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El tiempo de la mariposa: Selma Ancira

El tiempo de la mariposa: Selma Ancira

Carlos Rodríguez

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El tiempo de la mariposa, de Selma Ancira,

la traducción como viaje al interior de una obra y autor

 

Procurar la traducción, fomentarla, discutirla, es un acto de defensa. Decía Paul Virilio, pensador francés, que la pintura es un arte de la aparición. La signora Lisa Gherardini fue la modelo para La Gioconda y Leonardo la hizo aparecer en el lenguaje de las imágenes, donde ella no existía. La traducción literaria es también un arte de la aparición que permite que una obra preexistente en cierta lengua aparezca bajo una nueva luz, la de otra lengua. Como un acto de magia, donde antes no existía, surge una nueva obra. Ya en hebreo y griego, San Jerónimo tradujo la Biblia al latín, después Lutero la hizo aparecer en la lengua alemana. Hablar de la traducción literaria es afirmar su valor e influencia en la aparición de nuevas sensibilidades, ideas y conocimiento. La gracia de los traductores expande el mundo y empuja sus límites. ¿Cómo sucede el acto de aparición? Publicado por Gris Tormenta, El tiempo de la mariposa (2024) es un ensayo y un relato en el que la traductora mexicana Selma Ancira cuenta su relación personal y literaria con la obra de Nikos Kazantzakis y la lengua griega. También es un asomo a su vida como traductora.

Aunque es autor de su traducción, el nombre del traductor no siempre aparece en la portada del libro, omisión y tropelía de las editoriales. A veces los traductores meditan sobre su labor en textos que con mucha suerte llegan a los lectores. Estos escritos son cofres que resguardan los secretos de la actividad traductora. Leerlos es como entrar a la cueva del tesoro de “Alí Babá y los 40 ladrones”, rara oportunidad de estar en contacto con la riqueza de la experiencia traductora. ¿Cuál es el impulso de la traducción? ¿Cómo se hace? ¿Qué se requiere o necesita para traducir? ¿Cómo vive un traductor? Hay prólogos de traducción, textos preliminares que sirven de introducción a la lectura, donde los traductores exponen cierto enfoque de su trabajo, y también ensayos en libros y volúmenes dedicados por entero a la reflexión traductora.

Antes de escudriñar El tiempo de la mariposa, varios expertos enlistan sus textos favoritos sobre la traducción. ¿Cuáles han alumbrado el dédalo que recorre su actividad? Arturo Vázquez Barrón, fundador de la Asociación Mexicana de Traductores Literarios A.C. (AMETLI) y profesor del diplomado de traducción de la misma, menciona el ensayo La tarea del traductor, de Walter Benjamin. “No es literariamente hermoso, pero ha sido muy relevante para la reflexión sobre la naturaleza profunda de nuestro oficio”, dice Vázquez Barrón, traductor del francés, entre otras lenguas, y que ha formado a varias generaciones de traductores en México desde 1982. Por su lado, Claudia Cabrera (Premio Bellas Artes de Traducción Literaria Margarita Michelena 2020 en la categoría de narrativa por El hacha de Wandsbek, de Arnold Zweig; Medalla Goethe 2024 por su labor como creadora de puentes culturales entre Alemania y México) resalta el prólogo de Paula Abramo, traductora del portugués, que introduce la lectura de Cuentos sobre la esclavitud: “gran parte de su profunda investigación sobre Machado de Assis la cuenta en el texto que prologa su propia traducción”. Cabrera, traductora del alemán, también enlista los libros Miseria y esplendor de la traducción, de José Ortega y Gasset; La traducción y la letra o el albergue de lo lejano, de Antoine Berman, traducido por Ignacio Rodríguez; Por qué la traducción importa, de Edith Grossman, traducción de Elvio E. Gandolfo; Escriba subversiva: una poética de la traducción, de Suzanne Jill Levine, traducción de Rubén Gallo; Ética y política del traducir, de Henri Meschonnic, traducción de Hugo Savino; Simpatía por el traidor. Manifiesto por la traducción, de Mark Polizzotti, traducción de Íñigo García Ureta; La traducción y la letra o el albergue de lo lejano, de Ignacio Rodríguez; De oficio, traductor. Panorama de la traducción literaria en México, de Marianela Santoveña, Lucrecia Orensanz, Miguel Ángel Leal Nodal y Juan Carlos Gordillo; y Perder el Nobel, de Laura Esther Wolfson, traducción de Marta Rebón. A su vez, Mario Murgia (Premio Bellas Artes de Traducción Literaria Margarita Michelena 2023 en poesía por Sonetos y una canción, de John Milton) dice lo siguiente: “me gusta lo que dicen Paz de sus traducciones de Bashō y Tomás Segovia de su traducción de Hamlet. También lo que comenta Heaney de su trabajo para traducir Beowulf. De los últimos prólogos que he leído, el de Alfred Corn para su traducción de Las elegías de Duino, de Rilke. Y claro, está lo que dice Nabokov de su traducción de Onegin, pero eso no es un prólogo sino un volumen”.

