La oposición resucitó al tercer año
Sergio Negrete Cárdenas
Por eso es coherente la narrativa de “traidores a la patria”. No son las palabras de un demócrata, sino de un demagogo. Quien vota contra mi maravillosa iniciativa no lo hace por convicción, eso es imposible, sino porque ha sido comprado por Iberdrola.
Una semana es un largo tiempo en política, dijo Winston Churchill. Y la Semana Santa en México fue larga y singular en muchos aspectos, con la agenda política del mesías de Palacio Nacional finalmente crucificada en tanto que la Oposición resucitó al tercer año del sexenio pejista según las escrituras… o, más bien, los votos registrados en la pizarra de la Cámara de Diputados. Con casi 30 meses por transcurrir, esa votación marcó el principio del fin para el obradorismo.
Un mundo feliz (imaginario)
El tabasqueño se comportó con su arrogancia habitual y presentó una iniciativa de reforma constitucional mal pensada y peor redactada. Lo fundamental era destruir, culminar su asalto contra la iniciativa privada en el sector eléctrico, la ruina de numerosas empresas en aras de fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad y a su amigo, Manuel Bartlett.
López Obrador, como siempre, se había comprado su propia narrativa: la liberalización de 2013 buscaba aplastar a la CFE para que entonces las empresas eléctricas privadas se quedaran con todas las ganancias. Los neoliberales aliados con intereses oscuros, sobre todo extranjeros, pretendían destruir una extraordinaria empresa y, mientras acababan con ella, extraían de la misma impresionantes subsidios. No se trataba solo de una competencia desleal que dañaba a la paraestatal, sino de un expolio a la nación. Por suerte ahora había un mexicano nacionalista al frente del gobierno, un nuevo López Mateos (mejor, Lázaro Cárdenas). No era cuestión de leyes, que se sabe que a AMLO no le importan, sino de recuperar la soberanía energética. Y a su iniciativa no se le cambiaría una sola coma, porque era perfecta.
En ese mundo paralelo del oriundo de Macuspana, el INSABI es un sistema de salud danés, los jóvenes ya tienen sus becas y rechazan el crimen, los cárteles de la droga dan abrazos y no balazos, en tanto Pemex logra aumentos impresionantes en la producción de petróleo y la refinación de gasolinas mientras gana dinero a carretadas. Todos los funcionarios del gobierno, porque lo vigila el Presidente, son escrupulosamente honestos. En ese mundo de fantasía, CFE produciría electricidad en forma eficiente, ecológica y barata (solo con un poco de carbón y combustóleo), permitiendo reducir los precios, sobre todo a los más pobres.
“Traidores a la patria”
Tras más de tres años con un poder casi absoluto, el Presidente debe haber pensado que convencería a unos legisladores, compraría a varios e intimidaría o amenazaría a otros, derrotando a los que quedaban. Porque en sus historias mentales siempre ganan los buenos, los nacionalistas, los dignos representantes del pueblo bueno. No se molestó en hacer aritmética legislativa, sino en pontificar desde sus mañaneras y poner a sus personeros a buscar los votos. No se trataba de negociar, de dar concesiones a cambio de apoyos, sino de aplastar a los reaccionarios conservadores y exhibirlos ante la nación como representantes de intereses mezquinos.
Por eso es coherente la narrativa de “traidores a la patria”. No son las palabras de un demócrata, sino de un demagogo. Quien vota contra mi maravillosa iniciativa no lo hace por convicción, eso es imposible, sino porque ha sido comprado por Iberdrola. Quien se opone a mis ideas va contra los intereses de las mayorías y de México. Es una narrativa digna de un dictador bananero que han repetido sin pudor sus subordinados.
Conviene ser oposición
El voto en la Cámara de Diputados cohesionó a la Oposición y le mostró que unirse le conviene. El PRI pasó meses evitando pronunciarse sobre la iniciativa y Movimiento Ciudadano (MC) también jugó con la ambigüedad. Lo clásico era decir que se requería otra clase de reforma, dejando la puerta abierta a aprobar algo, y por supuesto a decir que el gobierno la había “modificado” lo suficiente para hacerla aceptable. Solo Acción Nacional fue claro desde un inicio con un rechazo sin medias tintas. AMLO mucho ayudó a la causa opositora con su “no se cambia ni una coma”. El todo o nada lo mostró en su intransigencia habitual (los mesiánicos no suelen negociar sus visiones) y le trajo nada.
La clave en todo el entramado era el PRI. La disyuntiva era entre quedar bien con AMLO a cambio de concesiones (o no persecuciones), aunque destruyendo su credibilidad para 2024. La otra era alinearse claramente con el PAN, pues con ambos era suficiente para impedir una reforma constitucional. MC tiene varios suspirantes para 2024 y además no tenía los votos para hacer la diferencia. Lo que queda del PRD es absolutamente antiobradorista.
Quizá en un mundo sin redes sociales el PRI habría tenido una posición diferente, pero 2024 está a la vuelta de la esquina. Siendo cínicos, con Morena habrían sido un satélite más, poco más importante que el Verde Oportunista. Dentro de la alianza “Sí por México” es uno de los pilares. Lo único que quedaba por temer era que AMLO presionara a la dirigencia con amenazas de investigarlos. Quizá ahí le habría sido mucho más útil un Procurador Fiscal que realmente supiera del tema. Para suerte de los políticos de oposición, ahora tiene a Pablo Gómez. Lo más que logró el Presidente fue un risible voto de un (ahora ex) priista a cambio de ofrecer una embajada al padre del susodicho, que además se anuló con los dos votos que perdió el Verde Oportunista.
La cereza del pastel la presentaron López y sus subordinados comportándose como lo que por muchos años fueron: una oposición rijosa y tramposa. Buscar bloquear la Cámara de Diputados recordó esos tiempos de incendiar pozos petroleros y ocupar Reforma con tiendas de campaña vacías para luego juramentarse como “Presidente Legítimo”. La chicanería de mover la fecha de la sesión a un domingo en Semana Santa fue otra maniobra que ayudó más a unificar a la alianza opositora. El voto tuvo lugar cuando fue evidente que no podría alterarse el resultado.
El inquilino de Palacio selló, pues, una alianza opositora que estará mucho más unida en los siguientes 29 meses. En una de las muchas ironías que caracteriza a la política mexicana, el mesías de Palacio provocó la resurrección de la Oposición.
Sergio Negrete Cárdenas. Profesor de Tiempo Completo en la Escuela de Negocios del ITESO. Trabajó en el Fondo Monetario Internacional. Profesor en varias universidades de España y México, destacadamente la Universidad Pompeu Fabra y la Escuela Superior de Comercio Internacional, en Barcelona, la UNAM y la Escuela de Periodismo Carlos Septién en la Ciudad de México. Doctor en Economía y Maestría en Economía Internacional por la Universidad de Essex. Diplomado en Política Exterior de Estados Unidos por la Universidad de Maryland. Licenciado en Economía por el ITAM y en Ciencias de la Comunicación por la UNAM. Twitter: @econokafka
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Posted: April 19, 2022 at 7:23 pm