Reflection
Incertidumbre y conciencia literaria

Incertidumbre y conciencia literaria

Jesús Ramírez-Bermúdez

 

¿La literatura puede surgir, como el delirio, de un anhelo de certeza? Escribo la pregunta otra vez: ¿las intuiciones poéticas de la literatura pueden aparecer a la manera de afirmaciones creativas de sí mismo, emergentes, durante una transformación personal anclada en el desajuste del mundo? Y, ¿se trata de un recurso para recuperar el sentido vital, en tiempos de caos intelectual y afectivo?

En su novela La mujer del pelo rojo, Orhan Pamuk nos presenta una historia que surge de la deserción patriarcal, y de las fracturas sociales y geológicas. Un revolucionario frívolo y mujeriego abandona a su familia a finales del siglo XX, en Turquía. Su hijo, llamado Cem, debe pagar los estudios universitarios y encuentra trabajo con un maestro pocero que lo lleva a un pueblo afuera de Estambul. Deben cavar un pozo para encontrar agua en una ladera pedregosa. Si lo logran, el pueblo alcanzaría la prosperidad, a través de la industria y el empleo. No disponen de tecnología para saber en dónde hay agua o para excavar el terreno. El diagnóstico depende de la intuición y la experiencia del maestro pocero, pero eso significa cavar mucho tiempo, sin garantías. Mientras pasan las semanas, la colaboración se transforma en un acto de fe. El tiempo transcurre en forma muy distinta para quien está abajo, cavando el pozo, y para quienes sacan, arriba, la arena y las rocas con un torno, una cuerda y una cubeta. En algún momento, el maestro y Cem están solos y el trabajo provoca un gran desgaste. En tales condiciones, tomar una bebida turca en el pueblo es embriagante y liberador, pero Cem y su maestro comienzan a enamorarse de una actriz madura, de cabello rojo, que presenta con su compañía teatral una antigua obra persa: es la historia de Rostam, que narra el combate entre un padre y su hijo, como sucede en el mito de Edipo, quien se arranca los ojos, arrepentido, tras cometer el parricidio. En el poema de Rostam —un espejo invertido frente al mito edípico— el padre mata al hijo y prolonga el orden patriarcal. Los mitos rectores de Oriente y Occidente son el punto de partida para la construcción de una simbología: en la novela de Pamuk se traza una figura con la ausencia del padre revolucionario, la presencia del maestro pocero y el enigma de la mujer de pelo rojo. Cem es joven y entusiasta, pero la excavación y el trasfondo simbólico lo llevan más allá de su resistencia psicológica. Si el ayudante, arriba del pozo, suelta el cubo lleno de arena y roca en un momento de debilidad, puede matar a la persona que cava debajo. Cem podría matar a su maestro o podría morir sepultado. Adentro del pozo, veinticinco metros bajo tierra, emergen sentimientos de abandono, terror y la noción del tiempo se trastoca. Una noche, mientras recorre los elevados terrenos baldíos en busca de la excavación, con una copa de más de la bebida turca, el raki, el joven Cem confirma su vocación literaria: “En el camino de regreso, al subir la cuesta del cementerio, sentía como si cada estrella del cielo fuera un pensamiento, un momento, un hecho, un recuerdo en mi cabeza. Uno podía verlos en su conjunto, pero no podía pensar en todos ellos a la vez. Era como si las palabras que almacenaba en mi mente no alcanzaran para describir todas las imágenes acumuladas”.

La introspección de Cem nos muestra un estado de perplejidad: las emociones lo desbordan. A pesar de ser un hombre inteligente, hay demasiados vectores narrativos encima de su cabeza, como una espada de Damocles que no indica aún si la historia futura será trágica o cómica. El abandono del padre nos dispone a la tragedia, pero la vitalidad juvenil de Cem provoca atisbos genuinos de esperanza. Mediante el firme anhelo de vivir bien, ¿podrá atenuar la influencia de los mitos de origen sobre su historia personal? El día de hoy, el drama de Edipo y el poema de Rostam son fuerzas simbólicas tan poderosas como lo fueron en la antigüedad, cuando el teatro griego formulaba una concepción trágica del destino. ¿Cuál es el lugar del libre albedrío en un escenario dominado por estructuras mitológicas impersonales?

Para reestablecer el puente entre la intuición de lo absoluto y el conocimiento de sus elementos dispersos, algunos elegimos la tarea de escribir. Frente al cielo nocturno, tenemos revelaciones auténticas, pero no se trata del acceso a un saber omnisciente o a una fusión extática con la divinidad. La revelación consiste en una conciencia justa de nuestra ignorancia.

