Eligiendo al nuevo líder del mundo libre

Durante décadas, el presidente de los Estados Unidos se ha autoproclamado– y medios de comunicación alrededor del mundo le han seguido el juego– como el “líder del mundo libre”. Bastaron sólo unas pocas semanas de la presidencia de Donald Trump –repleta de una retórica nacionalista, racista y militarista– para que los medios trasladaran dicho título a la canciller alemana Ángela Merkel –de políticas diametralmente opuestas. El 24 de septiembre de 2017, los alemanes irán a las urnas a elegir un nuevo parlamento. La pregunta que todos se hacen es: ¿habrá cambio de guardia?

La metodología alemana

A diferencia del sistema al que estamos acostumbrados en América, los alemanes no eligen directamente a su canciller. El domingo, alrededor de 61 millones de ciudadanos habilitados (mayores de 18 años) elegirán a los 598 miembros del Bundestag, o parlamento. Para esto cuentan con dos votos, ambos de mayoría simple.

Con el primero eligen un representante ante el parlamento para cada una de las 299 circunscripciones o distritos electorales del país. Entre mayor población tenga un estado, mayor será el número de distritos y de ese modo,  mayor su número de representantes. Con el segundo, los electores votan por el partido político de su preferencia. El porcentaje de votos recibido por cada partido determina el número de asientos al que tiene derecho, incluyendo los que haya ganado a través del primer voto. Así se asignan las 299 curules restantes.

Con este esquema, que tiene sentido en países multipartidistas (debido a las coaliciones que usualmente se conforman luego de las elecciones), un votante de tendencias de centro-izquierda, por ejemplo, podría resolver dar su primer voto por el candidato del SPD (el Partido Socialdemócrata de Alemania) y el segundo por el Partido Verde, por saberlo uno de sus aliados más probables.

Otras reglas

Un partido puede alcanzar más asientos con el primer voto que los que debería tener de acuerdo al porcentaje del segundo voto. Como las asignaciones del primer voto son irrevocables, estas situaciones son tolerables por ley, pero se incrementa proporcionalmente las curules del resto de partidos. Por esta razón el parlamento actual tiene 630 miembros.

Durante la República de Weimar (una designación no oficial, pero históricamente aceptada, de la Alemania de 1919 a 1933) el parlamento estuvo plagado de hasta cuarenta partidos, entorpeciendo la administración del gobierno. Esta inestabilidad política favoreció la retórica redentora y nacionalista de Adolfo Hitler y la consolidación del Partido Nazi, que pasó de ser un jugador pequeño y subestimado a una fuerza incontrolable. Para evitar situaciones similares, luego de la Segunda Guerra, se determinó que los asientos ganados por un partido gracias al segundo voto sólo se le otorgarán si obtuvo al menos un 5% –no perderá los que ganó con el primer voto, pero la proporcionalidad del sistema indicaría que le serían insuficientes para cualquier iniciativa.

El presidente de gobierno

El 12 de febrero de 2017, el Reichstag, el edificio donde el parlamento ejerce sus funciones, adquirió un aire de gala de entrega de premios de Hollywood. Además de los 630 miembros del parlamento, se encontraban igual número de figuras nacionales, entre ellas Joachim Löw, el entrenador de la selección nacional de fútbol, y la reconocida drag queen Olivia Jones.

Estas celebridades fueron convocadas como Electores para elegir al nuevo presidente de gobierno: cada estado, según el tamaño de su población, tiene derecho a invitar a ciudadanos a participar. Frank-Walter Steinmeier fue elegido para los siguientes cinco años con el 74% de los votos. Aunque sus funciones son principalmente ceremoniales y de consejo durante debates de ley y el poder principal reside en el cargo de canciller, el presidente también ejerce algunas tareas de importancia: acepta o veta leyes, representa al Estado por dentro y fuera del país y tiene el deber de salvaguardar la ley y la constitución.

¿Y el canciller?

