Deneuve: el bello rostro de la controversia
Miguel Cane
Catherine Deneuve, en sus casi 75 años de edad y más de 50 de carrera, nunca ha sido ajena a la polémica, ni en su elección de películas ni en su vida personal.
Hablamos de la actriz que fue llamada “el monstruo más bello del mundo”, encarnando a una joven con una represión psicopática en Repulsion, de Polanski; a un ama de casa aristocrática que encuentra la realización como prostituta en un burdel parisino en Belle de Jour, de Buñuel, o una vampira de raza pura con ambivalencia moral y extraordinario sentido de la moda, en The Hunger, de Tony Scott. Es la misma mujer que, a los 18 años, dejó el hogar paterno para vivir en amasiato con Roger Vadim, que era casado y tuvo con él un hijo, Christian, al que crió por su cuenta. Es la misma que, junto con centenares de mujeres, marchó en 1975 para exigir la legalización del aborto en Francia, hablando con franqueza acerca de las dos ocasiones en que se había sometido a abortos clandestinos. La misma que tuvo una larga relación amorosa con Marcello Mastroianni y concibió una hija con él, Chiara, que hoy es una actriz por mérito propio. Una mujer que nunca ha rendido cuentas a nadie mas que a sí misma, y que se ha distinguido por decir y hacer exactamente lo que piensa y quiere, aún si va en contra de lo que las mayorías señalan como correcto.
Deneuve se ha vuelto a colocar en el ojo del huracán, al ser una de las más visibles figuras en Francia (y el resto del mundo) en alertar acerca del riesgo de que el escándalo de la cultura de abusos contra las mujeres destapado en Hollywood pueda crear un clima propio de una “sociedad totalitaria” que ponga en peligro la libertad sexual.
“La violación es un crimen, pero un flirteo tenaz o torpe no es un delito y una galantería tampoco es una agresión”, señalan las más de cien firmantes en un artículo que publica hoy en el diario francés “Le Monde”.
“Como mujeres no nos reconocemos en este feminismo que más allá de la denuncia del abuso de poder toma el rostro de odio a los hombres y a la sexualidad”, continúan.
El texto fue elaborado, según señala el diario que publica la carta abierta, por la escritora francesa Catherine Millet. Lo firman en total un centenar de mujeres del mundo del arte, la ciencia, el periodismo y el cine, entre ellas la cantante Ingrid Caven, la editora Joëlle Losfeld, la cineasta Brigitte Sy, la artista Gloria Friedmann o la ilustradora Stéphanie Blake, pero la más notoria es Deneuve, cuyo rostro ha ilustrado las notas de agencia en diarios de todo el mundo.
La campaña #MeToo (yo también) contra el sexismo y los abusos sexuales se desató a raíz de las denuncias vertidas en octubre contra el productor de Hollywood Harvey Weinstein. El debate creció hasta crear una conciencia legítima sobre la violencia sexual contra las mujeres que es necesaria, señala el texto. Sin embargo, las firmantes defienden “la libertad de importunar a alguien”, al considerarlo algo imprescindible para la libertad sexual”.
#MeToo desató en la prensa y en las redes sociales una “campaña de denuncias y acusaciones públicas” que puso a los denunciados al mismo nivel de los agresores sexuales, sin darles la posibilidad de defenderse o responder, señala el texto.
Entre las impulsoras del manifiesto se hallan personalidades que ya habían expresado opiniones adversas al movimiento, y algunas abiertamente contrarias a ciertas luchas del feminismo.
Por ejemplo, la filósofa Peggy Sastre, autora de un ensayo titulado La dominación masculina no existe, o la escritora Abnousse Shalmani, que en septiembre firmó una columna donde describía el feminismo como un nuevo totalitarismo. “El feminismo se ha convertido en la máscara de un estalinismo renovado con todo su viejo arsenal: acusación, ostracismo, condena”, dijo en el semanario Marianne. Por su parte, la periodista Élisabeth Lévy ha tildado de “infecto” el movimiento iniciado por etiquetas como #MeToo o #balancetonporc (“denuncia a tu cerdo”).
En un registro más moderado, Deneuve también se opuso a este fenómeno a finales de octubre. “No creo que sea la forma más adecuada de cambiar las cosas. ¿Después qué vendrá? ¿’Denuncia a tu puta’? Son términos muy excesivos. Y, sobre todo, creo que no resuelven el problema”, declaró entonces. También Millet, crítica de arte y autora del relato autobiográfico La vida sexual de Catherine M., se ha opuesto repetidamente a un feminismo “exacerbado y agresivo”.
La pregunta se desprende de las páginas de los diarios: ¿Quién tiene la razón aquí?
Miguel Cane es autor de la compilación Íntimos ensayos y de la novela Todas las fiestas de mañana. Es colaborador de Literal. Su Twitter es @aliascane
©Literal Publishing. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación. Toda forma de utilización no autorizada será perseguida con lo establecido en la ley federal del derecho de autor.
Posted: January 10, 2018 at 9:38 pm
Creo que no se trata de plantear “¿Quién tiene la razón aquí?”, sino de ser críticos y autocríticos con las posturas que se toman o las banderas que se enarbolan. Y me parece que ese es el punto de tal manifiesto, la supresión de libertades que se sustenta en la omisión, anulación y hasta la prohibición de las perspectivas críticas que aludo en cuanto a la visión que tienen.