Triste Tigre
Óscar Garduño Nájera
Getting your Trinity Audio player ready...
|
Él ya cumplió su condena en una prisión francesa. Hasta se puede decir que vive en paz. Se trata de su padrastro. La autora francesa Neige Sinno lo delata, catárticamente, a través de las páginas de Triste Tigre (Anagrama, 2024): el abuso sexual que padeció ella durante su infancia en manos del hombre que para entonces representaba la figura paterna en la familia. Neige ahonda en las penumbras de la víctima, en sus cómplices, en la palabra incendiaria; consigue reflexionar y ensayar a partir de referencias literarias y de la autobiografía. Regresa al violento hecho en sí, lo describe al inicio, se pregunta, encuentra respuestas, parece que tras del abuso sexual durante su infancia solo habita el silencio… hasta ahora, en que la autora, radicada en México, lo traslada mediante un mecanismo que sí deja huella: la literatura. Tuvimos oportunidad de charlar con Neige Sinno.
Óscar Garduño: Me parece que la parte del abuso sexual a manos de tu padrastro ha sido una morbosa constante en las entrevistas que te han hecho, por lo que a mí me gustaría hacer algo distinto.
Neige Sinno: Sí, tienes razón, Triste Tigre lleva un año publicado y me han hecho muchas entrevistas. A mí me parece interesante recopilar todo el contenido e intentar entender ¿por qué me hacen esas preguntas?, ¿qué quiere decir ese tipo de lecturas que hacen de Triste Tigre?
OG: ¿Te parece un material valioso?
NS: Intento “pasionalizar” todo esto. ¿Qué nos dice la forma en que hacen las entrevistas acerca de cómo se recibe este tipo de relatos en la sociedad? No sé si funciona de igual manera para ti. Nos dice algo del Triste Tigre, algo de mí misma, pero también dice mucho de quien hace la entrevista.
OG: En los aspectos literarios de Triste Tigre ¿cómo es que consigues esta visión de los autores que citas que de una forma u otra tienen relación con el abuso sexual de menores?
NS: Se lo debo a mi formación. He pasado muchos años en ello. Hice un doctorado en inglés de literatura; también he escrito muchos artículos académicos.
OG: Tras de una primera lectura de Triste Tigre se puede apreciar que hay un trabajo de crítica literaria en torno a esos autores.
NS: No me resultó difícil. No es que yo pensara: “ahora voy a citar esta referencia literaria”, sino que, repentinamente, escribía acerca de Virginia Woolf, por ejemplo, y luego me daba a la tarea de buscar las referencias literarias en ediciones sobre todo francesas y en ediciones en español, porque también hice la traducción de Triste Tigre.
OG: Digamos que llegaste con tus propias lecturas…
NS: Sí. Hay dos o tres lecturas que, justo cuando escribía el libro, por mero azar, estaba leyéndolas y las metí en Triste Tigre. En ese momento parecía que todas las películas, todas las series, todo lo que veía se referían al mismo tema: el abuso sexual.
OG: ¿En qué momento te explotó Triste Tigre?, ¿cuándo te diste cuenta que lo que te había ocurrido tenía que trasladarse a la palabra escrita?
NS: El tema del abuso sexual es uno de los que siempre he planteado en mis libros… lo que pasa es que tengo muchos libros que no han sido publicados.
OG: Como toda buena creadora…
NS: ¡Exacto! Es normal en mis procesos. Es una materia que nunca rechacé. Lo que sí rechacé fue lo autobiográfico: lo he usado en ficción, en novelas, en cuentos. Siempre me ha interesado el tema del abuso del poder, no obstante, esta voz autobiográfica que le da el color y la particularidad a Triste Tigre se dio de una forma imprevista porque los caminos de la creación literaria son muy raros.
OG: ¿Cómo llegas a lo autobiográfico?
NS: Desde que radico en México he tenido la ambición y el fuerte deseo de escribir en español, así que primero empecé a escribir otro libro, no el de Triste Tigre, que estaba narrado en una primera persona. Ni siquiera me percaté que en esos momentos estaba haciendo un trabajo autobiográfico. Fue hasta que terminé el otro libro que me puse a escribir las páginas de Triste Tigre. Y las escribí en francés, pero en esa misma primera persona.
OG: Me parece que Triste Tigre no hubiese existido si no te acercas a esa primera persona que señalas: tú partes de una oscura vivencia, pero, por muy oscura que sea, lo que haces es trasladar esa vivencia a la escritura y lo haces en una devastadora primera persona.
NS: Son las dos cosas. El impulso para escribir Triste Tigre fue el descubrimiento de la forma, de este “yo” que es, a la vez, el mismo “yo” autobiográfico, el “yo” de la niña que ha sido abusada sexualmente por su padrastro, el “yo” de la mujer que con el paso del tiempo se vuelve madre y que reflexiona acerca de su pasado de niña violada, eso existe en la parte vivencial, en ese “yo” incómodo. Soy, a fin de cuentas, “yo” como persona, pero también es un “yo” de la mujer académica, de la mujer que ve la historia desde distintos puntos de vista. ¿Cómo narrarlo? Con la distancia de quien lo hace desde lo personal. Desde lo lineal. Pero también desde la distancia de quien observa. ¿Cómo se construye el relato? El descubrimiento de esta posibilidad fue lo que me permitió, a fin de cuentas, llegar a un lugar adonde no quería ir.
OG: Siempre a través de la escritura…
NS: La escritura me hizo ver que iba a ser una forma diferente. Me ayudó a hacerlo a pesar de todas las razones que tengo para no hacerlo.
