Essay
Naomi Campbell contra el racismo

Naomi Campbell contra el racismo

Miguel Cane

Se puede decir claramente que Naomi Campbell es una figura icónica, aún si su temperamento terrible no le ha ganado simpatías; lo innegable es que su belleza particular hizo que rompiera barreras a fines de los 80 y principios de los 90, al ser la primera mujer en aparecer en la portada del mítico número de septiembre de Vogue, la primera en la cubierta de Vogue Francia; también ha tenido su propio “reality show”, una novela y una autobiografía publicada.

Desde su debut, Naomi Campbell cambió la industria de la moda con su aparición en las pasarelas: después de ella y sus compañeras del grupo de las súper tops de los 90 (Cindy  Crawford, Christy Turlington, Claudia Schiffer y Linda Evangelista), nada volvió a ser lo mismo y vinieron a redefinir el concepto de la modelo de alta costura; pasaron de ser sólo rostros hermosos, a convertirse en auténticas industrias.

Y sin embargo, no es ningún secreto que el color de su piel le ha impedido llegar a los mismos sitios que otras modelos de su rango han conseguido a lo largo de los años; como, por ejemplo, protagonizar una campaña de publicidad de un producto de belleza o alguna fragancia. En una entrevista a Evening Standard Magazine, la modelo contestó con una mirada de “ya sabes por qué” cuando le preguntaron la razón de no haber sido la cara de una marca cosmética hasta el momento, pese a llevar casi treinta años en este negocio. Algunos lo atribuyen a que es una mujer de carácter volátil e irascible, pero al mismo tiempo, nadie puede negar que ha habido aunque sea un poco de racismo implicado en esto, lo que le ha llevado a emprender, por primera vez, una campaña de activismo.

Ahora, Campbell hace fuerza junto a otras modelos negras veteranas como la formidable modelo de origen somalí Iman —quien también es la viuda de David Bowie—, Beverly Johnson o Bethann Hardison, para impulsar la diversidad racial en su sector laboral.

“La razón por la que Iman y yo alzamos nuestras voces para apoyar a jóvenes como Jourdan Dunn es porque no queremos que pasen por lo mismo que nosotras: la discriminación, aún cuando te discriminan con una sonrisa. Todavía hay casas de alta costura que no contratan a modelos negras para sus desfiles. Y te digo una cosa: no pienso llevar ni una prenda suya”.

La denuncia sobre el racismo en el mundo de la moda se ha hecho cada vez más potente en los últimos años. Sin ir más lejos, en la última edición de la Semana de la Moda de París, un grupo de modelos negras se manifestaron por las calles de la ciudad bajo el hashtag #BlackModelsMatter.

La causa de esta protesta —o bien, la gota que derramó el proverbial vaso— fue la decisión de la casa Balenciaga de escoger únicamente a cuatro modelos de color para un desfile con cincuenta propuestas. La consigna ya se había visto en la Semana de la Moda de Nueva York el año anterior, impresa en bolsos de algunas de las asistentes… y no todas ellas negras (la legendaria exmodelo Lauren Hutton se sumó a la causa, al igual que Paulina Porizkova).

Pero pese a todas las acciones, la igualdad racial está muy lejos de brillar en las pasarelas: menos del 30% de las modelos que trabajaron en las colecciones de otoño/invierno 2017 fueron negras. Naomi Campbell lo tuvo muy difícil y 30 años después del camino sigue siendo cuesta arriba para ellas. “Pero si podemos hacer una diferencia”, apuntó, “seguiremos haciendo ruido, no importa que incomodemos a algunos diseñadores. Es hora de que esto cambie.”

Imagen de Renan Katayama

Miguel Cane es autor de la compilación Íntimos ensayos y de la novela Todas las fiestas de mañana. Es colaborador de Literal. Su Twitter es @aliascane


Posted: June 12, 2017 at 8:41 pm

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