Essay
1979, el feminismo, Mónica Mayer, Gioconda Belli, y Julia Álvarez
COLUMN/COLUMNA

1979, el feminismo, Mónica Mayer, Gioconda Belli, y Julia Álvarez

Adriana Pacheco

La inauguración en 1979 de la pieza artística titulada “the Dinner Party” por Judy Chicago, marcó un hito en el movimiento del arte feminista. Esta mesa triangular con 39 elaborados platos de cerámica y el piso de azulejos llamado “The Heritage Floor” con 999 nombres, hacen honor a 1,038 mujeres que cambiaron la historia de la humanidad. En la ceremonia inaugural en el MoMA de San Francisco, la autora declaró que la pieza era un esfuerzo por devolverle el lugar a las mujeres en una historia.

En ese evento estuvo presente la artista mexicana Mónica Mayer (1954), con lo que se vuelve testigo y partícipe de uno de los momentos de cambio más determinantes en el movimiento feminista desde el arte. Ella misma, un año antes, marca la escena mexicana con la pieza “El Tendedero”, instalación que recoge las voces de mujeres en la vía pública de la Ciudad de México preguntándoles “¿Qué es lo que más te disgusta de la ciudad?”. Las respuestas recolectadas en pequeños papelitos de color rojo, más que hacer una denuncia, fueron en ese momento un medio para ayudar a muchas a identificar y dar un nombre a conductas que estaban totalmente normalizadas como el acoso callejero y la violencia urbana. La visión que ella tiene en ese momento de la situación que viven las mujeres la lleva a ser una de las fundadoras del “Movimiento nacional de la mujer”, el primer grupo feminista organizado en el país.

También en 1979 pero en Nicaragua, una joven escritora y activista, Gioconda Belli, celebra el triunfo de la Revolución Sandinista en contra de la dictadura de Anastasio Somoza. Después de años de lucha y de trabajo encubierto como espía y mensajera, Belli se convierte en parte de un grupo que logra restablecer el orden y traer un cambio a ese país. En esa misma década, ella misma pero como escritora inicia una trayectoria que la llevará a ganar el Premio Casa de las Américas en 1978 por su libro Línea de fuego (Casa de las Américas, 1978) y antes de ello, en 1972, con Sobre la grama, el Premio Mariano Fiallos Gil de Poesía de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua. Belli marca en los 1970s el destino del discurso feminista en su país y en Latino América hablando del cuerpo y el deseo femenino y dándoles su justo lugar en la vida cultural y en la historia. El activismo que llevó a Belli a ser miembro de la guerrilla nicaragüense en el grupo Sendero Luminoso, y su tenacidad como escritora, moldeó la vida de una mujer que se describe a sí misma como el producto de dos elementos vitales: su país y su sexo.

Es también en 1979 —un año pivotal para el movimiento hispano en los Estados Unidos con el surgimiento de lo que se ha llamado “the Decade of the Hispanic” bajo la administración del Presidente Jimmy Carter y la creación de the Office of Hispanic Affairs— que una poeta e investigadora de origen dominicano, Julia Álvarez, se suma a la lucha por darle un lugar en ese país a quienes siendo hijos de migrantes quieren escribir y ser publicados. El lanzamiento en ese mismo año de la antología que ella dirige, Old Age Ain’t for Sissies, una compilación de poesía y fotografía que se enfoca en su experiencia con African-Americans y el Premio Lamont Prize de la Academy of American Poets que gana en 1974, anuncian ya el camino para llegar a su gran libro How the Garcia Girls Lost Their Accents (A Plume Book, 1991). Este volumen es la primera obra que aparece sobre la experiencia de las mujeres dominicanas como migrantes. Álvarez es un parteaguas en la escena literaria de autores de origen hispano pero que han perdido su idioma y deciden escribir en inglés y que forman parte del canon de la literatura chicana, latina e hispana, junto con escritoras como Gloria Anzaldúa autora de This Bridge Called My Back (1981) y Sandra Cisneros con The house on Mango Street (1984).

