Essay
La importancia de ser Claudia Piñeiro
COLUMN/COLUMNA

La importancia de ser Claudia Piñeiro

Adriana Pacheco

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En 1895 se exhibe por primera vez la obra de teatro de Oscar Wilde, “La importancia de ser Earnest”. La historia cautivó a la audiencia porque presentaba las muchas caras y las intrigas de una sociedad trivial, burguesa y romántica. Para Wilde la comedia fue un medio para hablar de la moral burguesa a la que siempre observó desde esa orilla del que está dentro y al margen a la vez; la mirada de aquel al que no se le puede engañar con apariencias y poses y que buscó revelar cosas que estaban ocultas.

Así sucede con Claudia Piñeiro, escritora que, desde el suspenso, la intriga y el género policiaco nos pone frente al mundo a través de los personajes de sus novelas y sus cuentos. Considerada la escritora argentina más traducida y leída en más idiomas, sus libros nos llevan a historias de hijos cuyas vidas quedan marcadas por las decisiones de sus padres, mujeres que asesinan por celos o que escapan y desaparecen, jovencitas que mueren por abortos clandestinos, jóvenes que son víctimas de la corrupción y la política, divorcios y mujeres que tienen ganas de matar a alguien, así como secretos familiares ferozmente guardados o las muchas máscaras de una sociedad que pretende ser quién no es. Leerla es enfrentarse a una narrativa que seduce con verdaderas filigranas de descripciones del ambiente, de las acciones y sensaciones que viven sus personajes, de lugares construidos cuadro por cuadro, como si se tratara de un guion de cine o de televisión. No en vano viene ella misma de la dramaturgia y el guionismo.

Leer un libro de Piñeiro es aceptar que nuestra visión de la vida cambiará para quedar en un lugar de cuestionamiento y de incomodidad. Pues ¿cómo poder volver a pensar en el Parkinson después de que se ha leído su enorme Elena sabe (Alfaguara, 2019)? ¿Después de haber caminado, paso a paso, junto a la mujer encorvada que sólo puede mirar el suelo y los tobillos de las personas de su alrededor, que tiene un cuerpo que no la obedece ni en el más mínimo movimiento?

“Se trata de levantar el pie derecho, apenas unos centímetros del suelo, moverlo en el aire hacia adelante, tanto como para que sobrepase al pie izquierdo, y a esa distancia, la que sea, mucho o poca, hacerlo bajar” (Elena sabe)

Esa dimensión tan de los sentidos, tan de los ritmos y los tiempos que gobiernan la vida de Elena son los que nos dejan a nosotros sus lectores con esa ansiedad que tanto caracteriza la obra de Piñeiro. Y es que a largo de sus libros, uno va descubriendo las muchas maneras en que los cuerpos de las mujeres son usados, como en esta misma novela donde a Isabel no se le permite interrumpir un embarazo que le ha sido forzado y el que nunca ha deseado. Es Rita, una mujer que nunca tuvo un hijo, la que la obliga a la maternidad, adueñándose de su vida, de su cuerpo y de su voluntad.

—“Como su hija, que ni me conocía, su hija que no se atrevió a ser madre, pero dispuso de mi cuerpo como si fuera de ella, así como hoy usted, que no vino a saldar una deuda sino a cometer el mismo delito, veinte años después. La mira y repite, usted vino a usar mi cuerpo” (Elena sabe)

Y es que es claro que Piñeiro escribe de cuerpos, algunos enfermos, otros víctimas de abuso, otros más de la muerte. Son cuerpos de mujeres que nos muestran lo difícil que es sobrevivir en una sociedad llena de prejuicio, de negligencia y de enfermedad. Es el cuerpo de una joven que muere por un aborto clandestino, para después impunemente ser mutilada como Ana en Catedrales (Alfaguara, 2021). O es el de una mujer que se transforma para volverse otra, para desaparecer y escapar de un error funesto y mortal, como Mary Lojan en Una suerte pequeña (Alfaguara, 2015) y al que, una marca en el cuerpo —un lunar— la delata frente al hijo abandonado, como la herida de Ulises que Euriclea, la anciana ama de llaves, reconoce.

Muchas veces lo que hacen sus historias es ponernos frente a preguntas, como si los celos son razón suficiente para matar a un marido infiel, o lo es el abandono continuo, el gaslighting, la indiferencia y la soledad, como en Tuya (Colihue, 2005) o el asesinato es realmente por otras razones escondidas como en El tiempo de las moscas (Alfaguara, 2022).

