Poema en que la enunciante recibe peticiones...
Sara Uribe
Poema en que la enunciante recibe peticiones, vituperios y amonestaciones varias que decide ignorar olímpicamente
Me piden que corrija las pruebas de un libro que no va a publicarse. Que señale las erratas. Que aporte mis comentarios al diseño. Paso la madrugada leyendo galeras que bien podrían ser invisibles, contener lorem ipsum en lugar de las palabras que. El editor de la sucursal en Barcelona me escribe diciendo que no. Dice que no como quien arroja fruta podrida a la basura. No nos conocemos. Jamás he escuchado el timbre de su voz, pero en su correo me dice, enfáticamente, que no es viable compartir mi libro de manera gratuita en internet. Que está mal, muy mal, tan mal que por eso el libro no puede publicarse. Tan mal que debo ofrecer una disculpa pública al copyright. Tan mal que por eso en España está prohibido sacar fotocopias de los libros. Que iré a la cárcel. Que debería lamentarlo por el resto de mis días. Bueno, no. No dice eso. Exagero. Sólo me escribe un escueto mail en el que afirma que el libro no puede publicarse con una licencia Creative commons. Lo que yo sigo sin entender es por qué me piden que revise y comente la versión casi definitiva de un libro que no quieren que, sin su permiso, sin el permiso de la editorial, pueda reproducirse ni circular libremente ni descargarse ni. El editor de la sucursal en México suscribe las palabras de su abogado. Me dice que él creía que yo era otra clase de persona. Dice: una persona seria, una persona legal. Alguien que no propone disparates editoriales a diestra y siniestra. Pero yo, que ni seria ni legal, no les comprendo. No atisbo para qué formar un libro, mandar las pruebas, pedir correcciones. No concibo que un libro, que un régimen de distribución, tanto prurito. No discierno que sin su consentimiento no podamos. No acepto que me digan, que me exijan que sea seria y legal, cuando mejor debían decir
Me piden que firme un contrato donde acepto, no sólo cederles mi alma, sino el alma de la descendencia que no tendré. Me piden que lea, pero en verdad esperan que no lo haga, las cláusulas de un documento legal que a veces ruge, y otras tantas muerde, como el león que es. Leonino el contrato y leoninos los editores. Me piden/me aclaran, que no me exigen, que nadie me obliga, que soy libre, si quiero, de no firmarlo, pero que haga el favor de firmarlo de una puñetera vez, porque el tiempo es oro y el contrato leoncillo incipiente. Me piden que los nombre mis agentes, que les ceda mi agenda, mi agencia, mi. Sin especificar cuántos años durará, me solicitan amablemente rubrique al calce y en los lugares donde aparece mi nombre. No dejan de puntualizar que, si la empresa pudiese, por alguna razón ignorada, caer en manos de terceros, éstos, a quienes desconozco, quienes, hasta ahora hipotéticos, pero en algún momento reales, posiblemente muy reales, serían los poseedores de los derechos de mi obra para adaptaciones, para reimpresiones, para ofrecerla a terceros, para traducirla a otros idiomas, en suma: para hacer con ella lo que les dé su chingada y teórica, pero potencialmente tangible, gana. También me sugieren que no pregunte, que no indague, que no me queje. Me aseguran y me juran que los demás autores han firmado sin chistar. Porque no
me digan
que ustedes
no han firmado
sin leer
contratos así.
me piden les escriba textos sin recibir a cambio pago alguno me piden les permita darme un espacio para que mis escrituras sean leídas por otros ¿qué cómo que quiero un pago por eso? que casi casi yo debería pagarles por darme tan loable oportunidad me piden que conteste sus correos a deshoras que haga caso inmediato de sus comunicaciones que atienda sus llamadas que cuanto antes cumpla con mi deadline me abordan por correo por dm por inbox de Facebook o la mensajería de Instagram que ni siquiera sé cómo se llama por último consiguen mi WhatsApp y me mandan mensaje tras mensaje para apurarme presionarme invitarme requerirme sugerirme conminarme apercibirme insinuarme y cuestionarme que si ya que si por fin que si ahora sí voy a mandarles su texto porque ay cómo les urge pero yo que sé cómo hacer oídos sordos no me entero de verdad que no me entero de nada
Me piden que no sea hipócrita, que les diga que también hay textos, lecturas, charlas, dictámenes o conferencias por las que sí me pagan. Es cierto, no voy a mentirles. Sólo añadiré que para cobrar mis honorarios, mis empleadores me piden: la credencial para votar de mi recibo del agua, el comprobante de domicilio de mi curp, la constancia de situación fiscal de mi estado de cuenta bancario, el cv de mis facturas, la fe de bautismo de mi fe de bautismo. Me piden los documentos una y otra vez, y una y otra vez los entrego y los vuelven a perder. Me piden que vaya a firmar los contratos que ya les había firmado, que les escanee y reenvíe y refirme y recontrafirme. Me piden que espere unos días, unos meses, casi un año y luego me piden que les vuelva a enviar todo de nuevo para empezar el ciclo una vez más. Me piden que aguarde los pagos hasta que éstos se conviertan casi casi en la jubilación simbólica que no tendré. Me piden
que tenga paciencia
porque
el recurso
ya casi
deveritas
va
a
bajar
Iba a decir, a escribir, también, que me piden poemas inéditos, pero eso ya lo dijo y escribió, antes y mejor, alguien más.
*Este texto es un fragmento del poemario Un montón de escritura para nada publicado en Dharma Books.
Sara Uribe (1978, México). Es Maestra en Letras Modernas por la Universidad Iberoamericana. Sus libros de poesía más recientes son Un montón de escritura para nada (Dharma Books + Publishing, 2019), Antígona González (El Quinqué Cooperativa Editorial y Sur+, 2019) y Abroche su cinturón mientras esté sentado (Filodecaballos, 2017). . Su obra ha sido traducida al inglés, portugués, noruego, alemán y francés. Ha impartido los talleres Violencias, ética y cuerpo en las escrituras del presente, La experimentación poética contemporánea como apuesta desestabilizadora y Les reescribientes, entre otros. Ha sido becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y ha recibido el Premio Nacional de Poesía Tijuana y el Premio Nacional de Poesía Clemente López Trujillo. Actualmente estudia el Doctorado en Letras Modernas.
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Posted: May 17, 2022 at 6:24 am