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Memorias y transfiguraciones de Alaíde Foppa

Memorias y transfiguraciones de Alaíde Foppa

Christian Mendoza

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Publicado primero en Guatemala y luego en México, el poemario Memorias y transfiguraciones (1965) de Alaíde Foppa alberga no sólo una obra literaria, sino también la indagación de un archivo desperdigado en diversas latitudes.

 

Memorias y transfiguraciones, libro de Alaíde Foppa fechado en 1965, es un ciclo de poemas que siguen una línea narrativa. Las piezas buscan definir la experiencia de alguien cuyas vivencias son de quien no pertenece ni a su propio cuerpo ni a una vaga colectividad que a veces media deseos y aspiraciones. Tres ejemplos: “Quizá / su mismo cuerpo / era un vestido ajeno”; “era sólo una niña asustada. / Hasta esperaba un premio / por ser una niña buena”; “Juventud tan llena de futuro / no le permitió ser feliz.” Se trata sobre la vida de alguien que se mantiene en una periferia existencial que le fue impuesta. Un sitio que debe aprender a habitar, aun cuando constriña las posibilidades de movimiento. Por los títulos de cada poema, sabemos que el personaje poético del ciclo es un sujeto femenino: “Ella y el miedo”, “Ella y el sueño”, “Ella y el agua”.

Hay algunas marcas textuales que dan cuenta de los constreñimientos a los que se refieren los poemas. Los versos más cortos, de tres o cuatro sílabas, encierran acciones con las que Ella busca emanciparse, o bien, nombran elementos que mantienen la angustiante rigidez de una vida que no consigue una plena libertad.  Hay versos trisílabos y tetrasílabos como “Y no sabe”; “Ni ella misma”; “se atrevía”; “el tiempo”; “tan estrecha”; “castigado”; “no surgía”; “y se asusta”. De igual manera, un adjetivo que es constante ahonda en la alienación de Ella (lo enfatizo aquí en cursivas): “como vegetación extraña”; “era tan extraño su tiempo”; “en sus juegos extraños”; “resonancias extrañas”.

¿A qué se refiere esa extrañeza? ¿Define al entorno familiar que se siente ligeramente desajustado? ¿A la subjetividad disociada de quien no puede expresar, con todas sus palabras y contradicciones, vivencias y sentimientos que son formativos? Lo extraño define la perpetua irresolución que implica existir desde el margen. Ella quisiera apropiarse de su placer y festejar, pero surge un obstáculo. “¿Tiene derecho a vestirse de fiesta / en un mundo enlutado?” Por otro lado, cuando las condiciones para el placer están dadas, Ella, “vestida de baile / y adornada de rosas”, permanece inmóvil en el umbral “de esa fiesta / donde el miedo / la dejó para siempre detenida.”

El poemario Memorias y transfiguraciones no fue publicado sino hasta 2023 en Guatemala, y luego en 2024 por Antílope, dentro de su colección Alberca Vacía, enfocada en rescates literarios. Un pequeño prólogo titulado “Carta en varios tiempos a Alaíde Foppa” de Diana del Ángel da cuenta de los vaivenes que tuvo la escritura del poemario. A grandes rasgos, la historia de cómo fue descubierto el mecanuscrito de Memorias y transfiguraciones inicia cuando del Ángel, traductora y escritora, recibió en 2018 la comisión de escribir el prólogo para la reedición de Las palabras y el tiempo, también de Foppa, emprendida por la editorial Malpaís. Recabando fuentes que pudieran informar su texto crítico, del Ángel acudió a la Biblioteca Nacional de México para solicitar el préstamo de la primera edición del libro a prologar, además del poemario Aunque es de noche y Memorias y transfiguraciones. El último forma parte de la biblioteca personal del editor Antonio Castro Leal, albergada en el acervo de la Biblioteca Nacional.

Lo que fue entregado a del Ángel no fue la impresión definitiva del libro, sino un mecanuscrito que quizá Foppa le obsequió a Castro Leal. En sus páginas, todavía aparece el rastro de las correcciones de la poeta. Puntuación, tachaduras y ligeros cambios en la sintaxis se conservan sobre las hojas que, del Ángel sospecha, fueron encuadernadas por el mismo Castro Leal. El conocimiento del mecanuscrito la llevó a indagar, hacia el año 2023, en el Archivo Alaíde Foppa de Guatemala, donde del Ángel encontró dos cuadernos en los que iniciaban los primeros bosquejos de Memorias y transfiguraciones. Ahí, la investigadora encontró las primeras decisiones que Foppa tomó respecto a la organización del índice, así como poemas que inicialmente fueron incluidos y después desechados en lo que se concebiría como un proyecto más en forma. El ensamblaje de los cuadernos guatemaltecos llevó a del Ángel a concluir que en el país de origen de Foppa, Memorias y transfiguraciones se encontraba incompleto. Los poemas y los borradores de índices son muestra de una evidente dispersión. En un cotejo entre las hojas del archivo de la poeta y el mecanuscrito mexicano, el legajo que fue propiedad de Castro Leal se acerca más a lo que Foppa concibió como un libro.

