Interview
El español tiene un futuro explosivo

El español tiene un futuro explosivo

Rodrigo Carrizo Couto

Ramiro Villapadierna, Director del Instituto Cervantes de Praga. “Los Estados Unidos serán el primer país hispanohablante del mundo”

Praga es una de las ciudades más visitadas del mundo, pero poco se sabe de lo que ocurre en esta magnífica ciudad, más allá de las rutas turísticas. Aunque algo llama la atención. Se trata de restaurantes argentinos y bares mexicanos en los que se fuman puros cubanos o se baila salsa. ¿Una ciudad enamorada de la cultura hispana? Eso parece, y es posible que parte de este éxito se deba al trabajo de Ramiro Villapadierna.

Nacido en Madrid, en 1964, este ex periodista es hoy director del Instituto Cervantes de Praga. Con más de 3.000 inscritos, es una de las más potentes sedes en Europa Central y del Este. La cita con el periodista reconvertido en diplomático es en el Café Slavia, a orillas del río Moldava. Un sitio ineludible, tanto para intelectuales checos como turistas con ganas de aroma auténtico. Un buen sitio para saborear un pato regado de Pilsen, la excelente cerveza local, mientras se ve pasar la tarde.

Ramiro Villapadierna maneja como pocos el (casi) olvidado arte de la conversación. Su conocimiento de idiomas (habla checo, alemán o serbocroata, entre otros) y de la historia centroeuropea le han convertido en un referente del periodismo español en la zona. Como corresponsal de guerra cubrió el conflicto de la ex Yugoslavia y fue herido en combate. Hoy, lleva una vida más serena “vendiendo” español y explica su visión en esta charla con “LITERAL MAGAZINE”.

Literal Magazine: ¿Por qué aprende español un joven checo?

Ramiro Villapadierna: Se acercan porque les fascina bailar la música de Shakira o de Ricky Martin, y terminan cantando sus canciones. Luego, el deseo de comprender lo que cantan hace el resto. En general se acercan al español por amor a nuestra cultura: ya sea el baile, la gastronomía, el cine o la literatura. Y esta tendencia irá a más. Dentro de 30 años, los jóvenes checos aprenderán español. No chino. Puede estar usted seguro de esto.

LM: Pues no parece que aprender español sea lo más inteligente que pueda hacer un joven checo ambicioso.

RV: El español en Europa Central y del Este goza de un sentido de juego, de diferencia, de fácil puerta a un mundo atractivo y luminoso; y este es un nicho perfecto que debería explotarse mejor, más allá de entrar en deseos de verlo como un futuro empresarial, o incluso científico. Es una veta que los italianos trabajan bien: “oooh, parlare l’italiano…”. (risas) Ellos colocan a veces mejor una lengua de 60 millones que nosotros una con 500 millones; y que además no te cierra a un país sino que te abre a una veintena. Además, el turismo es una de las primeras industrias en el mundo hispano. Cuando consideramos el valor del español en la economía, deberíamos pensar en que sea lengua del turismo, y no en que sea la de hacer motores. 

LM: O sea que el español va viento en popa.

RV: Se queda usted corto. Yo diría que el español tiene un futuro explosivo.

LM: ¿Qué hacen en el Instituto Cervantes ante esta “explosión” inminente?

RV: Queremos capitanear el tren del español, que es muy potente. Intentamos prepararnos para el momento en el que los Estados Unidos se conviertan en el primer país hispanohablante del mundo.

LM: ¿Ese día está cerca?

RV: Sin duda. Los Estados Unidos serán el primer país hispanohablante del mundo en 10 o 15 años, como mucho. Y cuando el español sea la lengua de moda en los Estados Unidos veremos una explosión planetaria de interés en nuestra cultura, por la sencilla razón que los Estados Unidos funcionan como el “ventilador”, o “altavoz”, que lleva las tendencias culturales al mundo entero. De la misma manera que llevan el rap desde Sudáfrica al Líbano, llevarán el español a los cuatro confines de la Tierra.

LM: ¿La lengua entonces como negocio planetario?

RV: Pues claro. La lengua es un negocio y una industria. Además, debemos ser conscientes de que hay otros competidores en ese negocio. España se juega ser la locomotora o el furgón de cola del español como lengua global. Tenemos que entender que la lengua es un producto industrial, y como tal es un activo que genera puestos de trabajo. La lengua es un verdadero campo de batalla que involucra empresas multinacionales de la edición y grandes capitales. El peligro es que a menudo creemos que lo tenemos ya todo ganado. Que la expansión del español seguirá porque dios es grande. No nos damos cuenta del valor que tiene que nuestra lengua se expanda sola.

LM: ¿Pero quién va a dirigir el fenómeno del español global? ¿Un país…o una empresa multinacional con intereses comerciales?

