Premiar a escritoras
Adriana Pacheco
Premiar a escritoras es reconocer su talento y su contribución a la literatura, no su género. Un paseo por los galardones del 2022
“Por el coraje y agudeza crítica para descubrir los extrañamientos y restricciones colectivas de la memoria personal” es la justificación que el comité del Premio Nobel de Literatura 2022 da para otorgar la presea a la escritora francesa Annie Ernaux. Su distinción no nos sorprende a muchos de sus lectores, sino por lo contrario, nos da una especie de alivio al saber que lo esperado ha sucedido y que se reconoce la obra de más de 5 décadas de una escritora que a partir de la memoria personal cuenta la historia de una clase obrera que muchos se esforzó a lo largo del proceso de modernización de su país para adaptarse y salir adelante.
El premio, como siempre sucede en estos casos, dio oportunidad a infinidad de editoriales en el mundo a quitar el polvo de sus libros que tenían guardados en una bodega o a sacar nuevas ediciones y mandarlos a las librerías. Muchos de ellos ocuparon las mesas de novedades para que lectores, que tal vez nunca habían escuchado su nombre, descubrieran su obra. Y es que eso es lo que también hacen los premios, nos ponen la mano en la cabeza como la maestra de escuela al alumno distraído para girarla y que veamos lo que está ahí, evidente, pero que ante un mundo literario tan estruendoso con sus 2.2 millones de libros publicados cada año, es difícil llegar. Son estas distinciones internacionales, nacionales, regionales y locales las que pueden abrir un nuevo camino a una escritora, a una traductora o a un lector, porque si lo vemos bien, todos salimos premiados: los que escriben y los posible nuevos lectores.
Y no es que la literatura se tenga que medir por un premio, porque las escritoras que se deben a su pasión en cuerpo y alma no escriben para ganarlos, porque sabemos bien que muchos que los merecen nunca los recibirán, porque resultan insuficientes para reconocer el talento de tantos escritores. Sin embargo, me parece que cerrar el 2022 con una reflexión sobre este importante eslabón del mundo del libro, me permite ser conmigo misma como la maestra de escuela y girar mi cabeza a recorrer un año que ha sido fructífero para la literatura de escritoras.
Todas ellas son galardonadas no por su género, no porque sean mujeres, no porque escriban “literatura femenina”, como muchos insisten en llamarla y como hace no mucho señaló un periódico, para etiquetarlas con un término que en su momento tuvo su fue utilizado en una cierta connotación y contexto, pensemos en Cixous, pero que hoy parece tener la intención de generalizar relacionando con la categoría sexo/género, para con ello acotarlas, exiliarlas, separarlas y aislarlas “sutilmente” de un mundo literario aún dominado por una visión y un sistema patriarcal hombres. Se reconocen por su talento, su universalidad, su gran potencial estético y temático, la manera en la que enriquecen al mundo y a nosotros los que nos acercamos a leerlas.
Y aunque hacer este recorrido deja, como siempre sucede, muchos nombres fuera, pretende invitar a la obra de estas escritoras, reconocer el trabajo de jurados y premios, y localiza lo mucho que queda por hacer, tras años de falta de oportunidades para las escritoras.
Empiezo con nuestro Premio Nobel del idioma español: el Premio Miguel de Cervantes. Fundado en 1976, el año pasado se otorga a la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi por sus más de 50 años de trayectoria. Con ella se aumenta a 6 el número de las escritoras que lo han recibido: María Zambrano, Dulce María Loynaz, Ana María Matute, Elena Poniatowska e Ida Vitale, todas ellas ejemplo de una obra abarcadora y que trasciende por su carácter universal.
En ese mismo país, el Premio Antonio Sancha de la Asociación de Editores de Madrid (AEM), nacido en 1997, es en su 26º. emisión para la escritora española Irene Vallejo por su libro El infinito en un junco. Vallejo se suma a las 5 escritoras que lo han recibido: Alicia Martín, Adela Cortina, Carmen Iglesias, Bárbara Probst Solomon, Nuria Espert. El reconocimiento a este fascinante volumen enciclopédico con más de 45 ediciones y 39 traducciones es un recordatorio de que la investigación puede ser materia para obras ensayísticas que sean del interés del lector en general, tanto por su contenido como por el manejo de una narrativa riquísima y elaborada.
