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COLUMN/COLUMNA

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Miguel Cane

Como una reina: así se roba sus escenas la fabulosa Helena Bonham Carter, en la tercera serie de The Crown

Antes de que existieran la princesa Diana, o las duquesas Kate y Meghan, existió la princesa Margarita (o bien, Margaret Rose), la turbulenta hermana menor de Elizabeth Alexandra Mary, más conocida como Isabel II, monarca del Reino Unido. En la exitosa serie de Netflix The Crown –cuya tercera temporada recién se estrenó en la plataforma digital– la complicada relación entre las dos ha servido como un tema recurrente a lo largo de las décadas que abarca el programa creado por Peter Morgan, que fuera también el guionista del filme de Stephen Frears The Queen.

La galardonada Olivia Colman (The Favorite) ha tomado el relevo como Isabel II de Claire Foy, mientras que Helena Bonham Carter ha reemplazado a Vanessa Kirby como la princesa Margaret, representando ambas a las hijas del rey Jorge VI entre 1964 y 1977.

Por su interpretación, Bonham Carter, toda una veterana en escena, ha recibido algunas de las mejores reseñas recientemente, y no cabe duda que se roba las escenas en que aparece, mientras canaliza el temperamento soberbio, la desesperada necesidad de llamar la atención (incluso canta canciones de Cole Porter) y el estilo glamuroso de Margarita, la princesa más cosmopolita, altanera y conflictuada que haya salido de Buckingham Palace.

La preparación de Bonham Carter para incorporarse a The Crown fue tan poco convencional como todo lo que se puede esperar de ella: de viva voz declaró a la prensa británica que solo accedió a interpretar a Margaret Rose Windsor después de buscar el permiso de la propia princesa difunta a través de una médium, algo que, visto lo visto, parece perfectamente adecuado. “Lo más importante cuando interpretas a alguien que es real es que quieres su bendición, ¿no es cierto? Esto es porque tienes una cierta responsabilidad con tu interpretación”, explicó a la revista Grazia. “Me dio algunos consejos: ‘Hazlo bien. Fumé de una manera muy particular. Recuerda que la boquilla del cigarrillo era tanto un arma para expresarme como para fumar.’ Y luego le pregunté [a través de la médium]: “‘¿Está usted de acuerdo con que la interprete?’ Y ella dijo: ‘Eres mejor que la otra actriz’”. ¿Qué quién era esa otra actriz?, no se sabe, ya que según Bonham Carter, el espíritu de la princesa hizo mutis antes de revelarlo.

Sin embargo, pese a su reputación de excéntrica sin remedio, Bonham Carter es una figura de peso en lo que respecta al éxito en el Show Business. Con dos nominaciones al Oscar a su nombre, actualmente es la sexta actriz más taquillera en Hollywood, según los verificadores de Box Office Mojo. Sus películas han recaudado una increíble cantidad de 6.8 billones de libras en todo el mundo, en gran parte gracias a sus papeles como Bellatrix Lestrange en la franquicia de Harry Potter y su extravagante Reina Roja para Disney en Alicia en el país de las maravillas y su secuela de 2016, Alicia a través del espejo. De hecho, la única actriz británica en un rango más alto que ella es Emma Watson.

Fue en 1979, a los 13 años, que Bonham Carter (que tiene una madre española y por ello habla con fluidez el idioma, así como el francés “directores, tomen nota”, dijo una vez a The Hollywood Reporter) decidió que quería actuar. Su padre banquero, Raymond, quedó paralizado y parcialmente ciego después de una operación para extirpar un tumor cerebral benigno, destrozando su “infancia muy feliz” y haciéndole sentir que tenía que aprender a valerse por sí misma. Su única experiencia consistía en actuar en obras de teatro de la escuela, pero desde su casa en el norte de Londres llamó a agentes de actuación hasta que encontró a uno feliz de aceptarla. “Estaba decidida ser autosuficiente. Pensé, ‘Hmmm. Creo que puedo sacar un final feliz de todo esto’.”

