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El terror apocalíptico en París

El terror apocalíptico en París

Hisham Melhem

Los recientes atentados en Beirut y París son los últimos recordatorios de que el flagelo del terrorismo no sólo es tan antiguo como las sociedades organizadas sino que es más ubicuo y letal en un orbe globalizado. Las calles de París han protagonizado y experimentado numerosos actos de terror, desde el terror “secular” de los anarquistas del siglo XIX hasta el terror “sagrado” de al-Qaeda, tan fresco como que fue en enero pasado con los ataques a Charlie Hebdo. Pero dada la masacre del viernes –que al momento de escribir este artículo cobró más de 120 vidas–, la labor del Estado Islámico o de al-Qaeda tienen la repugnante distinción de ser el peor terror apocalíptico que ha visitado una ciudad occidental desde el 9/11 en Estados Unidos. No hay ciencia del futuro pero podemos extrapolarlo a partir de hechos históricos, tendencias y proyecciones para prever (aun sin absoluta certeza) que mientras haya hombres y mujeres movidos por impulsos irreconciliables (ya sean en atuendos religiosos, históricos o bajo la reivindicación de agravios políticos) y dispuestos a sacrificar sus vidas para ganar, el terrorismo –con sus asombrosas mutaciones– se mantendrá entre nosotros como el lado oscuro pero integral de la civilización.

Terror globalizado

En un mundo globalizado ninguna ciudad es inmune a los espectaculares actos de terror. Durante el 9/11 Estados Unidos sufrió su primer encuentro con una cepa del terror absoluto a manos de 19 jóvenes islamistas enviados por al-Qaeda, organización terrorista forjada en el crisol de la guerra en Afganistán. Ese encuentro cambió a EE.UU. de forma radical e impensable hasta antes de aquella fatídica mañana de septiembre. Nunca tan pocos individuos habían irrumpido brutalmente en la vida de tantos, a tan bajo costo y por un tiempo tan largo. Fue un trágico encuentro entre el apocalipsis y la globalización. Antes de ésta, la cepa del terrorismo alentado por el fervor religioso o los impulsos nihilistas y extremistas tuvo un notable –aunque en su mayoría limitado– impacto en las sociedades afectadas. El daño iba acorde con las herramientas a disposición del terror. Los asesinos de la Persia medieval o de Siria desenvainaban una daga para despachar a sus objetivos; los anarquistas de Europa (y América) apretaban el gatillo o lanzaban una bomba. Los terroristas del 9/11 emplearon aviones civiles como misiles matando a miles en muy pocas horas; a su vez, los ejércitos enmascarados de ISIS emplean la totalidad del vasto espectro de herramientas de los asesinos: blanden espadas y recurren a columnas de tanques para asaltar ciudades lo mismo que desafían al mundo a librar una cataclísmica batalla del Fin de los Tiempos en Dabiq, Siria. Por otra parte, lo que diferencia a ISIS de al-Qaeda es el entorno en el que operan. Después de todo, el daño que un cuchillo o incluso un arma podrían causar es mínimo; pero con ISIS y al-Qaeda estamos hablando de una amenaza cualitativamente nueva porque hemos llegado a la intersección del terrorismo y la globalización, donde los extremistas de ISIS en particular vagan por el mundo virtual utilizando la revolución digital para acelerar el arribo del Apocalipsis.

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Un día ignominioso

Los ataques de París se convertirán en un hito, un día de infamia con el que los franceses –y europeos– marcarán su historia moderna como un antes y un después de esa fecha ignominiosa al igual que los estadounidenses hablan del 9/11. La vida en Francia y la Unión Europea va a cambiar y no necesariamente para bien. El presidente francés Francois Hollande ha declarado ya el estado de emergencia desplegando al ejército sobre París. Se intensificarán así las medidas de seguridad en las fronteras supuestamente nominales de la Unión Europea y habrá más vigilancia por parte de las agencias de inteligencia, lo que podría impactar negativamente en las libertades individuales. Asimismo, oiremos los previsibles llamamientos a la toma de control del Medio Oriente y, por su parte, es probable que las comunidades musulmanas europeas se sientan más vulnerables y excluidos ante el inevitable incremento de los sentimientos y la retórica anti-musulmanes de la derecha. Tal es el horizonte para Francia después de los ataques del viernes por la noche. (Se han registrado informes ya de que en las horas siguientes a los atentados fueron atacadas varias mezquitas en Francia). Y si los terroristas han sido musulmanes nacidos en Francia, ese hecho traerá de nuevo al primer plano la realidad dolorosa de un estrato relativamente grande y joven dentro de la comunidad musulmana en Francia que vive en los márgenes de la sociedad, resentido, alienado y muy receptivo a los predicadores del Apocalipsis –algo que explica por qué Francia ha suministrado a ISIS con su quinto mayor contingente de yihadistas extranjeros.

