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La invención de la Malinche, de Sandra M. Cypess

La invención de la Malinche, de Sandra M. Cypess

Tanya Huntington

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En este libro la autora traza la evolución de esa figura como una invención que abarca la mujer histórica y los personajes subsecuentes, desde las crónicas de la Conquista hasta un sinfín de iteraciones más recientes.

Llevo acumulados más de veintisiete años en México, es decir, mi tiempo allí ya alcanzó la mitad del tiempo que llevo viva. Me considero orgullosamente mexicana: en cuanto se abrió la puerta a la doble nacionalidad, tramité mi naturalización. Hasta se me olvida que los seres queridos con quienes comparto mi tierra adoptiva tuvieron que superar un prejuicio fuerte para dejar que yo formara parte íntima de sus vidas – el malinchismo.

Esta palabra encierra, para mí, gran parte de lo que Sandra M. Cypess ha definido como la conversión de la figura histórica de doña Marina, la Malinche, Malintzin en un paradigma que la asocia con proclividad sexual y traición. Ella, entre otros, ha escrito sobre la acusación infundada en contra de Malintzin en el sentido de que hubiera “vendido” a “su gente” a los españoles, cuando ella nunca fue partidaria de los Mexica o de su Triple Alianza. Señaló también Cypess que México es único dentro de la región latinoamericana en su creación de una pareja originaria del mestizaje a partir de Adán y Eva, Hernán y Marina, en que una vez más hay que “culpar a la mujer” por la pérdida de un cuasi-mítico paraíso precolombino.

Que Malintzin facilitó la Conquista con su facilidad para los idiomas es indudable (aunque no se suele mencionar a su cotraductor durante la primera etapa, Jerónimo de Aguilar.) Sin embargo, como señaló la lingüista y activista Yásnaya Aguilar en un evento de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca hace varios años, es posible también que haya beneficiado a otros pueblos originarios, oprimidos por los Mexica, a través de su impresionante talento como “lengua”. Creo que uno de los aspectos más satisfactorios de aquella mesa, donde contamos con la presencia de Sandy y que tuve el honor de moderar, fue el hecho de que varios miembros de un público lleno de jóvenes estudiantes comentaron después que nunca habían considerado la posibilidad de que la Malinche fuera algo más que una traidora deleznable. Lo cual es una muestra de cómo incluso un movimiento ostensiblemente bien intencionado como el indigenismo puede borrar diferencias en busca de crear algo artificial –en este caso, un estado nación. Una esclava que se vendió, logrando de alguna manera vender a todos los demás. Y luego habría malas lenguas que decían que ella trabajó como “lengua” por venganza —nada más le faltarían la capa y la espada para completar la imagen de una especie de Malinche Furiosa. Aunque esa interpretación no es la peor: como notaron tanto Sandy como Yásnaya en aquella edición de la FILO, que guardo con cariño en la memoria, es particularmente desagradable cuando la convierten en una historia de amor telenovelesca con Hernán Cortés —quien más que su amor, era su amo.

Desde el siglo pasado, en un barajeo de significados sorprendente, el malinchismo se refiere más comúnmente a un mexicano que ama a los gringos. Entonces, la Malinche soy yo, dado que los que me tratan con cariño son malinchistas.

Mi esposo es malinchista, mis amigos son malinchistas.

Si me es permitido aportar un grano de arena a este esfuerzo perpetuo por resignificar a la Malinche, elijo hacerlo como traductora, dado que la traducción literaria de autores mexicanos al inglés ha sido la trinchera que he elegido para tratar de combatir el diálogo de sordos cultural entre dos países que son socios económicos, que comparten una de las fronteras más largas del mundo, y que viven compenetrados a un grado que no se refleja en la cultura oficial, la política migratoria, o en sus respectivas identidades nacionales.

Los traductores estamos acostumbrados a acusaciones de traición —de hecho, en las mesas de traducción, solemos hacer un pacto en el sentido de que nadie mencione el refrán “traduttore,  tradittore” porque se ha vuelto un lugar común. Y sí, comparten la misma raíz etimológica, aunque era un insulto de los italianos para traductores franceses de la Divina Comedia que, según ellos, no se habían esmerado lo suficiente. Se refiere, pues, a lo que se pierde con una traducción. Pero pensemos por un momento lo que se pierde sin ella.

