Decreación
Anne Carson
Sleepchains
Who can sleep when she—
hundreds of miles away I feel that vast breath fan her restless decks.
Cicatrice by cicatrice
all the links
rattle once.
Here we go mother on the shipless ocean.
Pity us, pity the ocean, here we go.
Sunday
My washed rags ap on a serious grey sunset.
Suppertime, a colder wind.
Leaves huddle a bit.
Kitchen lights come on.
Little spongy mysteries of evening begin to nick open.
Time to call mother.
Let it ring.
Six.
Seven.
Eight—she
lifts the receiver, waits.
Down the hollow distances are they eldmice that scamper so drily.
Our Fortune
In a house at dusk a mother’s nal lesson
ruins the west and seals up all that trade.
Look in the windows at night you will see people standing.
That’s us, we had an excuse to be inside.
Day came, we cut the fruit (we cut
the tree). Now we’re out.
Here is a debt
paid.
No Port Now
In the ancient struggle of breath against death, one more sleep given.
We took an offer on the house.
In the sum of the parts
where are the parts?
Silently (there) leaves and windows wait.
Our empty clothesline cuts the sloping night.
And making their lament for a lost apparel of celestial light
angels and detritus call out as they ow past our still latched gate.
Would Be Her 50th Wedding Anniversary Today
Cold orates upon a Roman wall.
Light is extreme (caught)
and shadows wait like
hoods to drop.
Brain taps twice
for salt.
Was it Ovid who said, There is so much wind here stones go blank.
Some Afternoons She Does Not Pick Up the Phone
It is February. Ice is general. One notices different degrees of ice.
Its colours—blue white brown greyblack silver—vary.
Some ice has core bits of gravel or shadows inside.
Some is smooth as a flank, you cannot stand on it.
Standing on it the wind goes thin, to shreds.
All we wished for, shreds.
The little ones cannot stand on it.
Not one letter, not one stroke of a letter, can stand.
Blindingly—what came through the world there—burns.
It is February. Ice is general. One notices different degrees of ice
*These poems belong to the book Decreación (Vaso Roto, 2014)
Cadena de sueños
Quién puede dormir cuando ella…
a cientos de millas oigo ese vasto aliento
avivar sus cubiertas agitadas.
Cicatriz tras cicatriz
los eslabones
cascabelean una vez.
Navegamos madre en un océano sin barcos.
Piedad por nosotros, piedad por el océano, navegamos.
Domingo
Mis trapos tendidos ventean contra el gris severo del atardecer.
hora de cenar, el aire se hace más frío.
Se apilan las hojas en pequeños montones.
Luz en las ventanas de la cocina.
Húmedos misterios de la noche asoman apenas entreabiertos.
Es hora de llamar a mamá.
Deja que timbre.
Seis.
Siete.
Ocho…, ella
levanta el auricular, espera.
En las huecas distancias acaso los ratoncillos corretean irónicos.
Nuestra fortuna
En una casa al atardecer la lección final de una madre
devasta el poniente y sella el pacto.
Mira por las ventanas al anochecer y verás gente de pie.
Somos así, teníamos un pretexto para estar dentro.
Llegó el día, cortamos el fruto (cortamos
el árbol). Ahora estamos fuera.
Aquí hay una deuda
saldada.
Sin puerto alguno
En la antigua lucha entre hálito y muerte, se nos concede un último sueño.
Aceptamos una oferta por la casa.
En la suma de las partes,
¿dónde están las partes?
En silencio (allí) aguardan hojas y ventanas.
Nuestro tendedero desnudo corta la inclinación de la noche.
Y en un lamento por el perdido atuendo de la luz celestial
ángeles y detritus pasan flotando frente a nuestra cancela aún cerrada.
Ella celebraría hoy el 50o aniversario de su boda
Fría arenga desde un muro romano. Extrema es la luz (atrapada)
y sombras esperan como
capuchas a punto de caer.
El cerebro pide dos veces
la sal.
Acaso fue Ovidio quien dijo, Tanto viento enmudece las piedras.
___________Ciertas tardes ella no atiende el teléfono
Febrero. Hielo por todas partes. Pueden sentirse distintas densidades del hielo.
Sus tonos –azul blanco marrón a gris-pardo plateado– varían.
Parte del hielo tiene grava en el centro o sombras en su interior.
Otra parte es lisa como una ladera, no podría sostenerte.
De pie sentirías que el viento se atenúa, se deshila.
Todo cuanto hemos deseado, se deshila.
Los pequeños no pueden sostenerse sobre el hielo.
Ni una carta ni un esbozo de letra pueden sostenerse.
Cegadoramente, lo que allí hay de mundo, quema.
Febrero. Hielo por todas partes. Pueden sentirse distintas densidades del hielo.
*Estos poemas pertenecen al libro Decreación (Vaso Roto, 2014)
Anne Carson es una poeta canadiense, ensayista, traductora y profesora de literatura clásica y comparada en la Universidad de Míchigan. Está considerada por la crítica literaria como la poeta viva más importante de las letras anglosajonas. En 2020 fue galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Letras.
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