OG: Me parece que Triste Tigre es, además, una lección de ritmo en la prosa. Sopesas las palabras. A pesar de que la vivencia es vertiginosa, mides el ritmo del libro en cuanto a la estructura que decides darle. ¿Cómo era la contención para el empleo de frases cortas?
NS: ¡Gracias por notarlo! Una es la estructura global de Triste Tigre: tenía ganas de que se leyera no de una sentada, pero sí de una forma rápida. Y que el lector o la lectora consiguieran seguirme hasta el final, así que me impuse un ritmo de escritura y procuré no tardarme demasiado en escribirlo. Quiero que el lector perciba ese ritmo que avanza veloz, pero que lo envuelve en una vorágine de razonamientos. Yo tenía una visión general de la estructura: sí, debía tener velocidad, y entonces tuve que editar y cortar, porque dejé fuera un montón de cosas debido a que hacían más lento el libro. Me costó demasiado, porque de entre lo que saqué había cosas que me gustaban, análisis literarios de otros libros, pero me detuve para adecuar Triste Tigre a su propio ritmo.
OG: Supongo que todas las referencias literarias te han dejado marcada.
NS: Para mí han sido muy útiles como medio de contención emocional. De estar en un momento muy tenso, con mucho dolor, mío y del lector, porque sé que Triste Tigre se puede leer en varios niveles. Y saber que es un libro con un testimonio de alguien que ha sido víctima de abuso sexual que genera, a la vez, en el lector, una intensidad particular y ese miedo a preguntarte: “¿por qué leo Triste Tigre?, ¿por morbo?, sé que me va a doler”. Cada lector se conecta de una forma emocional, subjetiva y personal, y eso me sirvió para contener mis emociones, para parar y tomar un poco de distancia de lo escrito.
OG: Supongo que esos momentos en que parabas también representaban un poco de alivio…
NS: ¡Un respiro!
OG: Hay en Triste Tigre un equilibrio entre la oscuridad y la luz semejante a la propuesta de Rembrandt en la pintura. Entre el bien y el mal, o lo que creemos de ello. En cuanto a la manera en que tú, como narradora, expones los acontecimientos.
NS: Sí, Triste Tigre es un viaje donde la literatura surge como una herramienta para echar un poco de luz en un lugar que es muy oscuro. Alguien me dijo una cita de Franz Kafka que no conocía: “el escritor es alguien que está en un bosque muy oscuro con una velita entre las manos”. Me parece una buena imagen. Con mi pequeño trabajo en la escritura, con mi pequeña luz, sé, desde un principio, que no voy a llegar a alumbrar totalmente las zonas oscuras de la existencia, pero aun así lo hago con el mejor esfuerzo, echo esa poca de luz. Siento que la parte “luminosa” de Triste Tigre está en la parte de la inteligencia. Me gusta mucho una cita del poema “Muerte sin fin” de José Gorostiza: “inteligencia en llamas”. Este deseo de entender es la parte luminosa. Y no hay que olvidar que en ocasiones podemos tener el deseo de entender algo muy turbio.
OG: Es como si entraras a la oscuridad del sótano con una linterna…
NS: Sí, pero no estoy sola. Lo que ha sido bello para mí en Triste Tigre, que es algo muy nuevo por la escritura en primera persona, es que nunca había experimentado el contrato de lectura con un lector aliado de una manera muy especial, un lector que desciende conmigo a ese sótano, porque el lector no está arriba, viendo cómo me va con la linterna, va de mi mano, está ahí conmigo, a mi lado. Eso me resulta muy interesante cuando escribo.
OG: Más allá de la literatura testimonial a mí me parece que Triste Tigre es un ejemplo de cómo se pueden mezclar los distintos géneros literarios, como el ensayo o la reseña literaria, hasta la crítica periodística, y creo que una autora como tú tal vez podría escribir un muy buen libro de ensayos. Se me viene ahora a la mente el caso que señalas de Nabokov y Lolita (1955): esta desmitificación de una Lolita ideal que prevalece en los lectores de la novela.
NS: Creo que eso está cambiando. La visión de Lolita. ¡Y es maravilloso! Es lo que ocurre con los libros que se convierten en clásicos. Ahora le damos a Lolita una lectura que es necesaria para nuestros tiempos. Y la lectura que yo propongo en Triste Tigre es la de la exploración de la mente de un manipulador, un abusador de menores, un mentiroso. Es la época en que se puede explorar Lolita ahora porque estamos en una época en donde estamos redescubriendo, o interesándonos, por las desigualdades de poder en nuestra sociedad que hace que los que lo tienen, ese poder, lo mantengan sobre el control de la palabra, el control del relato. Y para mí es exactamente lo que hace el narrador de Lolita. Y seguramente dentro de cincuenta años lo volverán a leer, a Nabokov, con otra mirada.
©Literal Publishing. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación. Toda forma de utilización no autorizada será perseguida con lo establecido en la ley federal del derecho de autor.
Las opiniones expresadas por nuestros colaboradores y columnistas son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de esta revista ni de sus editores, aunque sí refrendamos y respaldamos su derecho a expresarlas en toda su pluralidad. / Our contributors and columnists are solely responsible for the opinions expressed here, which do not necessarily reflect the point of view of this magazine or its editors. However, we do reaffirm and support their right to voice said opinions with full plurality.
Posted: December 5, 2024 at 10:41 pm
Fue muy bueno lo que leí ya que se habla de esto de un tema algo fuerte que presenta la historia y como en la escritura de este se presentan las emociones, creo que se debería dar la oportunidad de que varias personas lean esta historia.
La forma en la que juega con las palabras es algo curioso porque uno a simple vista cree que por el titulo del texto puede tratarse de un cuento o una fabula, pero después de leer el texto te das cuenta en como en la escritura expresa un trauma que vivió durante la infancia y como representa al causante de dicho suceso.