Interestellar

En un año no muy remoto, el mundo se acaba y no hay, aparentemente, muchas esperanzas para salvarlo. La solución más viable y atractiva es encontrar un nuevo planeta para ser habitado por la raza humana y así evitar su inminente extinción. Esta es la idea general del filme Interestellar (2014) dirigido por el exitoso Christopher Nolan.

El tema apocalíptico de la destrucción de la Tierra y el uso de un grupo de valientes astronautas que arriesgan su vida para salvar al mundo, como se sabe, es algo que ya ha sido explorado anteriormente en varios filmes del género de ciencia ficción, como Star Trek (1979), de Robert Wise, Armageddon (1998) de Jerry Bruckheimer, Deep Impact (1998) de Mimi Leder, para mencionar algunos.

La aparente novedad del filme es que la pequeña misión de astronautas (Matthew McConaughey, Anne Hathaway, David Giasy y West Bentley) tiene que penetrar un Agujero de gusano instalado en Saturno por seres misteriosos que aparentemente quieren ayudar a la raza humana a no perecer. Según el filme, el único peligro de atravesar este umbral, aparte de la posible pérdida de la vida, es que el tiempo se desarrolla de manera muy distinta que en la Tierra. Esto significa que, al regreso de la peligrosa misión, los seres queridos de los astronautas, probablemente, o sean más viejos, hayan muerto o, peor aún, que el cambio temporal no permita concluir la misión exitosamente y, a la vuelta de éstos, el mundo haya desaparecido por completo.

En fin, algo que en este tipo de misiones espaciales y, que en muchas ocasiones es irritante, es que en la historia se analizan la vida de los personajes, sus prejuicios y temores, durante su estancia en la Tierra, para así darle un tono más dramático al filme, muy al estilo de The Right Stuff (1983) de Phillip Kaufman. La única película que recuerdo que se ha salvado de esto ha sido Gravedad (2013) de Alfonso Cuarón. El filme se inicia con la acción directa en el espacio, sin ningún tipo de introducción, y esto le da gran frescura narrativa. Pero en el caso de Interestelar, Nolan sigue como un manual de instrucciones a sus predecesoras y experimentamos esa larga travesía por la vida de los personajes antes de partir a la misión esperada por el público. En el caso de Interestelar, es verdad, para el desarrollo de la historia esto resulta inevitable, pero aún así, no deja de resultar tedioso este ejercicio de introspección.

Nolan es un autor que le gusta la literatura para el desarrollo de sus filmes. Al igual que en Inception (2010), nos encontramos con cierta temática borgeana. Como se sabe, Christopher Nolan se basó en algunos textos de Jorge Luis Borges para hacer su película Inception, sobre todo en el cuento de Las ruinas circulares y El milagro secreto. En el caso de Interestellar, en la última parte del filme, Borges se asoma brevemente, en sus relatos El Aleph y La biblioteca de Babel, sin olvidar, claro, la citación explícita del profesor Brand (Michael Cane) del famoso y macabro poema de Dylan Thomas Do no go gentle into that Good Night. No se puede olvidar, también, en la última parte del filme, ese homenaje que le hace Nolan a 2001: A Space Odyssey (1968), de Stanley Kubrick. La gran virtud narrativa del filme de Kubrick es que no sabemos si el desenlace es pesimista u optimista. Hay una deliciosa ambigüedad que dio origen a diversas interpretaciones religiosas y científicas sobre la película. En el caso de Interestellar, el desenlace es optimista, debido a que Nolan realiza un extenso epílogo que aclara muchas dudas, con una moraleja fílmica que es pesimista: La raza humana está completamente sola en el universo y nadie más que ella puede salir adelante de sus problemas.

Los efectos especiales son de esperar espectaculares. Sin embargo, después de haber experimentado el vértigo fílmico de Gravedad, la película de Nolan se queda un poco corta para un espectador exigente. Las actuaciones de McConaughey y de Michael Cane son también bastante buenas. Sin embargo, Matt Damon (el Dr. Mann), bien se le podría apodar como El satánico Dr. Mann, a pesar de que aparece muy brevemente, nos da una lección en que un villano no necesita aparecer desde el principio del filme para ser despreciado por el público. Tal vez, desde The Talented Mr. Ripley (1999), Damon no había hecho un papel de villano memorable.

Finalmente, Interestellar, resulta innecesariamente larga y a veces tediosa. La película, es verdad, es una disertación sobre la relatividad del espacio y el tiempo. Quizá esta longitud fílmica trate de ser consistente con el tiempo real del espectador. El filme es tan largo que, al salir de la sala, uno tiene la impresión que, al igual que la película, al regresar a la casa, uno se encuentre que nuestros familiares y amigos hayan envejecido por lo menos veinticinco años, sin exagerar.

Posted: November 16, 2014 at 5:27 pm