Essay
UNA NOVELA NO ES UN DESTINO
COLUMN/COLUMNA

UNA NOVELA NO ES UN DESTINO

Lolita Bosch

Dice la Kabbalah que existe un orden natural al que todo tiende y obedece, no sólo a la convicción de que hay una divinidad que está en nosotros y nosotras, sino a una inercia que nos es propia. Lo humano, dice la Kabbalah, es tender al orden. El filósofo catalán Jorge Wagensberg lo ejemplificaba con los aplausos tras un concierto: que empiezan sin voluntad de ritmo y sin la intención de acoplarse los unos con los otros, pero acaban siendo uno solo. Eso es tender al orden natural de las cosas y eso, estoy convencida, es lo que hace la escritura. No por mediación sino por una necesidad genuina e insalvable de sobrevivir: ordenar para ser: contundentemente, ser.

¿Por qué? ¿De qué nos sirve esa tendencia al orden cuando escribimos? Dice la Kabbalah que si miramos el sistema solar vemos el orden perfecto para el universo; si estudiamos el reino animal y la cadena alimenticia, somos capaces de entender un orden vital; si navegamos por el mar o bajo el océano veríamos que también hay un orden que logra que todo fluya y funcione. Y se pregunta: ¿Por qué deberían nuestras vidas individuales ser diferentes? Más allá del propósito de todo (que es algo que no se puede extrapolar a una novela porque una novela no es un destino), tal vez no entendemos que formamos parte de algo que tiende al orden porque estamos dentro de ese algo y que podemos ver el orden en los otros sistemas porque los estamos viendo desde el exterior. Y se pregunta también: ¿Y si pudiéramos salir de nosotros mismos y mirar desde la distancia?

Podemos.

Eso es exactamente la escritura.

¿Y cómo se hace? En primer lugar, recurriendo a aquellas cosas de las que soy consciente. Pero luego, cuando asumimos que lo que vamos a construir tiene una gran parte que es y debe ser inconsciente, tenemos que dejarnos llevar. Y confiar en que encajaremos en el orden natural de la literatura. Porque nuestra intuición nos permite construir. Porque por medio de la intuición, damos forma al deseo inicial y podemos convertir este deseo en novela.

Y, sin embargo, no nos fiamos de la intuición. Y eso nos pasa porque una equivocación inicial: creemos que la intuición se tiene o no se tiene. Y eso no es verdad. Existe la posibilidad de educarla, precisamente, porque se tiene. No se puede ver la intuición, pero sí darnos cuenta de que funciona.

Esto es la intuición educada.

Intentar controlar el proceso literario es una causa evidente de neurosis. No somos nosotros, con todo lo que somos, sino nosotros confiando en nuestra intuición. De modo que no debemos tratar de controlar lo inconsciente sino saber que podemos usarlo. ¿Cómo? Utilizando la intuición y creyendo en nuestra capacidad para educarla. No es argumentable, y apenas es comprensible. No tenemos por qué comprender las razones por las que construimos una cosa y no otra (o no del todo). Sino confiar en esta pulsión que educamos cuando escribimos. Aceptar con normalidad que no tenemos por qué saber las razones de este deseo. La novela entiende que no todo es adjetivable, pero todo es construible. Y que lo construye una sensación que explica una sensación pero no se puede adjetivar. Precisamente lo que he de construir es un mundo en que se explique esta sensación: con el lenguaje y el silencio de los signos de puntuación.

Construir una novela es hacer el acto voluntario de creer en la intuición.

Confiar en el inconsciente.

Ésta es mi (nuestra) capacidad de confiar en la intuición: Identificar un deseo, someterlo a a la intuición y pensar cómo se alimenta y cómo hago que funcione. Es decir, como alimento ese deseo para que la intuición se eduque. Porque esta intuición educada es capaz de crear. Eso quiere decir, de manera natural, acoplarnos al orden natural de las cosas.

 

Lolita Bosch nació en Barcelona en 1970, pero vivió mucho tiempo en Albons (Baix Empordà). También ha vivido en Estados Unidos, India y, durante diez años, en la Ciudad de México. Ha publicado, entre otras novelas, Tres historias europeasLa persona que fuimosLa familia de mi padre o Esto que ves es un rostro, así como su antología personal de literatura mexicana Hecho en México y el ensayo narrativo Ahora, escribo. Su Twitter: @LolitaBosch

 

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Posted: November 7, 2018 at 11:18 pm

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