En el caso de México, es posible que los españoles hubieran perdido la guerra invasiva para derrocar a la Triple Alianza mexica conocida coloquialmente como La Conquista de no haber sido por la interpretación simultánea que ejercía Malintzin. Al convertirse en una figura emblemática, ella visibilizó un oficio que suele permanecer invisible. Claro, la mayoría de los traductores e intérpretes carecemos de tales ambiciones políticas: solo queremos construir puentes con nuestra labor, no derrocar imperios.

En lo personal, como traductora, solo trato de esmerarme lo más que puedo. Y aunque no es mi objetivo conquistar territorios a través de los libros que he traducido, ni convertirme en una de las mujeres más poderosas de mi tiempo, como fue ella—tanto lo del territorio como lo del poder me parecen, de hecho, metas patriarcales que me encantaría traicionar—, ni morirme en una pandemia—porque hay que recordar que todo lo que logró Malintzin fue antes de cumplir los 29 años, cuando al parecer se la llevó la viruela negra—, sí quiero expresar mi gran pasión por mi cultura adoptada y tratar de contagiar a los angloparlantes con el amor por sus letras. Sí tengo la esperanza de poder así ayudar a desmantelar, aunque sea en un grado mínimo, los enormes prejuicios y la vasta ignorancia que existen en Los Estados Unidos con respecto a México.

Lo cual viene siendo afín al propósito de Sandra M. Cypess con la publicación de una nueva versión de su libro parteaguas de 1991, titulado originalmente La Malinche in Mexican Literature: From history to myth, en español. Porque sí estamos en el umbral de una resignificación emocionante de una “figura paradigmática”, como la definió Cypess, cuyo origen es una mujer ostensiblemente llamada Malintzin. En este libro la autora traza la evolución de esa figura como una invención que abarca la mujer histórica y los personajes subsecuentes, desde las crónicas de la Conquista hasta un sinfín de iteraciones más recientes. Este título se encuentra disponible ahora por primera vez en español gracias a la traducción de un querido colega, David Medina Portillo, y el apoyo de la editorial de la Universidad Veracruzana, un legendario hogar de letras y lomos transcendentes para la reflexión sobre temas mexicanos. Entre otras iniciativas de años recientes que me han tocado atestiguar, pienso en la de la Máquina de Teatro, bajo la dirección de la dramaturga Juliana Faesler, de iniciar nuevos diálogos con la figura de Malintzin. Está la desconstrucción de su figura que vemos en cuentas de la-red-conocida-anteriormente-como-Twitter tales como Noticonquistas del historiador Federico Navarrete, o Malinche-Malinches, también de la Máquina. Yásnaya Elena Aguilar publicó Tres veces tres: En clave Malintzin: Nueve aproximaciones a su figura en la UNAM en 2021. También está el documental Malintzín – historia de un enigma dirigido por Fernando González Sitges en 2018, que puede verse en la plataforma de streaming Clarovideo. Hubo hace poco una exhibición en Denver—que se iba a inaugurar en el 2020, pero fue postergado hasta 2022 por razones evidentes—titulada “La Malinche como Metáfora”. Todo eso me hace sentir que, gracias a estudios como La invención de la Malinche: De la historia al mito tenemos en nuestras manos la oportunidad de desechar por fin la visión anquilosada de la Malinche como tan solo la mitad de una dicotomía.

 

 

Ponencia fue leída en la presentación del libro en el Mexican Cultural Institute de Washington, D.C. el 7 de septiembre de 2023

 

Huntington is the author of Martín Luis Guzmán: Entre el águila y la serpienteA Dozen Sonnets for Different Lovers,  and Return. Her most recent book is Solastalgia (Almadía / UAA, 2018). She is Managing Editor of Literal. Her Twitter is @Tanya Huntington

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Posted: September 17, 2023 at 9:48 pm

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