De calado poético, El tiempo de la mariposa (2024) es un ensayo que Gris Tormenta presenta como parte de la colección Editor, en la que conviven “memorias y ensayos literarios sobre los oficios y procesos, largos e inesperados, que ocurren en el backstage del mundo editorial contemporáneo”. La experiencia de Selma Ancira, traductora del ruso y del griego moderno, es amplia. Se ha encargado de traducir a autores griegos y rusos como Lev Tolstói, Yannis Ritsos, Antón Chéjov, Marina Tsvietáieva, Nikos Kazantzakis, Alexandr Pushkin, María Iordanidu y Theodor Kallifatides. En El tiempo de la mariposa Ancira discurre sobre su emotiva relación literaria con Kazantzakis y especialmente sobre su trabajo para traducir al español Zorba el griego (1946). Con prosa sencilla, Ancira narra al inicio del ensayo cómo tuvo noticia de la obra más célebre de Kazantzakis, que, por supuesto, en 1964 fue motivo de una película que inmortalizó a Anthony Quinn en una escena de baile que han repetido desde Dalida hasta los personajes de los filmes del alemán Christian Petzold. “Kazantzakis llegó a mi vida por una película que no vi […] Llegó cuando yo no tenía más de ocho años, y, antes de ser palabras, fue música. Una música sugerente que invitaba a bailar. En casa aprendimos el baile”.

Hay una cualidad de verdad apreciable en la pluma de la traductora: la sinceridad. “Me salté el breve prólogo del autor. Tenía prisa por llegar a la historia y me fui directamente a la primera página del primer capítulo. Leía atorándome en las palabras desconocidas”, dice al recordar cuando leyó por primera vez Vida y andanzas de Alexis Zorba, título original de la novela de Kazantzakis. ¿Cuántas veces hemos continuado una lectura en una lengua que no es nuestra por el simple impulso de seguir, de no interrumpir, y de sentir que, como en nuestra lengua materna, podemos intuir el significado de lo que no entendemos? Traducir, sin embargo, atraviesa múltiples estados. Así lo dice Ancira: “traducir no es solo dar con la palabra equivalente. Es encontrar el ritmo, la cadencia. Es esbozar personajes y situaciones en tu lengua. Es crear neologismos si el texto así lo requiere. Es recuperar las palabras que en español se usaban en el momento en que se escribió el original”.

Si algo queda claro en El tiempo de la mariposa es que para Ancira traducir es involucrarse en serio con el autor, es meterse a su casa y estudio, a lo que leía y anotaba, que se puede rastrear en diarios y cartas; es meterse con él al bar y también a la cama, lo cual significa investigar e imaginar para ver como él veía. Aunque la traductora ya conocía algunos lugares que menciona Kazantzakis, reconoce que no los había visto con los ojos de su autor. Su traducción de Zorba el griego, la primera traducción directa de la novela al español, motivó un viaje a Grecia en el que fue tras las pistas del escritor y halló lo que buscaba y mucho más, no solo conoció lugares y el significado de palabras que aparecen en el libro, también vivió algunas experiencias similares a las que describe Kazantzakis en Zorba. “En varias ocasiones, maravillada, me he preguntado cómo es posible que la literatura se cruce de manera tan tajante con la vida. ¿Cómo puede ocurrir algo así? Y ocurre. Ocurre cuando la obra que estás traduciendo ya ha comenzado a correr por tu venas”.

Como análisis y reflexión, El tiempo de la mariposa es un documento rico en experiencias, conceptos e incluso en aspectos metodológicos para traducir, las ideas de Ancira son tan contundentes que se podrían convertir en máximas que vale la pena discutir; como confesión personal es un testimonio valioso sobre la vida del traductor y su relación con el lenguaje y sobre todo la bitácora de viaje al interior de una obra y un autor, una expedición a su misterio, el de la aparición de una nueva obra.

 

Carlos Rodríguez (Ciudad de México, 1984) Es periodista cultural, traductor literario y crítico de cine. Colabora en las revistas mexicanas Nexos, Arquine y Coolhunter, también en la argentina Otra Parte. Investiga las obras fílmicas de Claude Chabrol y Roberto Gavaldón. Su primer libro traducido es Las mariposas beben las lágrimas de la soledad, de Anne Genest, que publicará Ediciones del Lirio. X-Twitter: @comalalaland

 


Posted: October 4, 2024 at 10:56 am

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