Donde veneran la serpiente
Eduardo Chirinos
Para Rose Mary Salum
Lo leí en el azulejo de una casa: «Donde
veneran la serpiente de nube». Luego
hay un dibujo: tres serpientes disparando
veneno de sus lenguas, enroscadas con lujuria
sobre un fondo estelar. El azulejo indicaba
el nombre de la calle y un número rojo
terminado en siete. Al fondo escuchamos
el ladrido de un perro, el siseo continuo
de los automóviles que se dirigen al sur.
Nosotros íbamos al cine. Estábamos tarde
y apenas nos detuvimos a registrar el dato.
Cruzando la calle hay un brocal de piedra.
Seis víboras arrojan agua de sus bocas,
nada que recuerde su origen mitológico.
Ni siquiera las nubes, que oscurecen de
cuando en cuando la ciudad. Ni siquiera
las plumas, el torpe y degradado vestigio
de sus alas. Atadas a la tierra nos contemplan
con odio. Sus ojos desgarran oscuridad y
silencio. De noche no nos dejan dormir.
Posted: April 17, 2012 at 9:01 pm