LOS MUERTOS AJENOS
Iltze Bautista
Autor: Antonio Ortuño
Título: La fila india,
Editorial: Oceáno, 2013
En los últimos diez años la muerte se ha convertido en pan cotidiano. Poco a poco hemos aprendido a digerir, casi como autómatas, notas sobre pobreza, violencia y uno que otro chisme. Miramos de reojo, nos resigamos, olvidamos y seguimos.
Tan acostumbrados estamos a la tragedia que mencionamos orgullosos nuestra nacionalidad, no por las características agradables del país, sino porque sobrevivimos a toda clase de historias. Sin embargo, como todo grupo marginal, nos refugiamos en el dolor de víctima sin reconocer nuestra capacidad como victimarios.
Antonio Ortuño (Zapopan, 1976) maneja con destreza las más mordaces emociones humanas. Su debut en el panorama literario lo destacó como uno de los narradores contemporáneos más prometedores, siendo incluido por la revista Granta en la lista de los mejores novelistas jóvenes de habla hispana. Si en su segunda novela (Recursos humanos, Anagrama, 2007) revela el microcosmos de la vida oficinista, es La fila india (Océano, 2013) quien amplía la visión situando a sus personajes en el limbo de las instituciones.
Cuatro voces narrativas describen la vida en un pueblo fronterizo: Santa Rita, entidad ficticia situada al suroeste mexicano, cuyo lema (“Santa Rita, lo que se da no se quita”) imprime un carácter árido a sus habitantes.
La Negra, protagonista e hilo conductor, nos coloca frente a la tarea de regresar a sus países de origen a los sobrevivientes de un atentado. En medio del caos, desarrolla una aventura amorosa con un compañero de trabajo encargado de elaborar los reportes oficiales, pieza clave a lo largo de la trama, tanto por su trayectoria como por retratar la cínica hipocresía de los burócratas de alto nivel.
Irma no sólo se desenvuelve en las cuatro paredes de la CONAMI (Comisión Nacional de Migración), también se adentra en la vida de Yen, importante personaje femenino alojada en un refugio descuidado. Es a través de ella que se nos cuentan las bajezas contra quienes atraviesan “los siete círculos del infierno mexicano”.
Otra voz significativa es la del Biempensante, representación de las ideologías y actitudes de una clase media racista e intelectualoide. Entre una narración y otra, se intercalan comunicados de prensa emitidos por la CONAMI, textos con la tediosa estructura con que se elabora toda redacción gubernamental; así como descripciones limpias de un narrador omnisciente.
La fila india aborda con crudeza la cara oculta del camino al sueño americano. No se trata de mexicanos intentando llegar al otro lado, sino de centroamericanos cuyo rostro elegimos no mirar porque “interesan ligeramente menos que las mascotas de los futbolistas y mil veces menos que los muertos verdaderos, los muertos nacionales”.
Los personajes de Ortuño poseen un carácter ácido, matizado por la lujuria, el desencanto y la violencia. Sus frases caen sobre el lector como balde de agua fría, orillándolo a reflexionar sobre la relación con sus semejantes, enmarcando los vínculos en un contexto agrietado donde toda posibilidad de renovación se fuga por los orificios de nuestro inacabado sistema político.
Posted: March 9, 2014 at 4:19 pm