Supermercado
Daniela Tarazona
Cuando el mundo estaba allí afuera, íbamos por la calle confiados. Podíamos temer durante la noche, podíamos hacernos a un lado al ver a alguien agripado. Elegíamos nuestro propio miedo y nuestro rechazo. Parece haber sido hace mil años luz. La diferencia ahora se halla establecida en los mandatos. La Secretaría de Salud de México ha creado a Susana Distancia, una heroína ataviada con traje especial, diadema, y envuelta en una burbuja higiénica. Susana tiene cuenta en Twitter y da consejos, que son tweets. Me parece una idea genial porque está disfrazada de otra idea.
Desde el universo de los algoritmos, Susana aparece en mi Timeline. Me dice que guarde distancia, y se lo dice a sus más de 30 mil seguidores y a los que no siguen su cuenta, como yo. Establecer un vínculo con Susana radica en un click. A partir del reino de los virus, el que ahora nos quita la libertad se multiplica sin cesar y cubre buena parte del planeta con su invisibilidad. Como Susana Distancia, el virus es un fantasma. De la misma manera que la matemática propia del algoritmo se multiplica, la distancia se ensancha, aunque el virus aproveche el hacinamiento. Por eso es mejor hacerle caso a Susana.
El virus es parecido al algoritmo. Tiene instrucciones de cómo invadir la célula y la manera de combinarse con ella para hacer nuevas copias de sí mismo. Mientras tanto, nosotros nos imitamos entre sí. Nos lavamos las manos, usamos gel con alcohol y miramos el cielo desde la ventana. Sin embargo, hay elecciones. Si sales a hacer la compra, puedes ver gran variedad de tapabocas. Hay quienes usan guantes quirúrgicos para empujar el carrito en el supermercado. El virus resiste sobre los metales, el plástico, la madera; el virus puede estar sobre todas las cosas.
Lo que vivimos es apenas un ensayo, dicen los que saben. El calentamiento global nos llevará, con probabilidad, a experimentar situaciones caóticas de las que tampoco podremos salir. ¿A dónde ir? Los que saben dicen que ése lugar de salvación debe contar con sombra y agua. En la vida digital hay sombra, pero no agua. ¿A dónde ir entonces? Nadie lo sabe.
Hace unos días, un hombre de 33 años en la ciudad de Munich decidió ejercer actos revolucionarios e histriónicos: lamer las bandas de las escaleras del metro y las máquinas que expiden boletos porque, según dicen que dijo, quería propagar el coronavirus que padecía. El hombre fue detenido.
Mientras camino por el supermercado, me pregunto cómo llegamos hasta aquí. Los pasillos miden diez metros y la abundancia de cereales, por ejemplo, es la señal de que las cosas se multiplicaron demasiadas veces, como el virus. Delante nuestro, en la caja, una mujer delgada lleva dos kilos de limones, ocho sueros orales y unas hamburguesas de pollo. Trae tapabocas y su miedo me hace temer, pero me resisto, guardo distancia y esta vez no compro limones.
*Imagen de Paul Townsend
Daniela Tarazona es narradora y ensayista. Fue jefa de redacción del suplemento Hoja por hoja del periódico Reforma y ha sido colaboradora de las revistas Luvina, Letras Libres, Crítica y Renacimiento (Sevilla, España) y de los suplementos Laberinto del periódico Milenio Diario y El Ángel de Reforma. Es autora de dos novelas: El animal sobre la piedra (Almadía, 2008) y El beso de la liebre (Alfaguara, 2013). Su Twitter es @dtarazonav
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Posted: April 2, 2020 at 8:16 pm