Catalonia`s Divorce
El divorcio de Cataluña
Patricia Gras
Catalonia wants a divorce. The central government of Spain says no. The people want them to think about it. In this case, what has happened seems to benefit no one. It does, however, radicalize positions, increase hatred and conflict and results in long-term harm to human relationships.
Both sides have their valid arguments, but what are the long-term consequences of this split within the same nation? Catalonia will most likely lose jobs, corporations, banks, trade, international stature and even their beloved soccer team Barça would no longer play in La Liga. Spain, on the other hand, might lose the moral high ground by using force, intransigence and extreme measures such as harassing voters or jailing leaders of the pro-independence parties.
Spain is a nation with a lot of autonomous regions. Many speak different languages and have their own cultures, but if Spain is a nation and these regions are under Spain I can understand why there is no wish for an independent region to break away. Surely, it could cause a domino effect. I also understand Spain’s desire to keep Catalonia within its boundaries and can recognize some of the reasons many Catalans wish for independence.
Both sides have engaged in brainwashing their populations. They make the other side the “bad apples” in every way. Scapegoating is a special beneficiary of these situations. Someone else is to blame for my personal situation, i.e. “We pay way more taxes than we get back,” say Catalans. The central government of Spain replies, “Yes, but we own 60 percent of your debt, which stands at 58 billion pounds.”
Tribalism has led to much chaos and war. Although Catalonia so far appears to react peacefully, once Spain imposes direct rule, that may change. We have seen in recent history what happens when one tribe feels superior to another or victimized by another. Let’s begin with the Balkans. Communism kept them at peace, then a brutal and ethnic warfare arose once intermingled citizens split into their own small worlds. Loyalty to tribes destroyed Beirut in Lebanon in the 70’s and caused millions of deaths in a few months in Rwanda in the 90’s. There is little comparison with what is happening in Catalonia right now, but there are already family and friends in conflict over what has happened. That is already tragic. Now, Catalans can threaten the nation state of Spain. Next, each tribe stops thinking and hanging out with those who agree and starts calling those who don’t the “aliens.”
We live in a world where political parties have created this sort of tribalism and name-calling. How can Spain live beyond such tribal identities, build a society based on the individual part of a people’s republic? How does Spain now give Catalans a sense of belonging? How do you heal what has already caused a tremendous split? How do these two parties forgive each other and work toward a true democracy without splitting? A peaceful solution could benefit both sides. One that takes into account a true understanding of what is possible. Sure, it appears easier to belong to your tribe, one that affirms your beliefs and believes in your righteousness, but ultimately those in the tribe will live a life of conflict, hatred and misunderstanding. Be calm, listen, understand and compromise. You have a choice.
Patricia Gras is a seven-time Emmy Award-winning journalist. She is the founder and producer of the online series Passion Time.
©Literal Magazine
Cataluña quiere un divorcio. El gobierno central de España dice que no. La población en general quiere que todo se piense bien. En este caso, lo que sucedió parece no beneficiar a nadie. Sin embargo, radicaliza posiciones, aumenta el odio y el conflicto entre ambas facciones haciendo un daño profundo a largo plazo entre las relaciones humanas al interior de España.
Ambas partes tienen argumentos válidos, pero ¿cuáles son las consecuencias de esta división dentro del país? Es muy probable que Cataluña pierda puestos de trabajo, empresas, bancos, comercio, prestigio internacional e incluso, su amado equipo de fútbol Barça, ya no podrá jugar en “La Liga”. España, por otro lado, podría perder ventaja moral al usar la fuerza, las medidas extremas y la intransigencia al acosar a los votantes o encarcelar a los líderes de los partidos independentistas.
España es una nación con muchas regiones autónomas. Muchos hablan diferentes idiomas y tienen sus propias culturas, pero si España es una nación y estas regiones se unen bajo el mandato de España, puedo entender por qué no hay un deseo de que una región independiente se separe. Sin duda, podría causar un efecto dominó. También entiendo el deseo de España de mantener a Cataluña dentro de sus fronteras y reconocer algunas de las razones por las que muchos catalanes desean la independencia.
Ambas partes se han involucrado en el lavado de cerebro de sus gobernantes. Hacen del otro lado las “manzanas podridas” en todos los sentidos. Alguien más tiene la culpa de mi situación personal. Es decir, “pagamos mucho más impuestos de los que recuperamos”, dicen los catalanes. El gobierno central de España dice: “Sí, pero tenemos el 60 por ciento de su deuda, que asciende a 58 mil millones de libras”.
El tribalismo ha llevado al caos y la guerra interna. Aunque hasta ahora Cataluña parece reaccionar pacíficamente, una vez que España continue con la imposición de un gobierno directo todo puede cambiar. Hemos visto en la historia reciente lo que sucede cuando una tribu se siente superior a otra o victimizada por otra. Comencemos con los Balcanes. El comunismo los mantuvo en paz, luego una guerra brutal y étnica hizo lo suyo una vez que los ciudadanos se dividieron. La lealtad a las tribus destruyó Beirut en el Líbano en los años 70 y luego hubieron millones de muertes en unos pocos meses en Ruanda en los años 90. En este momento hay poca comparación con lo que está ocurriendo en Cataluña, pero ya hay familiares y amigos en conflicto por lo sucedido. Haber llegado a este punto es trágico. Ahora los catalanes pueden amenazar al estado nacional de España. A continuación, cada tribu deja de pensar y dedica su tiempo solo con aquellos que están de acuerdo y llaman a los que no lo están “extraterrestres”.
Vivimos en un mundo donde los partidos políticos han creado este tipo de tribalismo y de insultos.
¿Cómo puede vivir España más allá de tales identidades tribales, construir una sociedad basada en la parte individual de una república popular? ¿Cómo ahora España le dará a los catalanes un sentido de pertenencia? ¿Cómo se cura lo que ya ha causado una tremenda división? ¿Cómo se perdonan los dos bandos y trabajan por una democracia verdadera sin divisiones? Una solución pacífica podría beneficiar a ambos. Uno que tenga en cuenta una verdadera comprensión de lo que es posible. Claro que parece más fácil pertenecer a la propia tribu, una que afirma las creencias propias y cree en su justicia, pero en última instancia, aquellos en la tribu vivirán una vida de conflicto, odio e incomprensión. Habrá que mantener la calma, escuchar, entender y comprometerse. Existen opciones.
Patricia Gras es periodista y ganadora de 7 Emmy Award. Es la fundadora y productora del programa Passion Time.
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