—“Porque en definitiva, y por más que a una mujer le pese, a toda mujer en algún momento, le meten los cuernos.” (Tuya)

Piñeiro se sirve de esas complejidades para hablarnos de amigos unidos por las apariencias y las máscaras, como la familia Scaglia y la sociedad de Los Altos de las Cascadas en Las viudas de los jueves (Alfaguara, 2005), donde todos pretenden ser alguien más y tener la vida que no pueden tener.

Poderosos cuadros son sus historias de familia, de madres e hijas que se aman en las palabras hirientes y mordaces, en una convivencia diaria combativa, pero que a la vez luchan por protegerse de un mundo hostil, como Elena y Rita de Elena sabe. O como la historia de Inés y Laura en Tuya, donde la madre es tan distante de su hija, que ni siquiera se da cuenta de que está embarazada. Pero también están las madres que aman, que apoyan a los hijos a toda costa, que creen que pueden ir contra todo un sistema para que ellos tengan una vida mejor, como en Las maldiciones (Alfaguara, 2017). Muchas son las madres que aparecen en su libro de cuentos Quién no (Alfaguara, 2018) que nos reta desde el título mismo, quien ha sufrido un divorcio, ha querido matar a alguien, de querer evitar la intimidad.

Piñeiro misma ha confesado su fascinación por escribir de las madres que se equivocan, de las que no son perfectas y con ello se suma a una larga conversación que hay en la literatura contemporánea por escritoras de países hispanohablantes, la de cuestionar las maternidades y presentarlas libres de todo romanticismo y estigma. Dice ella en Escribir un silencio (Alfaguara, 2023).

—“Me interesan más las madres que se equivocan que las que aciertan. Las que dudan. Las que se enojan con la maternidad. Las que se cansan. Incluso las que se hartan. Las que se atreven a decirlo”

Y es el título de este último libro, el que nos lleva a la importancia que el silencio tiene en su obra. Ella dice escribir desde él, pero es también el que define a muchos de sus personajes que callan y ocultan mostrando el gran peso que llevan sobre sí.

—“Sospecho que lo que escribo nace del silencio. Porque así fue desde mi niñez, del silencio a la escritura. De la resistencia a hablar, al placer de construir un texto”.

La gran honestidad de Piñeiro nos conmueve en la confesión de decir que les tiene miedo a sus propias palabras, por lo que el silencio es la cura para no hablar, sino para escribir. Su silencio transformado en texto es el que nos lleva a sus largos párrafos, sin puntos y aparte, que no nos dan ni un respiro y que a veces me hace pensar en ese ritmo acelerado cuando hay tanto que decir, como lo hacen Joan Didion o Annie Ernaux.

Y en todo esto ella siempre nos salva como lectores. Nos ahorra la mirada moralizadora, la lección a aprender. Sino que hace algo todavía más contundente, nos deja perplejos frente al texto, frente al enorme poder de sus palabras, que no nos dan ni una sola pista para dilucidar qué es lo que va a pasar.

Piñeiro es así, importante, imprescindible, no solo en la literatura sino también en el activismo, en la lucha por los derechos de las mujeres, de los periodistas, de su gente y de su país. Su importancia radica en su gran talento como escritora y también en que es la voz incómoda que necesitamos y que agradecemos y a la que le debemos tanto. Ella es quien, como Oscar Wilde lo hace en “La importancia de ser Earnest”, la mirada dentro y afuera, la crítica inaplazable, a la vez que generosa, honesta y profunda que nos inspira y nos invita a leerla más y más. Es ahí donde está la importancia de ser Claudia Piñeiro.

 

Adriana Pacheco, PhD. es investigadora y es escritora. Fundadora del Proyecto Escritoras Mexicanas Contemporáneas y la fundadora y conductora de la página web y podcast Hablemos, Escritoras. Es coordinadora de los libros Romper con la palabra, violencia y género en la obra de escritoras mexicanas contemporáneas y Rompiendo de otras maneras, cineastas, periodistas, dramaturgas y performers. Es investigadora afiliada de LLILAS, University of Texas, Austin, miembro de Advisory Board del Texas Book Festival y fue miembro y chair del International Board of Advisors en la Universidad de Texas, Austin. Su Twiter es @adrianaXIX_XXI

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Posted: March 6, 2024 at 7:44 pm

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