ACCESORIOS
Jorge Saucedo
nunca estoy seguro de haberme vestido antes de salir
digo entonces
dogmático
tal vez me falte alguna prenda
sin embargo es posible
volver al almacén de donde saco
el cuerpo
como
un sueño profético que se levanta muy temprano en el día de la especie
al volver, mi mano encuentra extremidades de cabra y caracoles
qué es
dice mi mano
qué es todo
y se acumula fuera de sí misma, ella misma siendo prenda y argumento
de las imágenes a continuación
ah, las nupcias del deber y el cuerpo
hacia el exterior una vez más, el hombre con mi nombre se mira en un momento dado
y siente que mira un como espantapájaros
las miradas caerán
las miradas que son rayos que son muy específicas ansias que son actos
pero el espantapájaros, muy revolcado en la paja de su paciencia oscura,
carga su mano como un cordón umbilical apropiado
SOFÁ
El sofá invita a una siesta como no he tenido en años.
Apenas reconozco su tensión placentera llega el grito del afilador.
Qué calma debe haber en este centenar de hogares que acomete ahora
para que sea tan íntimo su grito, tan grata al edificio su flauta de pan.
La muerte es ahora una visión en blanco absurdo y negro.
Un recuerdo supura,
culpando vagamente a otros seres de tiempo.
No es ya la conciencia dolorosa de saberse vivo aún,
es acaso un pensamiento que se ha puesto de rodillas,
y mi cuerpo tendido, con cejas curiosas, comprendiéndolo mejor.
La manera en que se curva el silencio hace pensar que hace un momento, en lugares apenas recordados, inmodestas capitales cayeron.
Aquí en mi vecindario, en lerdos intervalos, el grito del afilador sigue turbando la tarde con atisbos hirientes.
Aquí duele su brasa, su pequeño cometa,
y mi costado no está solo, me digo,
salpicado el rostro por su claridad.
*Photo by Ramez E. Nassif on Unsplash
Jorge Saucedo (1980). Estudió Letras en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Es autor de dos libros de poesía: Peltre y Ánima
Posted: September 29, 2024 at 10:05 pm