De manera paralela al rastreo del poemario, del Ángel revisa la trayectoria poética y política de Foppa. Estuvo estrechamente involucrada en la guerrilla guatemalteca, razón por la cual fue desaparecida por las fuerzas armadas. De igual manera, fue activista del feminismo tanto en México como en Guatemala, y difundió su postura en revistas y programas radiofónicos. La importancia de Foppa es ineludible en los contextos de violencia que permanecieron después de la desaparición forzada de la poeta. Diana del Ángel consigna que, hasta la fecha, familiares buscan a sus seres queridos en fosas comunes, ante la inacción de las autoridades. Asimismo, el feminismo continúa siendo una lucha necesaria cuyo movimiento conserva la memoria de Foppa. El nombre de la poeta fue incluido en la Glorieta de las Mujeres que Luchan, intervención colectiva realizada en la avenida Reforma de la Ciudad de México.

La actividad política de Foppa puede ser una condición que estructura su archivo. El acervo de escritores comprometidos ―como el caso de José Revueltas― suele estar fragmentado entre diversas instituciones o, en el peor de los escenarios, perdido por las huidas hacia el exilio provocadas por la persecución política. El descubrimiento del mecanuscrito por parte de Diana del Ángel es un indicador de que no conocemos a cabalidad la obra de la poeta guatemalteca, así como las redes intelectuales con las que tuvo comunicación. Su desaparición física también ha permeado en el desvanecimiento de su producción literaria.

Si bien, el lirismo del prólogo que acompaña el volumen de Antílope ―una epístola con la que del Ángel interpela a la escritora― a veces complica el entendimiento de una investigación cuya ruta resultaría importante conocer ― ¿por qué Memorias y transfiguraciones fue publicado primero en Guatemala si el material estaba incompleto?; ¿podría haber más conexiones entre un libro que se estaba gestando entre el país de Foppa y México?―, el texto señala vías con las que se puede continuar la investigación sobre la obra de la poeta, así como en torno a su presencia intelectual. Que Memorias y transfiguraciones estuviera en la biblioteca personal de un editor como Antonio Castro Leal es un indicio de una escritora que tenía una cercanía estrecha con las figuras más fundamentales de la cultura mexicana, y una posible pauta para seguir rastreando su obra ―más poemas, correspondencia, borradores― en los archivos del circuito literario en el que transitó.

Por eso, es un acierto que en el diseño del tomo se hayan decidido conservar las correcciones de la autora sobre la página. Añadiduras y borraduras fueron integradas a la experiencia de lectura de un poemario; elemento que, de cierta forma, aumentan la comprensión respecto a Ella y a su incertidumbre existencial. Foppa se aventuró en lo que podríamos llamar “poesía social”, confeccionando versos que le cantaron a una “ansiosa criatura / a quien nada detiene” y que comienza a temer “el peso de un anillo” de compromiso. Así se lee su retrato de la feminidad en el poema “Mujer”, antologado en la colección Vindictas. Poetas Latinoamericanas (UNAM, 2020).  Incluso, Diana del Ángel apunta que Memorias y transfiguraciones se distancia levemente del estilo que la poeta había trabajado anteriormente. Pero ¿no acaso la ansiedad casi fenomenológica de sentirse ajeno al cuerpo propio es también la experiencia política de quienes piensan y escriben desde el margen? No siempre está del todo definida la ruta para la emancipación, y otras veces es necesario apropiarse del destino, aunque sea mediante estrategias que no son del todo triunfales. Pero, aun cuando Memorias y transfiguraciones describe la inmensa dificultad de hacerse de un Yo, el poemario no sucumbe al pesimismo. Nos dice la poeta que habrá un “misterioso brote / de invisible primavera”.

 

Christian Mendoza (1990). Doctorante en el programa de Literatura Hispánica del Colegio de México. Sus textos han aparecido en medios como la Revista de la Universidad de México, el suplemento Confabulario y la revista Nexos.

 

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Posted: January 7, 2025 at 10:22 pm

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