Poetry
CUATRO VERSIONES DE BHARTRIHARI

CUATRO VERSIONES DE BHARTRIHARI

Ernesto Hernández Busto 

(A PARTIR DE JOHN BROUGH)

Se habla mucho –y con razón– de las versiones de poetas chinos que hizo Arthur Waley. Pero no se habla casi de las maravillosas versiones que hizo John Brough de la lírica sánscrita (Poems from the Sanskrit, Penguin, 1968). Para muchos lectores cultos, la literatura hindú son sus sagas: los Upanishads y el Bhagavad-gita, el Ramayana o el Kamasutra. Todo un corpus de literatura antigua y secular queda así puesto al margen: las numerosas antologías de poemas líricos en el llamado sáncrito clásico, compiladas mayormente en la época medieval. He seleccionado apenas cuatro de los poemas atribuidos a Bhartrihari que aparecen en la breve antología de Brough, uno de esos casos rarísimos de un gran erudito con un oído y gusto privilegiados para la poesía. Trató de captar con la rima los sofisticados efectos de los poemas originales y sus juegos de ingenio, tarea imposible en español. En general, hay pocos estudios digamos “técnicos” sobre esa tradición fundamental, que no debería ser “exótica” ni extraña para Occidente (no más que la Antología griega, al menos). Brough hace versiones que recuerdan a Donne o a Shakespeare, y se permite comparar la estrofa sánscrita de 4 versos con el soneto (por su poder de condensación). Lo que me autoriza, creo, para usar el endecasílabo en mis versiones.

En el kavya (del que Octavio Paz hizo muy buenas versiones, pero no “desde” Brough sino desde Barbara Stoler Miller y Daniel H. H.  Ingalls) están ya todos los grandes temas de la lírica occidental, incluida la ironía.

* * *

Ni su rostro es la luna, ni sus ojos
son dos lotos gemelos, ni sus brazos
son de oro puro: sólo es carne y huesos.
¡Cuántas mentiras cuentan los poetas!
Pero, ¿quién no las cree después de amarla?

*   *   *

Si el bosque de su pelo te invitara
a explorar esa tierra, si sus pechos,
esas bellas montañas, a tu mano
tentaran, convertida en montañero;
detente antes que sea demasiado
tarde: el amor, ese bandido, acecha.

*   *   *

No necesita ninguna instrucción
en el arte de usar las artimañas
femeninas para ganarse a un hombre:
nadie enseñó a crecer a los estambres
del lirio rojo al que llegó la abeja
por su cuenta, queriendo ser cazada.

*   *   *

Aunque tengo una lámpara, y el fuego,
la luna, las estrellas y el sol que me dan luz,
si la miro fijamente a los ojos
todo es noche sin fondo.

 

 

Ernesto Hernández Busto (La Habana, Cuba, 1968). Poeta, ensayista, editor y traductor cubano residente en Barcelona. Entre sus títulos más recientes se encuentran La ruta natural (Vaso Roto, 2015) y Diario de Kioto (Cuadrivio, 2015). Colabora en El País.

 

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Posted: January 17, 2018 at 11:35 am

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