Fundado en 1973, el premio Alfonso Reyes reconoce tanto la escritura como la investigación literaria. De los 44 premiados que ya tiene la presea, este año la poeta e investigadora Malva Flores se convierte de la 5a mujer que lo recibe. Con la claridad que la caracteriza, Malva dice en su discurso de aceptación que la “Gran literatura es aquella que construye una metáfora tan amplia que nos incluye a todos”, palabras que recojo pues reflejan parte del espíritu de su trabajo y del sentido mismo del oficio.
Este 2022 celebra el trabajo de tres grandes escritoras nacidas en México por su gran contribución a la literatura universal: Margo Glantz con el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español; Carmen Boullosa quien recibió el Premio Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco; y Angelina Muñiz-Huberman con el Doctorado Honoris Causa de la UNAM. Importante también es el ingreso a la Academia Norteamericana de la Lengua Española de dos poetas con una larga tradición: la poeta, traductora y editora mexicana Jeannette L. Clariond y la poeta e investigadora argentina Marta Ana Diz. Estos reconocimientos muestran, además, lo que ha dicho la traductora y escritora estadounidense D. P Snyder, su contemporaneidad y actualización para las nuevas generaciones.
La primera edición del Premio Planeta de Novela fue en 1953. Hoy, en 2022 es para la Luz Gabás quien lo recibe por su libro Lejos de Luisiana, ejemplo de la gran tradición de narrativa histórica entre los escritores españoles. Queda como finalista del mismo premio Cristina Campos con Historias de mujeres casadas. Gran emoción fue que todas las preseas Premio Las Librerías Recomiendan fueron para escritoras: Laura Fernández en categoría de Ficción con La señora Potter no es exactamente Santa Claus, Vivian Gornick en No Ficción con Cuentas pendientes, y Ángela Segovia en Poesía con Mi paese salvaje. Camille Jourdy gana el premio en Infantil y Mónica Rodríguez en Juvenil y Teresa Valero en Cómic. Igual fue para Clyo Mendoza quien recibe el Premio Javier Morote, otorgado a escritores jóvenes, por su novela Furia.
El premio literario a obras inéditas más antiguo de España es el Premio Nadal. Su primera edición en 1944 se otorga en enero de 1945 a una escritora Carmen Laforet por su libro Nada. Este año es para Inés Martín Rodrigo por la novela Las formas del querer. La historia de este premio a lo largo de 7 décadas es fascinante pues muestra la evolución del interés lector, el incremento de obras enviadas a concursos y la transformación del autor como una celebridad dentro de la mirada hispana de la literatura.
Editorial Planeta ha sido a lo largo del tiempo un gran promotor de premios literarios, el Premio Azorín de Novela es uno de ellos. Este año es para María Zaragoza Hidalgo con La biblioteca de fuego, un libro que dialoga de muchas maneras con El infinito en un junco de Irene Vallejo.
El Premio Sor Juana Inés de la Cruz, otorgado por la Feria del Libro de Guadalajara, se inaugura en 1993 con el libro Dulcinea Encantada de la escritora mexicana Angelina Muñiz-Huberman de quien, en una coedición Literal Publishing-Hablemos, escritoras, hemos publicado también este año la traducción de su libro Arrhythmias por D. P. Snyder. Esta presea que reconoce al trabajo literario de las mujeres en el mundo hispano, va en 2022 para la escritora mexicana Daniela Tarazona por su obra Isla Partida.
La FIL de Guadalajara —la feria más grande del mundo de la literatura en español— ha servido muchas veces para el lanzamiento de importantes iniciativas. En 2005 se anuncia ahí el primer premio Tusquets de Novela, instituido por la fundadora de la editorial Beatriz de Moura. Este año la premiada fue la escritora española Cristina Araújo Gámir por su libro Mira a esa chica.
