Poetry
Dos poemas de Ariel Dorfman

Palabras desde el otro lado de la muerte

 Ariel Dorfman

“… diciéndose que al fin y al cabo algún encuentro había,
aunque no pudiera durar más que este instante terriblemente dulce….”

Julio Cortázar, Rayuela.

 

PABLO PICASSO TIENE PALABRAS PARA COLIN POWELL DESDE EL OTRO LADO DE LA MUERTE

Sí, aún acá, acá más que nunca
más que antes
sabemos y miramos lo que pasa
lo que Ustedes están haciendo
con el mundo que les dejamos.

¿Qué otra cosa hacer con nuestro
tiempo?

Sí, allá estaba, Colin Powell,
allá se encontraba Usted
parado frente a mi Guernica
una réplica es cierto
y sin embargo mi visión
de aquello que cayó
sobre los hombres y sobre las
mujeres
y sobre los niños los niños
más que nada sobre ese niño
en Guernica ese día en 1937
desde el cielo.

Claro que Guernica ya no estaba.
La habían cubierto, nuestra
Guernica,
cubierta para que Usted pudiera
hablar.
Allá en el edificio de la ONU en
Nueva York.
Para que pudiera hablar sobre
Irak.

Para que Guernica no lo
molestara.

¿Por qué habría de molestarle,
perturbarle?
¿Por qué no exigió que la cubierta
se removiera?
la pintura
¿se revelara?
¿Por qué no señaló hacia el caballo
que gritaba y moría
que moría y moría una y otra vez
la mujer con el niño para siempre
muerto
en sus brazos
el niño al que amparo ahora y acá
en esta oscuridad
el niño que mira conmigo
mientras Usted, Colin Powell,
habla
y habla
y habla más.

¿Por qué no dijo, Colin Powell,
este horror lo hizo aquel tirano?
¿Por qué no dijo
esto ya se hizo y deshizo en Irak?
¿Por qué no dijo esto es lo que ese
hombre quiere hacer con el
mundo?
¿Por qué no quiso usar Guernica
para probar
lo que Usted tenía que probar?

¿Tuvo miedo de la madre?
Tuvo miedo de la imagen de la
madre
miedo de la imagen que saltaría
desde el cuadro
desde la imagen aullando la
madre
son ellos que van a bombardear
desde lejos
son ellos que han de matar
al niño
no no no
él es el que mata ellos ellos
desde la distancia de las bombas
y nosotros lejos de los ojos
y siempre cerca de la muerte
nosotros encerrados en la muerte
Tuvo miedo de aquello
que el caballo
mostraría al mundo en el futuro
que se aproxima
tres mil misiles cruise durante la
primera hora
cayendo sobre Bagdad
diez mil Guernicas
cayendo sobre Bagdad
desde el cielo
de la primera hora

Tuvo miedo de mi arte
lo que sigue denunciando
más que sesenticinco años más
tarde
la historia que se sigue contando
la mirada mía que sigue peligrosa
esa luz colgante
como el ojo de un muerto
mi ojo que te mira desde la muerte

ten cuidado cuídate

cuídate del ojo del niño
en lo oscuro

te has de juntar con nosotros
con el niño y conmigo
con el caballo y la madre
acá al otro lado

te nos vas a juntar luego luego
en un viaje que todos hacemos
todos
Colin
Colin Powell

¿Es por eso que me tuviste
miedo?
te has de juntar
y entonces una eternidad
mirando
mirando
nada más que mirando
junto a nosotros
y a los muertos lejanos
no sólo los de Irak
no sólo esos muertos

¿Fue por eso que tanto miedo
tuviste de aquel ojo en lo oscuro?

mirando
tus propios ojos abiertos a la
fuerza
teniendo que mirar
el mundo que dejaste

no hay otra cosa que hacer
con nuestro tiempo

condenado a mirar una
y otra vez
a nuestro lado

hasta que no queden más
Guernicas
hasta que los que viven entiendan

y sólo entonces, Colin Powell,
sólo entonces

un mundo sin Guernicas

y entonces
sólo entonces sí
Usted y yo
sí entonces sí
podremos descansar
Usted y yo
Usted y yo y el niño que murió

***

CRISTOBAL COLON TIENE PALABRAS DESDE EL OTRO LADO DE LA MUERTE PARA EL CAPITAN JOHN WHYTE, QUE CAMBIA EL NOMBRE DEL AEROPUERTO INTERNACIONAL SADDAM CUANDO SUS TROPAS SE APODERARON DE ESE LUGAR

Algo sé de nombres, Capitán.

Los conquistadores deben siempre tener un nombre a mano.
Aún antes de la espada, antes de las armas de fuego.

Vi aquella isla y la nombré San Salvador.
San Salvador porque fue nuestra salvación.