RV: Buena pregunta. ¿Será Time Warner, Random House Mondadori o Bertelsmann? Porque no podemos alegar que la lengua nos pertenece porque nace de un maravilloso chispazo que tuvo lugar en el Siglo XI en San Millán de la Cogolla, y que por esa razón nos corresponde su liderazgo mundial. Cambridge Press o Bertelsmann tienen más conocimientos de cómo vender una lengua, de cómo enseñarla y expandirla como mercado que nosotros. Es por ello que pueden hacerse con el colosal modelo de negocio del español global. México es también una enorme potencia cultural que está al lado de los Estados Unidos y conoce muy bien los riesgos de esta competencia. Creo que la conocen mejor que los españoles.

LM: Esto me hace pensar en la tan mentada “Marca España”.

RV: Gaudí, Alejandro Sanz, García Márquez, los vinos chilenos o el diseño gallego son más “marca España” que ninguna empresa multinacional. Y nos han costado menos. Que el proyecto de la “Marca España” lleve 10 años en el paritorio y sin sustancia es un síntoma más de nuestros complejos, de nuestra incapacidad a tomarnos en serio, y debería ser materia de psicoanálisis nacional.

LM: Esta visión de la lengua como industria debe provocar levantamientos de cejas.

RV: Desde luego. A menudo mis colaboradores adoptan una postura purista, del tipo “no somos vendedores”, o que “la cultura no es un mercado y no se vende”, o que “la educación es un derecho”. Grandes palabras con las que uno puede estar de acuerdo; pero el hecho de que la cultura pueda ser un derecho no quita que también pueda ser un mercado. Hay que entender que la cultura también es un mercado y también se vende, y si no pregúntele al cineasta que logra llegar a tal festival, o a la soprano que se coloca en tal discográfica. ¿Si no estamos aquí para vender el español, para qué demonios estamos? ¿Para qué nos paga el contribuyente español? Hay que entender que todo espacio que no ocupemos nosotros, será ocupado por el Instituto Goethe, la Alianza Francesa, u otros competidores. Donde no estén nuestros músicos, cineastas y escritores, estarán los músicos, cineastas y escritores de otro país que se toma toda esta competencia mucho más en serio.

LM: Otras potencias han creado medios como Russia Today, Al Jazzira o Al Arabiya. ¿Nos estamos quedando fuera del juego de la comunicación?

RV: Efectivamente. La posición del mundo hispánico en el mundo es eminentemente cultural, más que industrial o agrícola. Y sin embargo falta aún un programa de diplomacia cultural exterior que nos explique ante el mundo. Pero ¿por qué han nacido en los últimos años todos esos medios que usted menciona? Porque hay gente que se ha dado cuenta de lo importante que debe ser dar uno mismo su visión del mundo al resto. O, al menos, han visto que a la BBC, CNN o Radio France Internationale les merecía la pena como para invertir miles de millones.  

LM: Volviendo a un tema que tratamos antes, que el español no “es propiedad” de España es algo que posiblemente también cueste digerir a unos cuantos.

RV: ¡Pero es que el español ya no nos pertenece! (risas) Es necesario entender que el Instituto Cervantes no se centra en España, sino en la lengua común a todos los países que hablan español y su cultura. Lo que nos importa es el español. No España. Las cabezas pensantes son bien conscientes del hecho de que España ya no es el mayor país hispanohablante y que el español es un fenómeno eminentemente americano. Y es en América donde se juega el futuro de la lengua, pues ha dejado de ser un fenómeno europeo. Tenemos un mecanismo integrador que es absolutamente invalorable. El español tiene cinco vocales que no varían un ápice desde Mallorca hasta Santiago de Chile. Hay menos diferencias entre el español de Chile y de Baleares que entre el alemán de dos regiones austriacas. Este es un tesoro del que no somos del todo conscientes, y que ya querrían para sí muchas otras comunidades lingüísticas. El español se expandió por el mundo antes de que existieran políticas lingüísticas o educativas, y antes siquiera de ser conscientes de ello.

LM: Su entusiasmo es contagioso.

Ramiro Villapadierna (24) MINI

©RODRIGO CARRIZO COUTO

RV: Es que no ha habido en la Historia un proyecto global comparable al británico y el español. América y su mundo son la proyección global de Europa. China no lo es. India no lo es. Pero desde Canadá a Chile, todo es una proyección de nuestro sistema jurídico, de nuestra academia, de nuestra administración pública, de nuestros valores. Cuando un checo o un escocés van a América se encuentran con un universo que les es familiar, porque es el universo europeo. América es la continuación de Europa por otros medios.

LM: Usted suele definirse como “americanista”. ¿Puede explicarse?

