al duopolio televisivo constituido por Televisa y TV Azteca”.

El problema del movimiento radica en ese primer manifiesto.

Asunto que los persiguió por meses y que, creo, en última instancia el no haberlo resuelto los condenó.

¿Cómo es que un movimiento que nació vigoroso tras un claro enfrentamiento a un candidato puede declararse apartidista y neutral frente a los candidatos? ¿De dónde salió ese repentino rubor?

En alguna de las primeras manifestaciones públicas en la Ciudad de México, aquella reunida alrededor de la Estela de Luz, el escritor Paco Ignacio Taibo II –de larga experiencia en luchas sociales– tomó el micrófono y planteó el problema ante los jóvenes con claridad: por lo dicho y lo hecho este movimiento era anti priísta. ¿Por qué no decirlo? Lo bajaron del templete.

Tras haber nacido en una bronca con Peña Nieto y negarse a ser clara y públicamente un movimiento en contra del priísta, el asunto culminó con un evento que pudiendo ser histórico, fue sólo inédito –espero que el lector acepte mi distinción. El Movimiento convocó a un debate entre los candidatos presidenciales para ser transmitido por internet. Tres de cuatro aceptaron. Peña no. Su motivo: que el movimiento se había mostrado claramente sesgado y en su contra –en lo que tenía razón. No hubo manera de presionar desde otros medios para que Peña asistiera. Sin el puntero, el debate se hizo pequeño.

Si en algo fue exitoso el movimiento es que puso en el primer plano la situación de los medios de comunicación electrónicos. Su condición semi monopólica. Hicieron una dura crítica a sus criterios informativos que tuvo resonancia. Esa centralidad, que ya contenía su primer manifiesto, se fue diluyendo. Éste fue, creo, el segundo error del movimiento.

Todo lo celosos que se mostraron para mantener públicamente su presunto carácter anti partidista, no lo fueron para incorporar ese carácter a sus reuniones. Su éxito en las redes se convirtió en un imán para la acción de otros movimientos, grupos y sindicatos; cada uno con su agravio, cada uno con su motivación.

Creo que por una mezcla de inexperiencia y audacia –combinación de ganas de hacer las cosas de manera diferente y simple novatez–, abrieron todas las puertas, hasta que se diluyeron. En el verano, el movimiento se citó en Atenco para un fin de semana de discusión. Una de las mesas de conclusiones fue conducida, liderada por la Pita Carrasco, una de las principales líderes del movimiento que una docena de años antes había mantenido en huelga a la UNAM por meses. Para el mes de julio, los muchachos que habían refrescado la campaña eran ya marginales. Una anécdota. Con ellos su agenda también se había vuelto secundaria. Algunos ex integrantes del movimiento han puesto objeciones a lo sucedido el 1 de diciembre, cuando grupos violentos se mezclaron con manifestantes del Yosoy132. La verdad es que desde aquel día en Atenco, el Yosoy132 había dejado de existir, dando paso al surgimiento de simples individuos. De varios de ellos seguiremos escuchando en los próximos años; del movimiento, nada.


Posted: April 28, 2013 at 4:33 am