La derrota de la inteligencia y la imaginación

Es un signo de los tiempos que un puñado de terroristas decididos pueda paralizar a una capital europea importante. Francia, una potencia nuclear con una gran economía, aún estaba recuperándose de los daños causados por tres hombres, quienes hicieron estragos en París en enero pasado. Las democracias modernas, sociedades abiertas dada su naturaleza política, son particularmente vulnerables al terrorismo. La Patriot Act adoptada tras el 9/11 como preventivo contra otros ataques similares despertó una considerable oposición, creando profundas divisiones en Estados Unidos ya que fue percibida como una agresión a las libertades individuales. Si los ataques del 9/11 pusieron en evidencia la falta de imaginación y el fracaso de la inteligencia norteamericanos, el terror en París, con siete ataques simultáneos, representa también un colosal fracaso en un país que cuenta con servicios de inteligencia considerables y una larga experiencia en la lucha contra el terrorismo. Es demasiado pronto para especular sobre cómo se ocupará Francia de este fracaso pero lo que es seguro es que habrá una revisión a fondo de los métodos de inteligencia, efectivos o supuestos, y que su impacto se hará sentir en toda la Unión Europea.

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Una despiadada Force de frappe

En el Teatro Bataclan, donde hubo la mayoría de víctimas, el presidente Hollande prometió que Francia emprendería una lucha contra los terroristas y que ésta “será sin piedad”. Para los franceses la carnicería de París constituye un cambio de juego en la guerra contra ISIS, si es que efectivamente los ataques fueron perpetrados por dicho grupo militante. En tal caso es seguro que Francia, en coordinación con Estados Unidos e Irak, intensifique sus ataques militares contra ISIS. Francia es tal vez el último país europeo que aún está dispuesto a desplegar su fuerzas en el extranjero en plan de combate. Así, en las últimas décadas ha intervenido militarmente en una serie de conflictos en el Medio Oriente y África con resultados desiguales. En años recientes al-Qaeda inspiró o dirigió varios ataques terroristas que paralizaron a algunos países europeos, principalmente Gran Bretaña y España. Los atentados a un tren de Madrid en 2004 tuvieron éxito en la consecución de su pretendido objetivo, la retirada de las tropas españolas de Irak. Sin embargo, Francia no mostrará tal inclinación respecto del Medio Oriente y se espera que utilice sus tan alabadas Force de frappe contra los autores de los atentados en París.

La espada contra las ideas

La “guerra de ideas” es parte integral de la batalla de Estados Unidos contra ISIS. De hecho, muchas de estas batallas son guerras de ideas y de armas. La mayor parte de las libradas por Estados Unidos han sido de esta naturaleza, principalmente en el siglo XX: las ideas fueron eficaces y desempeñaron un papel determinante en las luchas de Estados Unidos contra el nazismo, el fascismo y el comunismo, ante todo porque dichas ideologías contaban con algunos simpatizantes en EE.UU. Pero un grupo apocalíptico nihilista como ISIS no puede ser derrotado mediante el poder de aquellas ideas que un país como Estados Unidos o Francia pudiera hacer valer. Los valores de libertad, democracia e igualdad son ajenos y hasta ofensivos para estos atávicos guerreros. La historia musulmana está colmada de rebeliones milenaristas y movimientos apocalípticos encabezados por falsos Mahdis [Guías] y Califas espurios  derrotados en los campos de batalla. Por supuesto, hay un lugar para las ideas en este tipo de luchas, aunque en el caso de ISIS la justa final de sus “ideas” nihilistas estará o debería estar idealmente en manos de los musulmanes ilustrados y será secundaria a la lucha mediante las proverbiales espadas. La suposición de que quienes huyen de las filas de ISIS en busca de redención –en conjunción con los musulmanes moderados y el apoyo de las democracias occidentales– podrían restañar el atractivo de ISIS a los ojos de los jóvenes y alienados musulmanes resulta descabellada. La seducción de este tipo de grupos está limitado siempre a un número relativamente pequeño de partidarios. Tal es la naturaleza de la bestia. Los movimientos radicales y revolucionarios, religiosos o seculares, son casi siempre de unos cuantos. En el futuro inmediato las espadas y el despiadado y crudo poder militar (musulmán y no musulmán) son absolutamente necesarios para derrotar a un grupo como ISIS.

La carnicería sin precedentes de París es casi la nueva cotidianidad en Siria e Irak. Tras años de derramamiento de sangre, muchos árabes y occidentales se han vuelto insensibles a las tragedias en curso de la región. Sólo se esperaría que el terror en Francia sea un catalizador para que EE.UU., la Unión Europea y aquellos árabes dispuestos a enfrentar a los pregoneros del Apocalipsis (más las sectas suní o chiita en Siria o Irak) salven a ambos países de lo que parece ser un descenso acelerado hacia su desintegración total.

© Al Arabiya News

Traducción de D.M.P.

MelhemHisham Melhem es columnista y analista de Al Arabiya News Channel en Washington, DC. Melhem ha entrevistado a numerosas figuras públicas estadounidenses e internacionales. Es corresponsal de Annahar, el diario libanés más importante. Durante cuatro años fue anfitrión de Across the Ocean, programa de actualidad sobre las relaciones entre Estados Unidos y el mundo árabe para Al Arabiya News Chanel. Twitter: @hisham_melhem


Posted: November 22, 2015 at 11:45 pm

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