#Covid19DíasDeGuardar
Molletes

Molletes

Daniela Tarazona

Recuerdo, como si fuera ayer, el día en que vine a casa y empecé el resguardo. Al igual que muchas personas, creí que estaría así algunos pocos meses.

El tiempo se ha convertido en otro. Los días parecen durar menos y las tareas laborales y domésticas nunca se acaban. Los afanes culinarios continúan en las ventanas de las redes sociales, aunque con menor fuerza. Si antes veíamos pasteles magníficos, platillos y panes recién horneados, ahora vemos postres de nueva invención y la cantidad de pasteles ha disminuido. Debe ser que las personas se cansaron de hornear o de comer harinas.

Las calles de la Ciudad de México están llenas de gente y automóviles. Los supermercados parecen hacer su agosto con la visita de multitudes enmascaradas. El encierro ha sido y es relativo. El virus continúa su gira mundial y nosotros seguimos sin saber de qué manera sortearemos los abismos de las economías venidas a menos.

Hace tres años del último terremoto ocurrido en la ciudad. Horas después del suceso, las calles estaban tomadas por multitudes que intentaban ir hacia alguna parte. Los coches viajaban en sentido contrario en las avenidas. La ciudad vivía una de las pausas más terribles de tiempos recientes. Al dejar atrás el edificio donde trabajaba y dar la vuelta en una calle de la colonia Juárez, recuerdo haber sorteado un puesto callejero de tacos y ver a un hombre que comía como si nada distinto sucediera alrededor suyo. Mientras tanto, los helicópteros sobrevolaban la zona.

No sé si tendríamos que sentirnos orgullosos de nuestra capacidad de predecir el futuro, pero pareciera que sabíamos que la pandemia sería la nueva forma de vivir. No podíamos eludir lo que, de cualquier manera, iba a suceder. Del mismo modo que el hombre en el puesto de tacos, buscamos que la realidad no fuera tan severa.

El gobierno nos llamó al resguardo voluntario como si fuéramos adultos responsables. Ahora que Carlos Slim va a financiar la producción de una vacuna para todo el continente, hasta pensamos en ir a desayunar a Sanborns unos molletes, no importa si para eso tengamos que usar tapabocas.

 

*Imagen de Deb Nystrom

Daniela Tarazona es narradora y ensayista. Fue jefa de redacción del suplemento Hoja por hoja del periódico Reforma y ha sido colaboradora de las revistas LuvinaLetras LibresCrítica y Renacimiento (Sevilla, España) y de los suplementos Laberinto del periódico Milenio Diario y El Ángel de Reforma. Es autora de dos novelas: El animal sobre la piedra (Almadía, 2008) y El beso de la liebre (Alfaguara, 2013). Su Twitter es @dtarazonav

 

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Posted: September 7, 2020 at 7:30 pm

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