Cuarenta años después, su papel en The Crown es el 80 hasta la fecha y Bonham Carter ciertamente tiene el pedigrí para interpretar a la princesa Margarita: es la bisnieta de H.H. Asquith, el último político liberal en servir como primer ministro, y su tío, Lord Mark Bonham Carter, ex miembro del gabinete, salió con la princesa antes que ella se enamorase del capitán Peter Townsend en los 50.

“Quedaron como amigos y lo fueron hasta que ella murió en 2002. Margaret iba a sus fiestas, y él se sentía muy consciente de que había una princesa allí. Cuando nos presentaron, yo tenía 18 años y recuerdo haber pensado: “‘No debo darle la espalda, no importa lo que haga, es la princesa y no debo darle la espalda’”, reveló la actriz esta semana mientras promocionaba el drama de Netflix.

Bonham Carter debutó a los 17 años, en un programa para niños llamado A Pattern of Roses. Cuando estaba preparándose para ir a Cambridge, el célebre director Trevor Nunn la eligió como protagonista en Lady Jane, película biográfica de 1986 acerca de Lady Jane Gray, la joven que fue reina durante nueve días en el siglo XVII, junto a otro prometedor futuro astro, el apuesto Cary Elwes.

Antes de que la filmación se hubiera completado, le ofrecieron el papel de Lucy Honeychurch en A Room With A View  una prestigiosa producción de la Merchant-Ivory. La película, basada en la novela de E.M. Forster, ganó el Oscar al mejor guion adaptado, pero su éxito marcó el final de las ambiciones académicas de Bonham Carter: Cambridge retiró su oferta porque temían que la actuación se interpusiera en sus estudios, que nunca concluyó.

En 1990 interpretó a Ofelia en la polémica versión de Hamlet con Mel Gibson dirigida por Franco Zeffirelli y a esta, siguieron más piezas de época, como Where Angels Fear To Tread y Howard’s End, lo que la llevó a lamentarse en una entrevista con la revista Tatler de que estaba siendo encasillada como “Reina de los corsés”. “Las películas de época son aparentemente mi destino”, dijo. “Probablemente debería sacarme un par de costillas porque usaré corsés por el resto de mi vida”.

En la primavera de 1994, la joven de 28 años participó en Frankenstein de Mary Shelley, un melodrama de terror de alto presupuesto dirigido y coprotagonizado por Kenneth Branagh, casado con su coprotagonista de Howard’s End y amiga íntima, Emma Thompson. Cuando la película se estrenó en Los Ángeles, varios meses después, Bonham Carter y Branagh estaban en medio de una aventura que salió a la luz cuando él y Thompson anunciaron su divorcio. Él y Bonham Carter estuvieron juntos durante cinco años en total, y se separaron en 1999.

Pocos años más tarde, en 2002, cuando fue acusada de apartar a Burton de su entonces prometida, la modelo y actriz Lisa-Marie, admitió a la revista Vogue del Reino Unido  que era difícil ser calificada como una “rompehogares en serie. Es bastante cruel y frustrante porque conozco la verdadera historia de todo. Es hiriente tener esa reputación ”.

Varios años más tarde, Emma Thompson aludió al asunto y al divorcio en una entrevista con el Sunday Times y señaló la injusticia de que Helena se quemara siendo tildada de robamaridos, tanto como era desagradable para ella ser encasillada en los medios de comunicación como una víctima desafortunada y encima, cornuda.

Después de guardar silencio sobre los detalles de su separación durante años, la ganadora del Oscar confirmó que un romance entre Branagh y Bonham Carter condujo a su notoria separación, algo que supuestamente surgió mientras filmaban Frankenstein en locaciones de Suiza y Baviera, y Thompson estaba en Inglaterra adaptando Sense & Sensibility de Jane Austen (un guión que le valió otro Oscar y fue dirigido por Ang Lee, con Kate Winslet como reemplazo de último minuto para Bonham Carter), mientras se recuperaba de un devastador embarazo ectópico.

