Poemas
Pablo Piceno
Formas de aproximarse a la voluntad de un niño o de escucharlo:
1. Ponerse en cuclillas para que el niño hable a la altura del tutor, que entienda que no hay …..ventaja y que la auctóritas ha muerto.
2. Reprenderle apenas diga nada frente a un mayor; decirle: la autoridad se gana, no se habla al …..degustar los sagrados alimentos; decirle: if you persist in wearing your mask at the supper …..able; decirle: anda ya, Pablo, otro día te escucharemos.
3. Inoculándole primero el apetito venéreo autoinmune, destrozando el agujero de su cerradura …..estremecida, mandarle decir: Señora, si de verdad la violaron, como dice, que la niña se …..comunique con nosotros y nos cuente su versión. La escucharemos enseguida.
4. Asumirlo: eso de la disforia de género es un fenómeno complejo. Nunca se está bien seguro …..de que lo que el niño diga a sus tres o cuatro años realmente sea lo que quiere. Pero creo que …..si escuchamos de verdad, si un día cede nuestro ogro pedagogo, notaremos que hay niños …..que a partir de preescolar lo tienen bastante claro.
5. Suplicar: Pide Mon Père que le canten una canción de cuna y que se acueste uno de ustedes …..en su cama junto a él porque estuvo misionando mucho y está malo de sus reumas.
6. Poner al niño en cuclillas dejar que se acerque a ti el profesor David me trata feo porque me …..muerde la colita con los dientes me baja el short y el pantalón y yo le digo que eso no pero él …..dice que así se hace en el salón de pelotas primero metía su cola en mi boca me ponía una …..pomada luego algo le salía al maestro yo escupía. Los dos caíamos al piso al final.
7. Aguantar y sepultarse en vida: me duele aquí pero no te vas a enojar mamá pero no vas a ir a …..decir mamá no quiero que me dejen ir al salón de pelotas ya mamá.
* * *
Meterse ya de cuerpo entero en recuerdos ajenos:
Uno de los primeros días en el Milan, Ronaldo me preguntó si quería unirme a su grupo, mostrándome una revista de Playboy, o al grupo de Kaká, que tenía más cosas de Iglesia en el vestuario.
Pensar: mi vida se decanta entre esa revista de Playboy y las cosas de Iglesia –antes, ayunos prolongadísimos y un misterio glorioso por idioma conocido; ahora, Joachim Jeremias, Emmanuel Carrère y Giorgio Agamben hablándole en su idioma al misterio glorioso que no oye–. La memoria selectiva vuelve relevante lo que a nadie importa. Por qué Alexandre Pato no pudo decir: la enorme velocidad, el hambre de gol, la potencia de su pierna de apoyo al encarar contrastando la terrible hueva de Ronaldo en el campo cosechando una cuota insuperable: nunca se vio nada igual. La respuesta del vestuario es decisiva porque arriba del dolor no hay nada más. Y es urgente su extinción, su aturdimiento. Aunque apenas sea un espejo el paliativo ante la pena, y sea un espejo siempre. El de San Pablo que decía que entonces conoceremos como somos conocidos pero mientras un espejo muy oscuro. El del porno que es la imagen de la imagen donde creemos verlo todo, pixelado el figmento hasta el límite, el sentido supernumerario que degusta el resto inclasificable. La apódosis sin prótasis o su contrario. La prohibición, la inexistencia, el mutismo vuelto escándalo. La metáfora de la verdad porque acaso la verdad no puede ser. Porque esto es el dolor se ama lo otro y no hay preámbulo. Donde nace Dios que muera el cuerpo o su inversión. Renunciaríamos a todo por que la muerte se detenga.
–Y, bien, ahora que vuelves a Europa y tantos chanchos han pasado, ¿te arrepientes de lo que escogiste entonces?
–Kaká no se arrepintió de no quitarse los vaqueros cuando todos los demás posábamos en calzoncillos para ese Playing for the world al frente de Vanity Fair. Quisiera que me arrepintiera y yo también fuera noticia. La conversión a Dios y la aversión a sus creaturas y quedar todos tan contentos. Como si fuera tan sencillo. Prefiero ser de los calientes por si hay un Dios un día y no me vomite como a él.
* * *
mi padre me llevaba a la campiña a cuidar cabras. agraces di.
me dejaba ahí un día meses semanas
yo tenía mucha hambre y cinco años y lloraba mucho
a mi padre le cabreaba que llorara me golpeaba contra un tronco
fuera de eso era un hombre muy calmo e ignorante como yo
eso aprendió mi padre de su padre a contar en pobre sardo
con su dolor y sus llagas. regresó por mí un día y todo iba muy bien
las cabras vivas el pasto elevado mi corazón hecho una bandiera bianca
che sul ponte sventava sin respuesta alguna. así años fui creciendo.
en la guerra mi hermana quiso chupar la poca leche
de los pechos agrietados de la mamma y no encontró
ella tenía mucha hambre y cinco días y tísica lloraba mucho.
a mi padre le cabreaba que llorara y golpeaba a mi madre contra un tronco
fuera de eso era un hombre muy calmo e ignorante como yo
alguna vez quise escapar pero las cabras me balaban locas y aprendimos juntos a crecer hasta que un día el padre murió con su barba agotada de caerse
la campiña muerta la pradera europea y las cabras. me quiso querer mucho
en sus frutos como un muro maduré y así llegué a ser quien soy
a veces puedo abandonarme un día meses semanas sin llorar.
a dónde irá esa infancia que perdí, ahora que pienso, esos días meses semanas
qué pastada la memoria quedaría que olvidé tan lo demás.
