¿El periodismo mexicano tiene realmente las puertas abiertas en el gobierno de López Obrador?

Un libro que no está en la lista de los más vendidos ni es traducido ni está de moda, pero que al leerlo el corazón se estruja como un trapo viejo. Se llama El silencio no es opción (Barcelona protege a periodistas de México). Se puede conseguir (gratis) en la Taula per Méxic, una organización catalana que da un granito de arena en toda la lucha –desigual– por los derechos humanos en nuestro país.

Decir “granito de arena” es usar un lugar común, pero nada expresa mejor que esa ayuda a un sistema donde en los últimos meses han matado a 13 periodistas.

¿Te acuerdas cuando pensábamos que el mundo iba a ser mejor quién sabe cuándo, pero había que luchar y luchar por esos prados verdes donde el césped crecía con la lluvia y corrían vacas y ovejas por el campo abierto?, en una imagen absurda e idílica en estos días donde hasta Plácido Domingo ha sido acusado de acoso sexual y él ha contestado: “En esos tiempos era distinto”, como si el acoso fuera ahora, un tema “actual”.

Cristina Fallarás, la enorme periodista y escritora española, ha sacado un tuit genial: “Las reglas y valores por los que hoy nos medimos, y debemos medirnos, son muy distintos de cómo eran en el pasado”, dice Plácido Domingo. ¡Como si en el pasado les gustaran a las mujeres los abusos sexuales!.

Pero yo quería hablar del libro El silencio no es opción, en momentos donde ya no sabemos para dónde correr. ¿Dónde está ese césped crecido, esas vacas y esas ovejas corriendo por el campo abierto? (una imagen traída de los sueños).

En los seis meses del sexenio encabezado por Andrés Manuel López Obrador han sido asesinado 13 periodistas y alguien pensará que mi cerebro sufre el síndrome de Peter Pan porque creía que la violencia era la primera tarea a la que se iba a abocar el gobierno elegido.

El tema de la violencia es muy difícil erradicar de México, pero algo tiene que pasar y no estas muertes donde todos los días parece que la nación está detenida, no importa cuál sea el mandatario, el Partido gobernante.

Leo: “El día a día en Guerrero y sus principales ciudades como Acapulco –uno de los centros turísticos más importantes al sur de México- y la capital, Chilpanchingo, son escenas de hechos violentos a cada minuto, el olor de la sangre ha quedado impregnada en cada una de sus calles”.

“Cifras oficiales de la Secretaría de Gobernación, indican que en 2017 hubo en México 30 mil 469 homicidios y ubicaron a Guerrero en el 2017 como uno de los dos estados más violentos de México, con 2 mil 539 homicidios dolosos, en Acapulco ocurrieron 943 casos. En los primeros 6 meses del 2018 en el estado se contabilizan 1408 homicidios por arma de fuego”, eso lo cuenta Jacob Morales, originario de Guerrero, reportero en El Sur, un periodista acogido en el programa Barcelona protege a periodistas.

Porque eso hace la Taula per Méxic: acoger a periodistas y a representantes de derechos humanos perseguidos por el crimen organizado o por las autoridades locales a Barcelona (son unos seis meses).

“Este año se cumplen 80 años del exilio español y México tiene mucho que ver. Barcelona es una ciudad plural, abierta, hace casi tres años decidió solidarizarse con el pueblo mexicano en la llamada Guerra contra el Narco. Cuando acabó la Guerra Civil, nos acogió México, ahora nos toca recibir a personas, a periodistas, defensoras de los Derechos Humanos. Estamos presentando el libro El silencio no es opción, que representa también el sentir de por qué el silencio no es opción. Por qué los hombres y las mujeres han decidido seguir informando desde zonas muy terribles, como Tamaulipas, Michoacán, Guerrero”, dice Arturo Landeros, coordinador de la organización.

Sigo leyendo el libro, un testimonio de Jacob Morales me da escalofríos: “El pasado 20 de marzo un grupo armado entró a una telesecundaria y una preparatoria ubicadas en la colonia La Frontera, para cortar el cabello a 20 alumnas y 2 maestras, además de robarle sus móviles. Después se supo que el cabello fue vendido en el mercado negro”.

