Los Fine y su nuevo documental
Lucía Camargo Rojas
Inocente es el título del documental dirigido y producido por los esposos Sean Fine and Andrea Nix Fine. La historia inicia con un acercamiento de la cámara a una joven de rasgos latinos cuyo maquillaje denota el esmero, el gusto por el color y armonía propios de un artista. La joven tiene quince años pero habla con la madurez de quien se sabe dueño de su destino. Pronto nos cuenta su gran secreto: lleva casi una década divagando por la ciudad de San Diego junto con su madre y sus hermanos. Su familia no tiene una casa propia y ninguno de sus compañeros de clase lo sabe.
La joven se llama Inocente, tal vez porque está libre de toda culpa. En este documental, ganador del Oscar 2013 al mejor documental corto, ella nos narra su historia sin ninguna clase de mediaciones. Esa es precisamente la decisión más acertada que hicieron sus productores, quienes optaron por dejar que Inocente contara y mostrara directamente su más grande deseo: convertirse en una artista.
No es la primera vez que la pareja Fine se interesa en hacer evidente el poder del arte en sus producciones. Su documental War/Dance (Guerra/Danza), nombrado Mejor Documental y Mejor Cinematografía en los premios Emmy 2009, se había encargado de ilustrar el rol de la música como herramienta transformadora en la vida de los niños que viven en la zona de conflicto de Uganda. Ademas la pareja reconocida en el mundo de la pantalla grande por sus documentales sobre historias desconocidas y por haber trabajado en 33 países distintos en la última década.
Con tomas en las que la madre de Inocente cuenta su historia, así como con escenas de la vida diaria de los personajes, pronto es clara la situación de vulnerabilidad en la que esta joven y su familia han vivido. Son inmigrantes, debieron huir de un padre que los maltrataba y tienen el deseo de tener una casa propia. De acuerdo con el documental, más de 1.5 millones de jóvenes viven sin hogar en los Estados Unidos. Inocente decide sobrellevar esta situación a través de las gruesas y coloridas pinceladas que conforman sus pinturas.
En su trabajo artístico Inocente relata su oscuro pasado y lo transforma en un futuro prometedor y colorido. Ese deseo de pintarse incluso a sí misma, la lleva a estudiar clases de arte. Su talento finalmente es reconocido y se le otorga la posibilidad de realizar su primera exhibición en solitario con 30 pinturas que debe culminar en tres meses.
El documental es franco, crudo en ciertos momentos, pero sobre todo honesto. La relación entre Inocente y su madre es complicada, situación predecible dadas las circunstancias. Pero lo que más se destaca es la relación de la joven con el arte como la vía para cumplir sus sueños. “No me arrepiento de lo que he vivido porque es lo que me ha hecho ser lo que soy” dice. Cada escena en la que se la ve pintando lo demuestra. Son especialmente bellas las tomas en las que se ilustra detalladamente cómo mezcla los colores y mueve con paciencia y firmeza el pincel.
El deseo de pintar una nueva vida está encarnado en esta joven llena de vitalidad que pareciera emanar sueños, deseos y esperanzas en cada una de sus pinturas. Conocer su historia, claro está, es inspirador. “Tienes que volver tus sueños realidad,” dice con entusiasmo. “Si no tuviera sueños absurdos estaría deprimida,” agrega más adelante. Su determinación es contagiosa, sobre todo cuando se ve su talento.
Los productores de Inocente van destapando poco a poco cada una de las facetas de su vida para culminar exitosamente en la exhibición de sus 30 pinturas. Es en ese momento que la armonía entre vida y arte es evidente y en donde el esfuerzo de la joven artista se transforma significativamente en un momento de recuperación de la dignidad.
Posted: June 24, 2013 at 9:40 pm