Tempestuosa soledad
Gerardo Cárdenas
Un aspecto que siempre me ha inquietado del abigarramiento en la vida urbana es la imposibilidad de conocer realmente quiénes son tus vecinos. Más allá del saludo casual a la entrada o salida del ascensor o el edificio, más allá de un encuentro fortuito, ni sabemos ni nos importa quiénes son, ni a ellos quiénes somos nosotros. Las ciudades nos han forzado a vivir cerca unos de otros, compartir construcción. Y luego se van ellos o nosotros, y no sabemos nada más.
La poeta británica Kate Tempest (Londres, 1985) ha abordado magistralmente esta soledad en la muchedumbre con el poema de largo aliento Let Them Eat Chaos (Bloomsbury, Nueva York, 2017, primera edición estadounidense que sigue a la edición británica con el mismo sello en 2016).
Tempest ubica a siete personajes, vecinos de la misma calle londinense pero desconocidos entre sí, ensimismados en una soledad amarga, culposa, adictiva, y arrojados a la calle por una extraña tormenta de signo apocalíptico o distópico.
Estamos frente a 72 páginas del desgarro, escritas a un ritmo frenético, con versificación de hiphop o de sermón evangélico. Tempest creó Let Them Eat Chaos para la escena del performance. Hay inclusive un disco. La musicalidad del poema nos lleva a movernos, a agitarnos. Lo que se describe no es plácido, no es estático; pero tampoco es fluido, es sincopado, estremecido, convulso. Las soledades de los siete personajes no son de una dignidad triste, son sacudimientos casi agónicos, son una narrativa del fracaso, el aislamiento, la desesperación.
Europe is lost
America lost
London is lost
And still we are clamouring victory
All that is meaningless rules
And we have learned nothing from history
…
The wrongs of our past have resurfaced
Despite all we did to
Vanquish the traces
***
(Europa está perdida
América perdida
Londres está perdido
Y aún clamamos victoria.
Gobierna lo que no tiene sentido
Y no hemos aprendido nada de la historia.
…
Los errores de nuestro pasado han resurgido
Pese a todo lo que hicimos
Para borrar los rastros).
El caótico escenario propuesto por Tempest no ocurre en un vacío, las referencias son abstractas. La poeta escribe desde su época y para su época, con furia y denuncia. Somos resultado de errores cometidos una y otra vez, repetidos hasta el cansancio, sin sentido de humildad ante la historia. Nos hemos perdido, individual y colectivamente en nuestro afán de triunfar a costa de todo.
Los siete personajes de Tempest son consecuencia de este orden de cosas: hombres y mujeres perdidos en el desamor, la adicción, la confusión, la indiferencia, el ensimismamiento, el aislamiento.
En torno a ellos una tormenta se desata, pero esa tormenta es también resultado del contexto. Es una especie de conflagración, de venganza de una Tierra herida por la ambición desmedida del género humano. Es una tormenta que denota hartazgo del planeta, frustración, y deseo de venganza.
A roaring storm is coming.
A howling mist,
A growling downpour.
…
Many voices in our vapours,
We surge and gush –
We were steam
In a distant heat.
We moved rapid over landscapes
Gathering speed
Desertland. City. Forest and beach.
Heading for the people asleep.
Ready to bleed
Unleash the torrents
Come clean.
Made of many lessons.
Pouring down.
But you better learn to swim
Before you drown.
***
(Una rugiente tormenta se avecina.
Una neblina ululante,
Un chaparrón bramante.
…
Muchas voces en nuestros vahídos,
Surgimos y chorreamos –
Fuimos vapor
En un calor distante
Nos movimos abruptos sobre paisajes,
Ganando velocidad
Desierto. Ciudad. Bosque y playa.
Rumbo a quienes dormían.
Listos para sangrar
Desatar los torrentes.
Limpiarnos.
Hechos de muchas lecciones.
Vertiéndonos.
Pero es mejor que aprendas a nadar
Antes que te ahogues).
Tempest no propone una redención. La tormenta no es un llamado a una segunda oportunidad. No hay reencuentro que permita abrigar una esperanza. Porque no hay lazos, no hay conocimiento, no hay confianza. Tempest deja una mínima rendija abierta, pero se muestra escéptica:
Trust is
Trust is something we will never see
Till Love is unconditional
***
(La confianza es
La confianza es algo que nunca veremos
Hasta que el amor sea incondicional).
Gerardo Cárdenas es autor de A veces llovía en Chicago (2011), del poemario En el país del silencio (2015) y de la obra de teatro Blind Spot (2014), publicada por Literal Publishing. En 2015 obtuvo el premio Nuevas Voces de Repertorio Español. Es editor de la antología de relato breve en español de Estados Unidos Diáspora. Twitter: @elgerrychicago
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Posted: December 17, 2017 at 11:39 pm