Beckett y Octavio Paz traductores
Jaime Perales Contreras
Samuel Beckett y Octavio Paz se conocieron en 1949. Beckett tenía 43 y Paz 39 años. En esas fechas, Beckett estaba tratando desesperadamente de encontrar un productor para su obra de teatro Esperando a Godot y una editorial para publicar Molloy, la primera novela de su trilogía (Malone muere y El innombrable). Samuel Beckett en esas fechas todavía era un escritor de lectores secretos (su primer novela Murphy había vendido solamente seis ejemplares en su primer año de haberse publicado). Aunque conocido en México, Paz fi nalizaba apenas El laberinto de la soledad y El arco y la lira. Piedra de sol estaba todavía lejos de escribirse. Paz tenía un empleo modesto en la embajada mexicana en Francia. Mientras tanto, Beckett estaba sobreviviendo de chambitas literarias, algunas de las cuales se las ofrecía la UNESCO.
En esas fechas, Beckett dormía todo el día y en las noches se dedicaba a recorrer las calles de París para hacer una investigación y selección in situ de los personajes de sus próximas piezas de teatro y novelas. El entonces director de la UNESCO, el poeta mexicano Jaime Torres Bodet, le ofreció a Octavio Paz un proyecto que no le causó mucho entusiasmo: una antología de poesía mexicana que sería traducida al francés y al inglés. El libro se llamó Anthology of Mexican Poetry (Grove Press, 2004) y fue copatrocinada por la Organización de los Estados Americanos (OEA). La antología recogió obras desde el siglo xvi hasta Enrique González Martínez. Octavio Paz y Alfonso Reyes fueron los únicos poetas que la UNESCO permitió incluir entre los vivos. Paz incluyó treinta y cuatro nombres. (Aunque para el gusto del poeta sólo hubiera incluido a doce). Como indica Eliot Weinberger en su extraordinario ensayo sobre la colaboración entre Paz y Beckett, la antología tuvo muchísimas imposiciones por parte de la UNESCO y de Torres Bodet.
Para la edición en francés, Torres Bodet escogió al poeta católico francés Paul Claudel y la de inglés se la encargó a Sir Cecil Maurice Borra. Paz estuvo a cargo de encontrar a los traductores de las dos ediciones. Para la edición en francés se le comisionó a Guy Lévis Mano, poeta y traductor, que se recuerda como uno de los grandes impresores de ediciones surrealistas, que produjo ediciones limitadas de Bretón, Tzara, Michaux, Char y Souphault, con el trabajo de Giacometti, Picasso, Man Ray, Miró, entre otros.
En el caso de la de inglés, alguien le recomendó a Octavio Paz el nombre de un oscuro escritor llamado Samuel Beckett. Paz había leído algunos textos de Beckett en la revista Fontaine de Max-Pol Fouchet, entonces importante revista francesa en la que Paz había también publicado algunos textos.
El problema principal de la antología en lengua inglesa fue que Beckett no sabía español. Aunque se logró rápidamente superar el obstáculo ya que él tenía un buen conocimiento de latín que le sirvió de apoyo y de un buen amigo que le ayudó a descifrar algunas palabras complejas. Beckett completó su trabajo en abril de 1950 sin tener aparentemente mucho amor e interés por su labor de haber traducido ese libro. Era una chambita, como dicen los mexicanos. Y sólo eso: Un compromiso para continuar viviendo. Años más tarde, según indica la nota introductoria de Eliot Weinberger a una moderna edición de la antología,2 la mayoría de la poesía mexicana que Beckett tradujo le pareció execrable. Asimismo, Beckett hizo cambios y tuvo errores sustanciales en la traducción al inglés en los poemas originales de la antología, como bien indica nuevamente Weinberger. Sin embargo, en la evaluación que el crítico hace de este libro, la poesía traducida por Beckett, en varios casos, mejoró notablemente, sobre todo porque Beckett manejaba de una manera genial arcaísmos en lengua inglesa, tanto así que cualquier persona culta que leyese la antología, tendría que ir constantemente a consultar una edición del Oxford English Dictionary.
La antología, a pesar de los cambios y la inapetencia de ambos colaboradores por los poemas incluidos, es probablemente una de las muestras más vivas de la poesía mexicana traducida al inglés, debido, sobre todo, al rico vocabulario de Beckett y por su inusual forma de manejar el lenguaje en el periodo en el que todavía tenía una vasta infl uencia de su mentor James Joyce. Debido a ello, la poesía de una docena de autores incluidos en la antología, entre ellos el poeta mexicano Amado Nervo, ganó con la versión al inglés realizada por Beckett. La participación de dos ganadores del premio Nobel de literatura fue, sin lugar a duda, una de las más grandes en la historia de la literatura contemporánea.
Posted: April 14, 2012 at 10:26 pm