Three Poems from Thresholds
Tres poemas de Umbrales
Luis Paniagua
Translated by Tanya Huntington
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I feel you behind my back
as I write.
In a way,
I carry you on my back
as I write.
Somehow,
you are these lines.
From a distance, about your business,
you carry on behind me.
Unaware
that each of these letters
bears something of yours,
the better to reconstruct you with;
far away,
sometime later on,
if there’s any luck at all.
Brief passage through the streets of Babel
..Into this neutral air
.Where blind skyscrapers use
…their full height […]
Each language pours its vain
Competitive excuse
W. H. Auden
Night does not replenish my sense of sleep.
A murky mechanism that sounds in the distance
becomes a crane lowering tons of debris
from certain skyscrapers at the feet of beds.
Sections of an ascent remain before us
that for reasons unknown, they never finished forging,
stairs that fate, with its hand of grace, would have knocked down;
landings where no era may repose.
This terrible night and its beasts of burden
that stack piles of mistaken materials,
leave the remains of the day next to the bed
(you are asleep, and your dream extends
from your body to my arm with a light tingling sensation).
The construction has been forever severed
from this moment. The one that continues to rise is not
nor shall it ever be what might have been.
Like Babel, the tower no longer ascends,
destroying itself. The debris abandoned by
the crane (ascent to a heaven already banned)
is corroborated in the confusion of these words.
Siege
..Into this neutral air
.Where blind skyscrapers use
…their full height […]
Each language pours its vain
Competitive excuse
W. H. Auden
Not the great bird in flight
but the brush of a wing.
Andrés Neuman
The poem, surrounded by white
margins, like a plane in mid-air, is
subject to the same pressure as those
giants of the heavens: if one small
screw should fail, everything may
plummet
Fabián Casas
Falling and flying are nearly identical sensations,
in all but one final detail.
Don Paterson
As I try to make it happen,
a small bird
descends from its orb
and poses lightly
on the highest parapet
of the house next door.
I see him standing there,
mildly balancing
legs and feathers,
on the imprecise boundary
where gravity, on the other hand,
does not seem dangerous to him:
the fine line of vertigo.
I lower my eyes
to write it all down on this page.
Upon raising them again,
the bird has already flown.
I am left thinking
of those two moments:
arrival and departure.
Thus, does poetry
descend to the page,
without our ever noticing its emergence
or its flight?
I am left with the impression
that these letters,
like the bird,
are found on that imprecise edge:
on the verge of flying
or falling.
*Image by Rafael Navarro
@Literal Publishing
Espaldas
Te siento a mis espaldas
cuando escribo.
De alguna forma,
te cargo en mis espaldas
mientras escribo.
En cierto modo,
eres estos versos.
Ajena a ello, en tus cosas,
continúas tras de mí.
Ignoras
que cada una de estas letras
lleva algo tuyo,
para reconstruirte;
lejos,
tiempo después,
si hay un poco de suerte.
Breve paseo por el barrio de Babel
..Hacia este aire neutral
donde usan los ciegos rascacielos
toda su altura […]
derrama cada lengua su vana
competencia de disculpas.
W. H. Auden
La noche no abastece mis sentidos de sueño.
Un turbio mecanismo que suena a la distancia
es una grúa bajando toneladas de escombros
de ciertos rascacielos a los pies de la cama.
Quedan frente a nosotros secciones de un ascenso
que por extraños motivos no acabaron fraguando,
peldaños que el azar, con su mano de gracia, derribara;
descansos que no serán reposo de las eras.
Esta noche terrible y sus bestias de carga
que colocan en cúmulos las materias erradas,
dejan frente a la cama los despojos del día
(tú estás dormida y tu sueño se extiende
de tu cuerpo a mi brazo en un leve hormigueo).
La construcción se ha truncado en este momento
para siempre. La que seguirá subiendo no es
ni será la que podría haber sido.
Como en Babel, la torre ya no asciende,
se destruye. Los escombros que deposita
la grúa (ascensión a un cielo ya vedado)
se verifican en la confusión de estas palabras.
Asedio
No el vuelo del gran pájaro
sino un roce de ala.
Andrés Neuman
eelEl poema, rodeado de los márgenes en
blanco, como un avión en el aire, está
.sujeto a la misma presión que estos
gigantes de los cielos: si falla una
pequeña tuerca, todo se puede venir
abajo
Fabián Casas
La caída y el vuelo son sensaciones casi idénticas
en todo, salvo en el detalle final.
Don Paterson
Mientras intento que suceda,
un pájaro pequeño
desciende de su orbe
y se posa liviano
sobre el pretil más alto
de la casa vecina.
Lo miro allí parado
en un leve equilibrio
de patas y de plumas,
en la linde inexacta
donde la gravedad, por otra parte,
no le resulta peligrosa:
justa línea del vértigo.
Bajo los ojos
para escribirlo todo en esta página.
Al alzarlos de nuevo
el ave ya se ha ido.
Me quedo pensando
en esos dos momentos:
llegada y partida.
¿Así desciende
la poesía hasta la página;
sin percatarnos, pues, de su irrupción
ni de su huida?
Me queda la impresión
de que estas letras,
como el pájaro,
están en ese límite inexacto:
a punto del vuelo
o la caída.
Luis Paniagua es poeta y ensayista. Es autor de Maverick 71 (Premio Literal de Poesía) Sus poemas han sido incluidos en antologías como Crimen confeso, Un orbe más ancho. Cuarenta poetas jóvenes de México y Los mejores poemas mexicanos, entre otras. Ha colaborado en las revistas Acequias, Rocinante, Opción y Literal. En el 2000, su poesía fue merecedora del primer lugar del concurso “José Emilio Pacheco”. En 2004 y 2007 ganó el concurso de la revista Punto de Partida