Poemas
Jacqueline Goldberg
De pronto un viaje recriminatorio
hacia el gran silencio.
Creer,
suplicar catástrofes,
como quien augura
el aceitado animal que acabará siendo.
Canción venenosa que duerme a los críos.
Números conocidos, vividos,
contados a partir de la muerte.
Corazón petrificado,
más verdad que milagro.
S S S
Se llama comienzo
a esos días herbosos del no saber,
del adjetivo encalado,
sin duración para atribuirse nombre.
Caen mis cabellos,
caen designios.
Soy tronco
de purpureados años.
S S S
Revierte panes, lágrimas.
Di que la incertidumbre
nos viene de un río,
de la matanza de lobos,
la envidia, la inocencia.
Junta el tiempo que exime.
Antes de elegir,
enfurece un poco.
No amaré en exceso,
nunca triste o intermitente.
Me sobrepondré a la arena del aire.
S S S
Torcidos designios:
a nadie permito afondarse en ellos.
Para quien elige ser extranjero,
bajo la superficie sólo hay abismo.
Me desgarra una cansina distancia,
desconozco nombres nuevos,
cosechas que velen la deriva.
Vengo de otra parte
con un poco de sueño,
reacia a la belleza de ciertos principios.
S S S
Vendrá un año de fauces nervadas,
retaliación del porvenir.
El costillar de mi casa
bajará a beberse el río.
Me sanará
la brusca transformación de los anhelos.
Posted: April 18, 2012 at 9:52 pm