Las tres, Mayer, Belli y Álvarez están habitando y sobreviviendo la turbulenta década de los 1970, la misma que describe tan ampliamente Rosa Beltrán en su libro Radicales Libres, Free Radicals en su traducción al inglés por Robin Myers. Son los tiempos de la revolución feminista a nivel continental, de las luchas sociales en contra de las dictaduras, del derecho a la inclusión. Ellas misma están, como jóvenes de su época —Mayer nace en 1954, Belli en 1948 y Álvarez en 1950— en una lucha por encontrar su lugar en el mundo. Están, tal vez sin ellas saberlo, convirtiéndose en pioneras de los cambios que estamos viviendo hoy, pues las tres a pesar de sus diferencias geográficas y culturales, coinciden en un mismo objetivo: alcanzar un espacio en donde su voz traduzca al mundo que viven y que esta sea escuchada.

Hoy, Mónica Mayer es una de las artistas feministas más reconocidas y enseñadas en las aulas de México y en 2021 recibe la Medalla Bellas Artes por el Instituto Nacional de Bellas Artes y literatura y su “Tendedero” ha sido tomado por muchas otras artistas como un medio de denuncia —como en el caso de Ropa Sucia por Maricela Guerrero, Paula Abramo y Xóchitl Rodríguez— y se usa hasta el día de hoy, ahora incluso en formato digital por grupos de mujeres. Gioconda Belli recibe en 2023 el máximo reconocimiento que una poeta puede recibir, el Premio Reina Sofia de Poesía Iberoamericana y en marzo de 2024, la biblioteca y archivo Nettie Lee Benson de la Universidad de Texas —la más grande del mundo en documentos latinoamericanos— recibe su archivo y documentos que llegan casi como sobrevivientes escapando ellos mismos de la censura y la persecución. Julia Álvarez recibe en 2014 la Medalla Nacional de las Artes por el presidente Barack Obama y un año antes, en 2013, sus documentos y cartas llegan a uno de los archivos más prestigiados del mundo el Harry Ransom Center en donde estarán al lado de los de otros escritores como Gabriel García Márquez.

Hoy, que tanto se ha cuestionado la relevancia y actualidad de ese movimiento feminista que surge en los 1960s y los 1970s, que mucho se han obviado esos esfuerzos que cimentaron el camino para cambiar estructuras sociales, familiares, culturales y laborales que hoy han permitido a las mujeres ganar un terreno que se les había negado tradicionalmente, hoy que discursos conservadores señalan y apuntan con un dedo el movimiento feminista o a aquellos que ven la urgencia de seguir trabajando por los derechos de las mujeres, es vital regresar a voces como las de Mayer, Belli y Álvarez, y escuchar de viva voz sus historias para recordar lo que ha sido este largo camino.

Hace unos días, yo tuve la oportunidad de viajar a esos tres momentos y lugares de la historia y conversar con Mónica Mayer y Gioconda Belli, Liliana Valenzuela con Julia Álvarez y dar fe de su gran talento pero especialmente de su gran generosidad y sencillez. Escuché como ellas mismas dieron tributo a voces que las inspiraron, como el caso de Gabriela Mistral a Julia Álvarez o de Suzanne Lacy a Mónica Álvarez, reconociendo esa genealogía que no puede ser ignorada. Fue como estar en la inauguración de una Dinner Party pero de origen hispano, y constatar que mucho se ha hecho, pero que falta tanto por hacer.

Adriana Pacheco, PhD. es investigadora y es escritora. Fundadora del Proyecto Escritoras Mexicanas Contemporáneas y la fundadora y conductora de la página web y podcast Hablemos, Escritoras. Es coordinadora de los libros Romper con la palabra, violencia y género en la obra de escritoras mexicanas contemporáneas y Rompiendo de otras maneras, cineastas, periodistas, dramaturgas y performers. Es investigadora afiliada de LLILAS, University of Texas, Austin, miembro de Advisory Board del Texas Book Festival y fue miembro y chair del International Board of Advisors en la Universidad de Texas, Austin. Su Twiter es @adrianaXIX_XXI

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Posted: April 14, 2024 at 9:13 pm

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