En 2014, dos décadas después del hecho, Thompson (quien ha estado con su actual esposo y padre de sus hijos, el actor Greg Wise, desde que lo conoció en el set en 1995) calificó la situación como “sangre bajo el puente”.

“No puedes aferrarte a algo como eso para siempre. Es completamente inútil. No tengo la energía para eso, y estoy bastante segura de que ellos tampoco. Helena y yo hicimos las paces hace años “. Respecto a su relación con su antigua amiga, también fue amable, describiéndola como una estimada colega: “Oh, ella y yo somos muy parecidas, algo chifladas y sin idea de cómo vestir. Quizá por ello [Branagh] nos quiso a las dos. Helena es una mujer maravillosa.”

En 1997, Bonham Carter obtuvo su primera nominación al Oscar a la Mejor Actriz por su papel como la desesperada trepadora social Kate Croy en una suntuosa adaptación de la novela clásica de Henry James The Wings Of the Dove. Aunque fue otro drama de corsés, la llevaría a obtener el papel que la sacó del molde: interpretar a la disfuncional, neurasténica, fumadora compulsiva y totalmente encantadora Marla Singer en la adaptación de David Fincher a la novela Fight Club de Chuck Palahniuk en 1999.

Luego, en 2001, ingresó en el mundo de las cintas de gran presupuesto interpretando a un compasivo chimpancé en el remake de El planeta de los simios de Tim Burton. Su primer encuentro con Burton, fue memorable: él se le acercó y le dijo: “Realmente puedo verte con una máscara de mono”. En lugar de ofenderse, Bonham Carter se enamoró instantáneamente de él.

Con un ecléctico sentido del atuendo y melenas a juego, parecían hechos el uno para el otro. Y en lugar de vivir convencionalmente como pareja, residían en casas contiguas conectadas por una puerta. “Nos vemos tanto como cualquier pareja, pero nuestra relación se ve reforzada al saber que tenemos nuestro espacio personal al que retirarnos”, explicó.

Su hijo, Billy, nació en 2003 y una hija, Nell, nació en 2007. Ni ella ni Burton sintieron la necesidad de casarse y su relación también se tradujo en una exitosa colaboración en pantalla; juntos hicieron nueve películas, incluyendo Charlie & The Chocolate Factory, Dark Shadows, Big Fish y Sweeney Todd.

En diciembre de 2014, Burton y Bonham Carter anunciaron su separación amistosa, meses después de que un tabloide publicara fotos de Burton besando a otra mujer fuera de un cine de Londres. Bonham Carter, que tenía 48 años en ese momento, reflexionó que se sentía “perdida” después de esto, pero se negó a condenar la relación como un fracaso. “La marca de una relación exitosa no debería ser si están juntos para siempre”, dijo. “A veces no debe ser así. Nos dimos hijos y mucho más, y realmente nos queremos. Creo que eso dice mucho sobre cómo una relación puede evolucionar inesperadamente, de un modo maduro”.

Hoy en día, la actriz ha dicho a los medios que está “muy feliz” con el escritor danés Rye Dag Holmboe, que es 21 años menor que ella. Se dice que se conocieron en la boda de un amigo mutuo el verano pasado y Bonham Carter describió la relación como “un poco de magia inesperada en mi vida”.

Irónicamente (o no), la princesa Margarita hizo exactamente lo mismo, después de que su matrimonio con el fotógrafo Tony Armstrong-Jones, Lord Snowdon, se desmoronó en 1976: se enamoró de un hombre más joven, el artista galés Roddy Llewelyn, quien convirtió lo que pudo ser un final amargo, en una chispa que dio alegría a la madurez de la descarada hermana menor de la mujer más famosa del mundo en dos siglos: el XX y lo que va del XXI.

 

Miguel Cane es autor de la compilación Íntimos ensayos y de la novela Todas las fiestas de mañana. Es colaborador de Literal. Su Twitter es @aliascane

 

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Posted: November 19, 2019 at 11:52 pm

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