Cada partido define su candidato principal, aquel que sería propuesto para ejercer el cargo de canciller (por cuatro años) si llegasen a ganar el porcentaje mayoritario del segundo voto. Como esta selección se realiza antes de las elecciones, los votantes, aunque votan por los ideales y objetivos representados por un partido, también lo hacen sabiendo de antemano quién podría llegar a ser el canciller.

Una vez el parlamento inicia sus labores, el presidente del gobierno sugiere un candidato que tendrá que ser refrendado, por mayoría absoluta y bajo voto secreto, por el parlamento. Aunque técnicamente el presidente podría proponer a cualquier persona, históricamente elige al candidato del partido o de la coalición mayoritaria.

Si no se logra mayoría absoluta, el parlamento podrá llevar a cabo tantas votaciones como considere necesario, durante los siguientes 14 días, ya sea con el candidato inicial o con uno nuevo. Si tampoco logra mayoría absoluta, se realizarán votaciones durante los siguientes 7 días en modalidad abierta (no habría candidatos, cada miembro podría proponer y votar por quien desee). Si se lograra mayoría absoluta, el presidente de gobierno debe aceptar la decisión; si no, podría decidir entre aceptar al candidato con mayoría simple o disolver el parlamento, lo que requeriría nuevas elecciones federales.

Posterior a la Segunda Guerra Mundial, no se ha presentado una disolución de gobierno por la incapacidad de elegir al canciller. Sin embargo, en 1972, 1982 y 2005 sí ocurrió que los cancilleres de turno intencionalmente perdieron el denominado voto de confianza para convocar cambios en el gobierno.

Lo que está en juego

La regla del 5% ha logrado mantener por fuera del Bundestag a partidos populistas de derecha. El AfD (Alternativa para Alemania), un partido anti-inmigrantes, nacionalista y euroescéptico, falló en las elecciones de 2013. Pero desde entonces ha logrado posiciones en los gobiernos de 13 de los 16 estados y en las encuestas para las elecciones del domingo se refleja una intención de voto de entre el 11 y el 13%.

Estas mismas encuestan muestran una intención de voto del 37% para la coalición del CDU (Unión Cristianodemócrata de Alemania, de Merkel) y el CSU (la Unión Socialcristiana de Bavaria) y, por ende, una alta posibilidad de que Merkel amplíe de 12 a 16 años su función como canciller (no hay límite de reelección). Martin Schulz, con solo el 21% de intención de voto para el SPD, su partido, le sigue en segundo lugar.

Si llegara a ocurrir lo que se espera: una coalición mayoritaria CDU/CSU/SPD, AfD se convertiría en el principal partido de oposición, lo cual le daría el primer derecho a réplica en todos los debates. Aunque el resto de partidos tiene planes para frenar cualquier intención antidemocrática o de obstrucción de políticas (especialmente la de fronteras abiertas para los refugiados) por parte del AfD, se trata de un partido provocador que sabe cómo utilizar el poder del populismo para llamar la atención y ganar adeptos.

Esta semana, ante la ONU, Donald Trump anunció que Estados Unidos está dispuesto a borrar del mapa a Corea del Norte, si llegase a ser necesario. Las elecciones alemanas, entonces, adquieren un alcance global. Merkel está dispuesta a hacer su trabajo, ya lo dijo cuando anunció su candidatura en 2016, sólo unos días después de la elección de Trump, pero rechaza el título de líder del mundo libre: “ninguna persona, por sí sola, ni siquiera si cuenta con gran experiencia, puede enfrentar todo lo que ocurre en Alemania, en Europa, en el mundo…ciertamente no la canciller de Alemania”.

Efraín Villanueva (@Efra_Villanueva). Escritor barranquillero, renunció a su carrera en IT para dedicarse a escribir. Tiene un título en Creación Narrativa de la Universidad Central de Bogotá (2013) y es MFA en Escritura Creativa de la Universidad de Iowa (2016). Sus trabajos han aparecido en español y en inglés en publicaciones como Granta en español, Revista Arcadia, El Heraldo, Pacifista, Vice Colombia, Roads and Kingdoms, Little Village Magazine, Iowa Literaria y Tertulia Alternativa. Actualmente reside en Alemania.

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Posted: September 21, 2017 at 4:28 pm