De esta generación de magníficas escritoras jóvenes celebramos en Hablemos, escritoras a principios de este año el Premio de Cuento Ribera del Duero para Liliana Colanzi por su libro Ustedes brillan en lo oscuro. Otra escritora de la editorial Páginas de Espuma, Nuria Barrios, recibe el Premio Málaga de Ensayo por su libro La impostora.
Me emocionan dos premios que reconocen la diversidad lingüística con la premiación en 2022 del Premio Mesoamericano de Poesía 2021 a la escritora mexicana Nadia López García (Nadia Ñuu Savi como la conocemos) y el Premio Nacional de Narrativa a Marilar Aleixandre por su novela As malas mulleres, escrita en gallego. Otra presea que es interesante, por tratarse de un premio conjunto entre Argentina y Colombia, es el Primer Premio Internacional de Poesía Miguel Ángel Bustos que va para Ana Paula Martínez Garrigós por su libro Flor de cemento y que pronto le daremos la bienvenida como colaboradora en Hablemos, escritoras. Su libro aborda un tema que hay que explorar más que es la infertilidad forzada.
Quiero cerrar con un premio que nos da la esperanza de que el mercado de lectores anglohablantes reconozca y se acerquen más al gran talento de escritoras hispanoamericanas. Samanta Schweblin, sin lugar a duda, ha sido en los últimos años una de las plumas más importantes de nuestras letras no solo en español sino también en inglés, gracias a su talento y al excelente trabajo de traducción de Megan McDowell. El haber recibido ambas el National Book Award por el libro Seven Empty Houses es una distinción que no debe de pasarse por alto, tanto por el reconocimiento para ellas, para el trabajo de traducción y para las editoriales que las publican. Me conmovió que Samanta, con Megan a su lado, haya mencionado a Páginas de Espuma en su discurso de aceptación. Tampoco puede pasarse por alto que Mónica Ojeda y su traductora Sara Booker fueron finalistas del mismo premio con Jawbone.
Para los que trabajamos en la difusión de la literatura en los Estados Unidos, esto es muy valioso porque sabemos de los grandes retos que significa llegar al mercado, a la crítica, y a las revistas literarias en este país. Bravo por las editoriales como Penguin Random House, Charco Press, Coffee House Press entre otros que están promoviendo estas traducciones y a editoriales independientes como Literal Publishing y Katakana por sumarse a esos esfuerzos.
Les dejo una probada de los premios internacionales con ganadoras de nacionalidades no hispanas como el Premio Goncourt 2022 para Brigitte Giraud (Algeria, 1960); Premio Hans Christian Andersen a Marie-Aude Murail (Francia, 1954); Premio Man Booker International 2022 a Geetanjali Shree (India, 1957); Premio Georg Büchner 2022 a Emine Sevgi Özdamar (Alemania, 1946); y el Premio Hugo 2022 a Arkady Martine (Estados Unidos, 1985). Y los invito a que visiten el gran trabajo de Samantha Schnee en Words Without Borders para recoger las obras de esta increíble generación.
Creo que las escritoras con sus obras y su trabajo de gran excelencia universal son prueba suficiente para insistir en que se dejen ya atrás los paradigmas y prejuicios de insistir en la relación entre escritura y la categoría de sexo/género, mismos que reafirman un discurso hegemónico masculino y una exaltación de una noción de “lo femenino” que distorsiona la mirada y que las exilia en el imaginario de muchos. No nos distraigamos de lo importante: el gran calibre, diversidad y riqueza de su escritura.
Bravo por ellas y ya tenemos tarea para leer. Que disfruten.
Adriana Pacheco, PhD. es investigadora y es escritora. Fundadora del Proyecto Escritoras Mexicanas Contemporáneas y la fundadora y conductora de la página web y podcast Hablemos, Escritoras. Es autora de los libros Romper con la palabra, violencia y género en la obra de escritoras mexicanas contemporáneas y Rompiendo de otras maneras, cineastas, periodistas, dramaturgas y performes. Es miembro del International Board of Advisors en la Universidad de Texas, Austin. Su Twiter es @adrianaXIX_XXI
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Posted: December 15, 2022 at 12:27 am