#Covid19DíasDeGuardar
Usted está aquí

Usted está aquí

Daniela Tarazona

En el nuevo mundo no se permite la desorientación, parece imposible perderse. Si bien, los recorridos de nuestros cuerpos por el espacio podrían considerarse libres, lo cierto es que el camino se encuentra determinado por un orden superior. Ahora, a la par de los estragos de la pandemia, se han multiplicado nuevas señalizaciones que establecen cómo debe desplazarse cada persona por los espacios públicos que son privados. Los pasos se dan sobre flechas de colores en calcomanías especialísimas que han sido colocadas sobre el suelo de los comercios, de los bancos… La espera ocurre sobre puntos en el suelo en los que se especifica que cada uno debe pararse sobre ellos y establecer la distancia precisa ante el estornudo amenazante. Hay, más que nunca antes, indicaciones para caminar en direcciones específicas dentro de las farmacias, en donde los pasillos tienen sentidos definidos, no sea que vayamos a encontrarnos con alguien que tosa. El asunto es evitar que estemos frente a frente, es más segura la combinación de frente y espalda. Nos salvamos del peligro viéndonos las nucas a metro y medio de distancia.

Nuestra docilidad nos lleva a asumir que en cada inmersión a la tienda o el supermercado, aceptemos recibir un chisguete de gel antibacterial y una lucecita invisible sobre el brazo para que nos tomen la temperatura varias veces al día. La temperatura corporal es nuestro saludo y de ella depende que seamos bienvenidos en sociedad. Si nos atrevemos a comer algo en un restaurante, será preciso colocar la cámara del teléfono inteligente sobre un código para leer el menú porque los cartones que pasan de mano en mano son un cúmulo de suciedades.

Sin posibilidad de extravío, somos habitantes de un corral gigantesco. Aunque la verdad sea que nos encontramos perdidos en el espacio. Sin embargo, pensamos que si colocamos los dos pies sobre la señalización que nos indica en dónde detenernos, podremos escapar del nuevo mundo, un laberinto con indicaciones obligatorias del cual no podemos salir.

 

*Crédito de la imagen:  KB Mpofu / ILO

 

Daniela Tarazona es narradora y ensayista. Fue jefa de redacción del suplemento Hoja por hoja del periódico Reforma y ha sido colaboradora de las revistas LuvinaLetras LibresCrítica y Renacimiento (Sevilla, España) y de los suplementos Laberinto del periódico Milenio Diario y El Ángel de Reforma. Es autora de dos novelas: El animal sobre la piedra (Almadía, 2008) y El beso de la liebre (Alfaguara, 2013). Su Twitter es @dtarazonav

 

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Posted: August 9, 2020 at 5:08 pm

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