Gabriel Zaid, la revelación perdurable
Adolfo Castañón
La presencia de Gabriel Zaid es clave en la cultura mexicana contemporánea. Con este libro esa condición se afirma y afina, pero sobre todo se torna entrañable. Zaid no sólo es un poeta inteligente y vivaz. Es un poeta capaz de suscitar una honda simpatía capaz de atravesar siglos y culturas.
Los Poemas traducidos de Gabriel Zaid
I. Poemas traducidos, de Gabriel Zaid, es uno de los libros más hermosos y complejos en términos editoriales entre los que hasta ahora han sido publicados por el autor de Ómnibus de la poesía mexicana (1971). Incluye: 1) Poemas traducidos por G.Z. entre 1968 y 2020, “del inglés, francés o portugués” de autores como Voltaire, Po Chu Yi, William Shakespeare, Geoffrey Hill, Paul Celan, Janos Pilinsky, Richard García, Georges Bataille, Jan Zych, Fouad El-Etr, Dorothy Parker, Gérard de Nerval, Safo, Wisława Szymborska, Zbigniew Herbert, Vidyapati, Fernando Pessoa. A ese caudal se añade una sección de “Poesía indígena del Norte de México”, que incluye poemas, salmodias y cantos de Apaches, Cucapás, Kikapús, Kiliwa, Kumiai, Maratines, Navajos, Opatas, Pápagos, Seris, Tarahumaras, Yaquis y Zuñis. 2) Poemas de Reloj de sol traducidos al inglés, francés, portugués, checo, holandés, japonés, italiano, alemán, griego, sueco. Entre los traductores destacan el poeta irlandés George McWhirter “que tradujo todos” los poemas del autor y del cual se incluyen “no sólo sus traducciones publicadas, sino también las inéditas”.
La conjunción de estas dos cuchillas —los poemas traducidos del autor con los trasladados por él mismo— amplía y ensancha el horizonte o los horizontes de la lectura de manera contundente y fulgurante. De paso, introduce en forma oblicua una crítica de la identidad poética del sujeto elocuente. Poemas traducidos es por eso un libro tridimensional, y representa una abrumadora y tumultánime propuesta poética y crítica.
II. Lo que gana el lector con este caracol verbal es incalculable. Un ejemplo sería la lectura y comprensión de poemas como la “Fábula de Narciso y Ariadna”. Dedicado “Al pequeño Larousse ilustrado”, el poema de Gabriel Zaid arma su “laberinto de espejos” y sostiene su “revelación”, tal vez inspirado por la “La fábula de Equis y Zeda” del poeta español Gerardo Diego, compuesta en el aire gongorino del año de 1927, “Eran ya de la fiebre las finales / páginas que presienten su derrota”. El poema ha sido traducido al inglés por George Mc Whirter; al francés por Emile y Nicole Martel.[1] Con estos tres poemas, podría armarse un hermoso espectáculo…
III. Poemas traducidos se presta a ser un viático para la longevidad. La presencia de Gabriel Zaid es clave en la cultura mexicana contemporánea. Con este libro esa condición se afirma y afina, pero sobre todo se torna entrañable. Zaid no sólo es un poeta inteligente y vivaz. Es un poeta capaz de suscitar una honda simpatía capaz de atravesar siglos y culturas. Es un libro capaz de llevar nuestra sombra fuera del susto.
IV. Tuve noticias de este libro mucho antes de que antes fuese publicado, gracias a los adelantos de las traducciones de poesía indígena del Norte de México que Gabriel Zaid viene publicando desde hace años en la revista Letras Libres. No me imaginaba yo que esas soluciones líricas llegarían a tener esta forma editorial en la que se combinan las traducciones que ha hecho el autor con las versiones que de su poesía han hecho otros poetas a lo largo del tiempo. El resultado no ha dejado de producir en mi mente una marea de pensamientos en torno a la traducción, a la identidad del juglar y de su mester, alrededor del sentido dramático del juego peligroso y divertido de la traducción.
Al pensar en este haz de “poemas traducidos”, recordé que Octavio Paz puso en un tomo aparte, complementario de su obra poética, las traducciones realizadas por él y los poemas colectivos en que participó, en especial el experimento plurilingüe llamado “Renga”. Por el reojo pasaron las sombras de las traducciones que hicieron algunos escritores de la poesía de Alfonso Reyes —como Valery Larbaud con “Yerbas del Tarahumara” — y desde luego se impuso, como un callado reloj de sol, el hecho incontestable de la nobleza y la calidad de Gabriel Zaid como poeta y como “cartero”-traductor que va haciendo llegar a su destino al poema que reclama un lector, el Lector.
V. Entre tanto, no pude contener mi entusiasmo y solté en la algarabía del Twitter un par de calas de estos Poemas traducidos. El resultado fue asombroso: decenas de respuestas saludaron y festejaron el micromensaje enviado para iluminar la oscuridad de la Red con la poesía:
Gabriel Zaid, traductor traducido, acaba de dar a la estampa esta joya políglota. De ella espigo una muestra de la poeta polaca Wislawa Szymborska, “Tres palabras notables”, cuya versión preliminar se debe a Basia Batorska:
Cuando termino de pronunciar futuro
la primera sílaba ya está en el pasado.
Cuando digo silencio
lo desdigo.
Cuando hablo de la nada
se vuelve algo.
Gabriel Zaid recoge en su arca prodigiosa estos versos de la “Canción del coyote viejo”:
Si el coyote viejo brincara
como pájaro que levanta el vuelo,
iría muy lejos en su danza.
(p. 121)
Gabriel Zaid traslada unos “Cantos tarahumaras” en esa arca prodigiosa que es el libro Poemas traducidos:
“Somos rarámuris”
Somos rarámuris.
Sostenemos el mundo.
Somos la columna del mundo.
(p. 127)
VI. He fantaseado con la idea de subtitular estos Poemas traducidos de Gabriel Zaid con el lema “Dos relojes de sol”. Uno sería el conjunto de poemas traslados por otros a partir del libro Reloj de sol del autor. El otro serían las traducciones que ha hecho él a lo largo de los años. Ahí destacan las traducciones de poesía indígena del Norte de México. Me gusta pensar que el niño que fue Gabriel miraba hacia el desierto y veía en el horizonte cifras y espejismos que algún día cobrarían realidad al traducir los poemas de esas tribus semi-olvidadas. Los dos relojes de sol de Gabriel Zaid son un par de clepsidras capaces de atravesar el tiempo.
[1] Poemas traducidos, Obras 6 de G. Zaid, México, El Colegio Nacional, 2022, p. 147.
Adolfo Castañón es poeta, traductor y ensayista. Es autor de más de 30 volúmenes. Los más recientes de ellos son Tránsito de Octavio Paz (2014) y Por el país de Montaigne (2015), ambos publicados por El Colegio de México. Premio Xavier Villaurrutia 2008, Premio Alfonso Reyes 2018 y Premio Nacional de Artes y Literatura 2020. Creador Emérito perteneciente al SNCA. Twitter: @avecesprosa
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Posted: September 27, 2022 at 10:01 pm