RV: Soy un decidido americanista. Siempre ha habido una España más americanista, que en la globalidad tal vez se ha diluido. El café, el tango, el habano, Diego Rivera, Macondo o el puerto del Callao son patria indistinguible de todos, e iconos de nuestra cultura común. Los hispanos somos ese hijo afortunado y superdotado con una lengua colosal, pero que se arriesga a no saber qué hacer con sus talentos, como quien recibe una herencia inmerecida.

LM: Desde un punto de vista más autocrítico, ¿los latinos seríamos muy simpáticos, pero no “necesarios”? ¿No se nos toma en serio en el mundo?

RV: Pues la simpatía es una muy importante forma de “soft power”. Puede que no dé dinero, pero es un activo irrenunciable que ya querrían muchos. El problema llega cuando te conformas con esa simpatía y no quieres ir más allá. Pienso que la búsqueda constante de diversión y placer es uno de los grandes lastres de nuestra cultura.

LM: Se impone terminar hablando de la República Checa, dado que aquí hablamos y aquí trabaja usted. Pero tengo la impresión de que no sabemos nada del país que visitamos. ¿Qué es lo esencial que debemos entender de Praga y la República Checa?

RV: Que este es un país fuertemente industrializado. Que diseñaba y fabricaba coches ya en tiempos del Imperio Austrohúngaro. Han inventado desde lentes de contacto hasta explosivos y armas que se exportan a medio mundo. Son creadores y muy trabajadores. Son conscientes de que o venden ellos, o el mercado se lo quitarán los holandeses y los suizos. Es un pueblo profundamente culto y musical. Su lengua los niños la aprenden cantando. El respeto que los checos tienen por la educación es impresionante. Los checos tienen en un valor inestimable el estudio y el sacrificio, pues ellos no se creen eso tan latino de que nacemos con el talento y la gracia naturales.

LM: Respeto por el pasado y las tradiciones. El valor de la cultura. Me temo que los checos no ganarían muchas elecciones si se presentaran en España.

RV: Desde luego (risas). Y es que a los checos les sorprende nuestra obsesión con borrar el pasado, con tirar edificios históricos o cambiar nombres de calles, con desconocer nuestra historia. Ellos luchan por conservar lo que tienen, y te lo dicen todos: comunistas, liberales, democristianos. No es una cuestión ideológica. Aquí a nadie se le ocurre invitar a Frank Gehry a edificar un museo a orillas del río Moldava para que nadie pueda dudar de que somos más modernos que nadie. (risas)

LM: Hablando del Moldava, antes comentaba usted algo sobre la “historia española” del barrio histórico que vemos en la otra orilla del río.

RV: Cierto. Algo muy importante, y que los españoles desconocen por completo, es que en Praga en el Siglo XVI se hablaba español. Nuestra embajada ocupaba gran parte del Casco Viejo, a orillas del río Moldava, entre el famoso Puente de Carlos y el palacio. Y algo aún más increíble: en esa época un ecuatoriano y un checo vivían en el mismo país; algo que sorprende mucho a los checos de hoy (risas) pues todos éramos súbditos del Imperio. Las familias pudientes enviaban a sus hijos a estudiar a España, y usar el castellano en la corte era de buen tono. Por ejemplo, el emperador Rodolfo II se había educado en España, al igual que muchas de las grandes mujeres de la historia checa. Igualmente, el comandante en jefe de los ejércitos de Bohemia y Moravia era un catalán, y existía el culto a la Virgen de Montserrat. Sin olvidar al mundialmente conocido Niño Jesús de Praga, traído por una española, María Manrique de Lara.

LM: ¿Una reflexión a modo de conclusión?

RV: Curiosamente, los españoles desconocen estos fuertes lazos entre nuestros dos países, mientras que los checos nos entienden mucho mejor que nosotros a ellos. Pero los españoles vivimos siempre buscando una idea de modernidad quimérica al tiempo que ignoramos de dónde venimos. 

Imágenes: Copyright: Rodrigo Carrizo Couto 2016

RodrigoRodrigo Carrizo Couto. Radica en Suiza y escribe para el diario El País y la SRG SSR Swiss Broadcasting. Ha colaborado regularmente con los diariosClarín, La Nación de Buenos Aires y la revista suiza L’Hebdo, entre otros medios.

 


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Posted: October 26, 2016 at 8:43 pm

There is 1 comment for this article
  1. Rodolfo Bustamante at 2:50 pm

    De acuerdo con el autor. Además ese futuro se abre de forma necesaria en Estados Unidos. Es ridículo que digan que en este país los hispanos somos la minoría. Se habla tanto español como ingles y solamente el American Corporate lo ha sabido aceptar. de allí que siempre den la opción en español

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