Essay
Stretching

Stretching

Daniela Tarazona

Hace semanas experimento cierta inquietud difícil de describir. Se la atribuyo al año que acaba de iniciar, se la encajo a las transformaciones de la realidad próxima y ya cuando me pongo obsoleta, la arrojo hacia las bocas con dientes triangulares de los políticos para que se la traguen. El cambio climático también es un cajón donde echo mi frío o mi calor, según sea el caso.

No suelo estar a tiempo para nada. Pienso que no consigo satisfacer lo que se espera de mí o lo que yo espero que los otros reciban. En asuntos laborales, me quedo pasmada ante la demanda de eficiencia y velocidad. Cualquier encargo es para ayer y equivocarse es más vergonzoso que antes. No hay modo de ponerse al día.

Hace mil años luz que visité el parque de diversiones de aquella época: Reino Aventura. Allí estaba la Casa del Tío Chueco. Se podía caminar en diagonal para apreciar la arquitectura descompuesta y ver cómo los líquidos caían al revés. No recuerdo mucho más, lo cierto es que las visitas a esa casa me emocionaban porque no entendía cómo ocurría lo que estaba ante mis ojos.

Supongo que, entre la prisa contemporánea —que ya tendría que llamarse de otro modo— deberíamos ser capaces de distinguir la magia en ése cúmulo de acontecimientos que no se comprenden y son casi la totalidad de lo que ocurre.

Puedo decir cualquier cosa en este texto, luego se etiquetará para que navegue por la red y se leerá. ¿Cuál es la lectura que encontrará? No lo sé. Lo más probable es que se trate de una lectura común. Pero si yo escribo, por ejemplo: “no me gusta el baile de Las Tesis”, puede suceder que varios lectores me descasten de mi condición de ser mujer.

En nuestra arquitectura descompuesta de lo real vamos a gran velocidad, con los ojos fuera de sus órbitas, a extraviar por completo el sentido de la diferencia. La fuerza de gravedad en el universo virtual es otra distinta, sin la gracia que se experimenta en un parque de diversiones.

Es necesaria la contorsión y la resistencia, pero no la del #stretching, que se parece más a una disciplina circense para curar en salud la imposibilidad de movimiento en el mundo contemporáneo, pues hay que estirarse, hay que ser un fenómeno de circo en la más profunda intimidad, también, en lo que resta de aquello a lo que llamábamos así: el territorio de lo íntimo; hay que dejar de ser cada uno. Porque es probable que sus costumbres más salivales, querido lector, sean puestas en tela de juicio para reducir la población mundial. Somos demasiados y tenemos demasiadas máquinas.

 

Daniela Tarazona es narradora y ensayista. Fue jefa de redacción del suplemento Hoja por hoja del periódico Reforma y ha sido colaboradora de las revistas LuvinaLetras LibresCrítica y Renacimiento (Sevilla, España) y de los suplementos Laberinto del periódico Milenio Diario y El Ángel de Reforma. Es autora de dos novelas: El animal sobre la piedra (Almadía, 2008) y El beso de la liebre (Alfaguara, 2013). Su Twitter es @dtarazonav

 

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Posted: February 6, 2020 at 12:26 am

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