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Distopía de la tierra: La redención de Ana Merino

Distopía de la tierra: La redención de Ana Merino

Gerardo Cárdenas

…Este lugar se deshace, en unos años no quedará nada.
Este paisaje ya no puede salvarse.
Me habéis llenado la cabeza de anhelos que no pueden cumplirse…
Yo, yo soy la redención, yo puedo sembrar de vida otro mundo.
Yo, yo llevo el universo dentro de mí.
Hay vida dentro de mí. ¡Yo puedo dar vida!

Fragmento de La redención, 2ª escena, 3er acto.

En la literatura distópica, la guerra –o el resultado de las mismas, las post-guerras– son el escenario frecuente. La literatura distópica parte de la pregunta ¿qué pasaría si….?, como un modo de reflexión del presente y de las consecuencias de nuestros actos, disfrazada de elucubración sobre futuros posibles.

En La redención (Reino de Cordelia, Madrid, 2016), tercera obra teatral de la poeta, narradora y dramaturga española Ana Merino, el escenario presente y el infierno futuro es la Tierra misma, la Tierra violada, agotada, tóxica creada por decisiones específicas de una humanidad que la ha utilizado como basurero y campo de experimentación.

La propia autora admite en el prólogo que la obra surge de un estado de profunda inquietud, en ese escenario ciertamente distópico que son los viajes en avión (yo siempre he tenido la fantasía de que, al aterrizar, llegaré a un mundo completamente distinto de aquél que dejé al despegar).

La inquietud de Ana Merino es en torno al precio que la humanidad pagará por la destrucción progresiva del entorno físico.la redencion de AM

La redención dialoga con un mundo enfermo. La contaminación se ha adueñado del futuro. Me gustaría creer que la realidad de mis personajes es pura ciencia ficción. Sin embargo, lo presiento como algo muy cercano. En esta pieza especulo sobre un mundo lleno de residuos tóxicos donde el mar ha muerto”, escribe.

En efecto, la obra nos da la bienvenida con un mar muerto y con cinco personajes –dos mujeres y tres hombres– atrapados en ese último residuo y fantasía del control que es un planta de tratamiento de residuos.

Hombres y mujeres interactúan entre amores, odios, recelos, pasiones y juegos de poder e intentan tener un sentido de control –imposible a todas luces– sobre un cataclismo que ya es incontrolable. Se aferran a los pedazos de algo que se desmoronó sin remedio hace tiempo, y que no tiene arreglo. Se aferran a sí mismos, que van también desmoronándose sin vías de redención.

O casi.

Solo el tiempo podrá redimirnos, dice una de las mujeres. Humanos que somos, absurdas criaturas con una capacidad inaudita de destrucción pero que tampoco podemos dejar de fantasear e imaginar, no dejamos de resguardar un mínimo atisbo de salvación. Tal vez para no volver al estado primigenio, o a la nada, que nos guarda la lógica de la evolución para un futuro que, creemos, aún se ve muy lejano.

Entre los estertores de la Tierra agonizante, entre el absurdo de tratar de mantener un orden mínimo como seres abandonados en el vientre de una máquina, los personajes encuentran un retazo inesperado de redención.

Es, posiblemente, una esperanza absurda: pero es la pieza central que da fuerza, sentido, y relevancia a la obra. La redención puede llegar por la vía de la locura, o por la vía de la vida que no deja de encontrar caminos. La redención llega a través de una de las mujeres en la obra –y en ello podemos ver, si queremos, referencias a Eva o a María o, si no queremos, podemos pensar que una forma de redención dentro de lo distópico es centrar el poder redentor en la capacidad de dar vida de la mujer, como oposición a la capacidad destructora y mortífera del hombre.

Ana Merino también nos propone otra lectura de la redención –sin que la entendida por mí en el párrafo anterior sea inválida: y es la redención que el propio ritmo del mar y el universo, indiferentes a la veleidad humana, aplicarán sobre el mundo herido. O como dice una de las dos mujeres de La redención: “Solo el tiempo podrá redimirnos, y no seremos nada. Allí estará el instante eterno de nuestra salvación”.

gerardo-cardenas-150x150Gerardo Cárdenas, escritor y periodista mexicano, reside en Chicago. Es autor del volumen de relatos A veces llovía en Chicago (2011), del poemario En el país del silencio (2015) y de la obra de teatro Blind Spot (2014), publicada por Literal Publishing. En 2015 obtuvo el premio Nuevas Voces de Repertorio Español. Es editor de la antología de relato breve en español de Estados Unidos Diáspora, de próxima publicaciónSu poemario Silencio del tiempo fue publicado  por Abismos Editorial. Twitter: @el gerrychicago

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Posted: May 1, 2017 at 11:54 pm

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