No le pregunté a los nativos
amables eran, casi desnudos, morenos bajo el sol tropical
no les pregunté cómo llamaban ellos ese lugar
no les pregunté cómo llamaban ellos su morada

Y no les conté que todos iban a morir
y no les conté que jamás nadie sabrá
lo que hablaban
cómo hablaban
que sus palabras serían devoradas
como botes en una tempestad
en medio de la mar triste
como cuerpos en una mina en el desierto

Ahora ellos me enseñan sus palabras y sus canciones
acá en esta oscuridad que dura y perdura
estudio los modos en que nombraban
la luna y el amor y los adioses
escucho sus susurros del Caribe
y tartamudeo sílabas y muevo los labios y suavizo
el aire
con el lenguaje que nadie ha murmurado
en esa isla en más de quinientos aňos

Ésta es mi penitencia

Y luego vendrá Quechua y luego el idioma Maya y luego el Tzotzil
y luego las mil y diez lenguas que vivieron alguna vez
en las tierras que no se llamarían con mi nombre
en las tierras que se llamarían con ese otro nombre
Amerigo América
y luego ha de seguir el aprendizaje
Navajo y Guaraní y Nahuatli
y los sonidos que antaño llenaron los oídos
de doncellas feroces
para que la tierra diera su fruto
y hoy no hay quién conozca su nombre
aprendiendo aprendiendo
hasta que me hayan enseñado a pronunciar hasta la última palabra
cómo se dice amigo
cómo se dice muerte
cómo se dice eterno

cómo se dice penitencia

me van a enseñar cómo se dice penitencia
en sus mil y diez lenguas

¿y la suya, Capitán?
su penitencia?
aquello que lo espera?

Dijeron que traían la libertad.
Libertad: cuando un hombre decide por sí mismo.

Dijeron que traían la democracia.
Democracia: cuando una mujer controla su destino.

Dijeron que traían la liberación.
Liberación: cuando aquellos que hicieron el mundo
pueden nombrarlo.

Libertad. Democracia. Liberación.
Palabras.
Las palabras suyas, las palabras de los hombres
que lo mandaron.

Y apenas pudo le puso al Aeropuerto otro nombre.
Es nuestro. Lo tomamos a sangre y fuego. Henos aquí.
Matamos a los hombres que lo llamaban de otra manera.
Lo podemos llamar lo que nos dé la gana.
Bajo un cielo ardiendo de bombas.
El Aeropuerto se llama Bagdad ahora. Y ya no Saddam.

El Aeropuerto Saddam.
No es un nombre que me place, que nos place, acá,
de este otro lado.
un nombre que maldicen en los sótanos
donde fracturan los dedos
donde desangran los ojos
donde arrancan de raíz los dientes

arrancan de raíz

las raíces de ese nombre Saddam
el que da golpes decisivos
el que resiste
el que castiga
el que prohíbe
el
todo todo todo eso aullando dentro de ese nombre

pero no te tocaba a ti, Capitán,
hacer el cambio
no te tocaba a ti decidir

tu penitencia?

acá te esperan, John Whyte,
acá en la gloriosa polvareda de las palabras
que alguna vez inscribieron en el papiro papel piedra
acá en la oscura luz de la muerte

te esperan te esperan
los poetas de Irak

Abu Nawas y Sa’di
Mutanabbi y Omar Khayyam
esperando como las alfombras en que solían sentarse
esperando como las fuentes de las que solían beber

todas las palabras que no se te ocurrió usar
Capitán John Whyte
todos los nombre que no conoces
ni tu propio nombre
white blanco barakah
barakah que se asocia con barak bendición
bar

tendrás que aprender pronunciar
pronunciar como yo he tenido que ir pronunciando
palabra tras palabra

el arábigo que no se te ocurrió aprender
como el Nahuatl que yo no conocí
como el Cherokee que nunca conocí

tendrás que aprender

comenzando con las cien palabras
que surgen desde Allah como agua

Rahman El Compasivo
Rahim El Generoso

El Aeropuerto Internacional Rahman
El Aeropuerto Internacional Rahim

puedes escucharlos
aún ahora que avanzas sobre  Bagdad
puedes escuchar sus voces

Rahman El Compasivo
Rahim El Generoso

Rahman Rahim
y Salam

Salam
Paz

uno de los atributos de Dios

tu penitencia
John Whyte John Barakah
nunca se te ocurrió

te tratarán en forma compasiva
acá del otro lado

que el pueblo de Irak
podía querer llamar su tierra
con los nombres de Salam
con los múltiples nombres de la Paz?

tu penitencia
whyte blanco barakah

les va a tomar
a ti y a los que te mandaron
una eternidad
y otra eternidad
y otra más
les ha de tomar muchas eternidades

aprender cómo se dice la palabra paz

 

*Estos poemas pertenecen al libro Palabras desde el otro lado de la muerte [VOICES FROM THE OTHER SIDE OF DEATH] . El poemario saldrá publicado en noviembre 2022 en Arte Público Press de la Universidad de Houston.

 

Ariel Dorfman es un reconocido autor de libros clásicos como Para leer al pato Donald, el cual escribió con Armand Mattelart y publicó en 1971. Nació en Argentina, se crió en Estados Unidos y estudió en la la Universidad de Santiago de Chile. Sus novelas, obras de teatro y ensayos sociológicos abordan la memoria de las disctaduras así como los procesos neocolonialistas de Estados Unidos en América Latina. Su obra La muerte y la doncella (1990) ganó el premio Lawrence Olivier en 1991 y fue adaptada al cine por Roman Polanski.

 

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Posted: April 10, 2022 at 5:50 pm

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