* * *
También tuve mucho miedo cuando me acorralaron al patio y me golpearon con un balón de cuero durante muchos minutos que tal vez fueron segundos solamente. Gabriel quería que atrapara la pelota o que los dejara copiar mi tarea y que no dijera nada. Que si alguien me preguntaba, como Pándur esa vez y no quise decirle nada porque ya hacía un par de días que todo iba mejor. Una vez había aventado a Gabriel contra un locker y sentí que me temió por un momento, pero luego que fijó en mí su mirada, sus ojos verdes que satanizaban el mundo, me dejé golpear de nuevo y a partir de entonces le llevaba la botana que quisiera para que me dejara en paz. No oponía resistencia. Como oveja ante el esquilador que guardaba silencio. Salve, rey de los maricas, adivina quién te avienta el balón.
Cuando ya lo habían echado de la escuela, y no por mí, tuve muchas pesadillas durante meses. Que volvía y le decía a la niña por la que empecé a escribir que tenía una verga pequeña, como decía él, que me encantaba vérsela y era banca en el futbol. Una vez contó que el fin de semana se habían ido a masturbar los chicos a su casa pero que no me llevaban porque yo me excitaría viéndolos. Se lo dijo a su hermana que entonces me gustaba pero nunca llegó a considerarme hombre o alguien en quien fijarse. Ya no sé cuándo empecé a dormir en paz. Pero un día el mundo se acabará igualmente para él y quisiera que antes pueda recordar y lamentarse y pueda dormir también.
* * *
todo está en esa jugada / en ese mantra
ser más rápido es ser más productivo
recordar / la pierna de apoyo fue la izquierda
recordar / este hombre no tiene pierna de apoyo
avanzar un par de metros
recular / no tomar vuelo / recordar //
es el dolor por lo que estoy / el hambre / en pie //
recorrer kilómetros en metros milimétricos
el invierno pasado pretendí frenar a Ronnie
que como bailar descalzo sobre una hoguera infernal quebró la pierna
la potencia supernumeraria de sus piernas me dejó en ridículo
peor cuando jalé su camiseta y me dejó caer con ella y cuando vi
Ronaldo había rebasado otros tres la traía puesta galopaba a puerta cerrada
atravesó la puerta con cuatro gambetas levantó el Camp Nou entero
y es patético: lo quieren a pesar de lo que fue y de la vergüenza de perderlo todo ante él
que lo perdió todo después / ya juega póker y en la órbita mayor su mantra resta
nadie pensará en serio que Ronaldo algún día triunfará en algo
aunque como dijo // yo era niño y mis amigos eran mejores que yo
sólo que yo lo tomé todo muy en serio //
un día me hundí profundamente en un peñasco me fundí con el balón
y vi la glória y a nosso Senhor decirme la Santíssima Trindade adónde había que ir
así recorrí cada estadio y nadie sabe cómo hice pero todo está grabado lo verán
y dirán eso no es normal yo digo que no fue normal yo tuve suerte vi la glória do nosso Senhor enfrente de la portería y ascendí a la eternidad muitas das vezes
ainda sinto me falar me batucando la Santísimma Trindade me levando dentro
* * *
Tuve miedo también cuando a los quince el cura de mi pueblo, después de confesarle mi poca voluntad para contener mi pulsión sexual y no lograr deponer mi onanismo, me dijo que no veía otro remedio, que habría que cortar ese pajarito. Empecé a frecuentar otra iglesia, un poco más alejada de casa, con unos religiosos de tantos que tienen a su cargo niños de la calle, muertos de hambre o huérfanos. Hasta que, un día, un fraile gordo y bonachón me preguntó si cuando caía en el pecado de la pornografía homosexual me gustaba ver que penetraran o que fueran penetrados, y qué otras posiciones y cuántas veces al día y dónde. Apoyaba sus manos en las mías al imponerme raras penitencias y acababa abrazándome muy fuerte y diciéndome hijo, a portarse bien, y, si se porta mal, avisa. Después que murió la abuela, celebraron en su honor cientos de misas y después una mensualmente y después cada año en su cumpleaños y en su dies natalis y el día de las madres y de muertos. En el mismo templo del ministro cerdo. No sé si fue entonces que perdí la fe, que dije: estoy comulgando en un rito satánico. Pero sí perdí las ganas de pensar en la abuela y de ir a recordarla. A ella, que me defendía del mundo entero y a la que probablemente debo el estar vivo, la maté en la mente para respirar. Sé que ella comprende bien porque vino de su estirpe nuestra peste, repetida en cada generación con su dolor propio. El de la abuela fue el mayor.
* * *
aquí me tienes, dístico de mármol.
pujo duro y no te trovo, mierda
Imagen: Dr. Makila
Pablo Piceno (1990, Wolfsburg, Alemania). Ha publicado en las revistas impresas y electrónicas Opción, Crítica, Casa del tiempo, La Cigarra, Registromx y Laberinto. Ha sido antologado en el volumen Poetas parricidas (Cuadrivio (México) y en Los reyes subterráneos (España).
Posted: March 14, 2017 at 10:22 pm