“Otros sectores afectados son los pequeños comerciantes informales que venden en las aceras de las calles, quienes son asesinados a sangre fría e incluso frente a las autoridades. Todos tienen algo en común, se han negado a pagar una extorsión denominada cuota a los grupos criminales, quienes de manera impune incendian taxis, autobuses y negocios como una forma de venganza y dejando narcomantas con amenazas o señalando a comandantes de la policía que apoyan a determinado grupo en las principales avenidas del centro turístico”.

Fue en 2014 cuando conocí Acapulco. Fui invitada al Festival Internacional de Cine, donde escribí una crónica que decía –entre otras cosas- “Los fuegos artificiales explotan en la quebrada de Acapulco. Un perro desesperado corre a esconderse entre las escaleras del restaurante que está repleto. Los 50 años de la película de Elvis Presley, Fun in Acapulco (USA, 1953; Richard Thorpe), resultan sin duda un acontecimiento que el FICA debe conmemorar. Pero lejos de proyectar el filme o de llevar a cabo una mesa de críticos en la que se analice el legado de una película en la que el Rey del Rock estuvo acompañado por Ursula Andrews y la estrella local Elsa Cárdenas, los organizadores deciden revivir el ayer”.

Veía los hoteles de los 60, me hizo recordar a la querida Mar del Plata, como un casino pegado al mar y esos hombres y mujeres de la clase media con sándwich en la canasta y un periódico debajo del brazo, dispuestos a las vacaciones.

“Por un momento, con el perro escondido en los rincones, los ruidos ensordecedores de un Elvis Presley falso y los jóvenes que se arrojan desde un promontorio al mar, en la noche enceguecedora, el Festival Internacional de Cine de Acapulco atraviesa ese desierto de lo real calcando con puntillismo y un sentimiento que se vislumbra patético y entrañable a la vez, la postal del pasado que nunca volverá. Afuera, Acapulco, Guerrero, 2014, siglo XXI, arde, espanta”, terminaba mi crónica y en este libro, El silencio no es opción, Jacob Morales me da la razón.

“Lo único que puede hacer la población es sobrevivir y cuando cae la noche resguardarse en casa, porque las balas rondan a uno, pero ni entre las cuatro paredes es seguro. En cualquier momento un comando armado puede llegar a irrumpir y matar a toda tu familia, como ocurrió el 16 de diciembre de 2015, cuando en una casa en la colonia Providencia, tres integrantes de una familia y su perro fueron ejecutados”, dice Jacob.

La periodista Miriam Ramírez, originaria de Sinaloa, periodista y exreportera del diario Riodoce, se pregunta en el mismo libro: “¿El periodismo mexicano tiene realmente las puertas abiertas en el gobierno de López Obrador? ¿Éste está comprometido con la defensa de la libertad de expresión y los derechos humanos y es firme en garantizar el ejercicio libre y seguro de la profesión?”, se pregunta en una nota donde hace la diferencia entre los periodistas “fifí”, los de la “mafia del poder”, diciendo entre otras cosas que “Andrés Manuel es un político intolerante a la prensa crítica”.

Cierro los ojos y pienso en un paisaje con el césped alto, por donde corro hacia un destino posible, pero algo se corta en la pantalla, algo como la muerte, el pesimismo, la vida misma en México.

Mónica Maristain (Concepción de Uruguay, Argentina). Editora, periodista y escritora. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales como Clarín, Página 12, La Nación y la revista Playboy. Ha sido colaboradora en las agencias EFE y DPA. En 2010 publicó “La última entrevista a Roberto Bolaño y otras charlas con grandes autores” . En n 2011, coordinó la antología El último árbol. Cuentos de navidad. El hijo de Míster Playa fue publicado originalmente por Almadía en 2012. Su título más reciente es Antes, poema largo editado por Literal Publishing en 2017.

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Posted: August 25, 2019 at 9:34 pm