Cem no visualiza el entramado completo del cual forma parte. Sólo acierta a proponer una metáfora: la psique es como el cielo nocturno, despejado; los elementos de la conciencia son como estrellas; es posible mirar el firmamento en su conjunto, pero es imposible pensar en cada una de las estrellas al mismo tiempo. La conciencia unifica la experiencia de amplias constelaciones de ideas, intenciones, sentimientos, pero no es posible pensar en cada elemento de la mente en forma simultánea. Cem está perplejo ante la contemplación de la totalidad, pero no puede comunicar esta experiencia. “Las palabras se quedaban cortas para expresar lo que sentía. Percibía el universo entero, pero resultaba más difícil pensar en cada una de sus partes. Por eso quería ser escritor”. Aturdido ante la multitud innumerable de elementos en la conciencia, elige la vocación literaria. Piensa que así podrá articular de manera comprensible su visión: la metáfora celeste de la psique es una aproximación intuitiva a su condición existencial, pero esta metáfora revela una dimensión problemática. Cem desconoce aún el vórtice de las emociones destructivas que se ciernen sobre él y que podrían manifestarse algunos días, meses o años después. Los mitos fundacionales de Grecia y Persia lo condenan a matar o morir: las relaciones entre hijos y padres son jerárquicas, territoriales y están ensangrentadas por la voluntad de poder, pero él no está pensando en la dimensión mítica de su vida: más bien la pone en escena. Por eso necesita la escritura: trata de reconocer las constelaciones que forman su estructura psíquica, quiere nombrarlas y reflexionar acerca de su trayectoria psicológica.

En sus instrucciones para afrontar con serenidad los asuntos terrenales, Cicerón afirma que atender al cielo nocturno de manera consciente nos da atisbo de la mente divina, lo cual otorga tranquilidad para atender las cosas mundanas. En La mujer del pelo rojo, no hay una divinidad con la cual sincronizarse; se perdió la posibilidad del lamento o la súplica a los dioses; no queda siquiera la rabia de un teocidio filosófico. La contemplación del paisaje estelar no es un camino a la armonía religiosa. Una fractura ha quedado inscrita en nuestra conciencia. No se trata, como en Nietzsche, de una ruptura entre la humanidad y sus deidades, sino de una dislocación entre la visión de la totalidad y el entendimiento de sus elementos. La mente divina no ocupa un lugar en el pensamiento científico, pero hay una nostalgia del absoluto, una añoranza de la capacidad humana para abarcar la totalidad del cosmos con la mirada o la totalidad de la psique mediante la atención consciente. El cielo nocturno es una metáfora de lo mental, pero la validez de la figura de estilo se basa en el hecho de que nuestro conocimiento de ambas realidades es imperfecto. El cosmos se parece a la mente, en el sentido de que ambas dimensiones de la experiencia se despliegan sin límites definidos cuando pasamos de la intuición al análisis. Para reestablecer el puente entre la intuición de lo absoluto y el conocimiento de sus elementos dispersos, algunos elegimos la tarea de escribir. Frente al cielo nocturno, tenemos revelaciones auténticas, pero no se trata del acceso a un saber omnisciente o a una fusión extática con la divinidad. La revelación consiste en una conciencia justa de nuestra ignorancia.

 

Jesús Ramírez-Bermúdez. Médico especialista en neuropsiquiatría. Es Doctor en Ciencias por la UNAM. Pertenece al SNI CONACyT. Ha publicado más de 100 trabajos científicos en el campo de las neurociencias clínicas, con reconocimientos en Australia (International Neuropsychiatric Association, 2006) y Estados Unidos (International Conference on Bipolar Disorders, 2011). Es autor del tratado Principios de Neuropsiquiatría (Asociación Psiquiátrica Mexicana, 2019) de la novela Paramnesia (Penguin-Random House, 2006) y de los libros Breve diccionario clínico del alma (Penguin-Random House, 2010), Un diccionario sin palabras (Almadia, 2016), y Depresión: la noche más oscura (Penguin-Random House, 2020) que exploran las fronteras entre la narración clínica y el ensayo científico. En 2009 obtuvo el Premio Nacional de Ensayo Literario del Instituto de Bellas Artes de México. Su Twitter es @JRBneuropsiq

 

©Literal Publishing. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación. Toda forma de utilización no autorizada será perseguida con lo establecido en la ley federal del derecho de autor.

Las opiniones expresadas por nuestros colaboradores y columnistas son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de esta revista ni de sus editores, aunque sí refrendamos y respaldamos su derecho a expresarlas en toda su pluralidad. / Our contributors and columnists are solely responsible for the opinions expressed here, which do not necessarily reflect the point of view of this magazine or its editors. However, we do reaffirm and support their right to voice said opinions with full plurality.


Posted: March 8, 2022 at 8:24 pm

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *