La invención de Andalucía
Jeannette L. Clariond
Autor: Nathalie Handal
Título: Poeta en Andalucía
Editorial: Visor, Madrid
Año: 2013
Conforme crecemos en interioridad nos percatamos de que nuestro único principio puro es, o debería ser, la unidad. Unidad es hallar la casa, inventarla desde la imaginación, crearla para que en ella habite el lenguaje. Unidad es hacer alma, fundar mundos posibles –no mejores–, sólo posibles, en tanto caminos que ayudan a recuperar o reparar la memoria, tal como la entiende Seamus Heaney: “To re-dress”: revestir, dirigir, reparar. Todo poeta tiene tal responsabilidad. Bajo esa mirada nos acercamos al poemario de Nathalie Handal Poeta en Andalucía, donde la autora se vale de esta posibilidad para repararse: imagina el viaje, lo reviste y, al hacerlo, dirige su memoria hacia el origen que sólo ella puede re-imaginar desde su falta; va hacia su interior guiada por otra voz: Lorca.
Nuestra tradición literaria –bañada en exuberantes mitos y leyendas– nace con la idea del viaje (Homero). Ulises se desplaza del sitio en donde está porque tiene que hacerlo. Deja su casa pues reconoce que sólo a través del viaje logrará su fin: volver a casa, después de haber reconocido su identidad. La narración es la metáfora (física) del desplazamiento del cuerpo: abandona el espacio que ocupa para salir en busca de ese otro espacio que sólo él puede hallar (inventar). Odiseo (Ulises) parece ser la razón de ser de Homero, en él está la duda, el deseo de regresar, y el no permitir que nadie usurpe su sitio. Él abandona un espacio que Penélope tendrá la tentación de llenar. Pero la metáfora es también temporal debido a que Homero no se preocupa por hablarnos sobre la duración, sí, en cambio, sobre la forma en que Penélope vive la ausencia: teje y desteje la trama, sabe que Ulises debe volver pero no tiene la certeza. Pero, a pesar de que ella tenga la duda, hay en su interior un movimiento del alma.
La metáfora espacial de Ulises es actual porque muestra que nadie encuentra lo que desea si no sale fuera de sí. Igual sucede con Penélope. Ella sabe que puede llenar su vacío pero no puede llenar el espacio ocupado anteriormente por su amado. De no ser así, la temporalidad en el mito no se hubiese prolongado. Ulises no puede regresar antes puesto que ignora lo que busca. El viaje cumple su cometido al tomar conciencia del sitio a dónde ha de llegar. Y es que la atemporalidad es el sustento del mito, la misma que ciñe la historia personal, la que impele a todos los humanos a ir en busca de, a revestir y a reparar la casa.
Nathalie Handal va en busca de su origen a las tierras de España, esas donde habitaron quienes conforman su origen. Recorre Andalucía recuperando voces, paisajes, espejos. De Ibn Zaydun cita:
Todo suscita la memoria
de mi pasión por ti
aún intacta en mi pecho
aunque mi pecho podría parecer
demasiado estrecho para contenerla.
Y así atraviesa Málaga, acompañada de otras voces que, como Darío, han cantado a este lugar, buscando, buscándose, aún sin hallarse: “No pertenezco a ningún sito en este instante”, mostrando que se trata de una iniciación, un rito de desplazamiento en donde ella dice, como Ulises a Polifemo: “Yo soy nadie”. Pero insiste en buscar eso que la convierte en algo porque “el amor conmueve el pasado”. Así la poeta va nutriéndose de los poetas que busca evocar en Murcia, Córdoba, Oviedo, Granada, sus árboles y patios. Allí Natalie de nuevo se repite: “Sé que los árboles que me circundan / pueden responder lo que los hombre no / algo cercano al amor nos desdibuja.”
Y recobrando a Lope, ella nos advierte: “…quién declara su amor a quién / cuando las palabras cubren las cercas rotas.” En ese desdibujarse la autora se de-crea, de forma mística, de forma espiritual y cristalina como espejos que encuentra en esas fuentes. Uno de los poemas que más me alumbra de su poemario es “10 Qit’as”, en uno de sus fragmentos que ella titula “Alfanje”. La poeta dice: “La historia no es más / que el olor a rocío en nuestros huesos”. La puedo ver andando entre las piedras, los patios, las columnas, la caligrafía que rescata de los sufís para rehacer su sino. No cabe duda de que las almas de las mujeres son órficas.
No dejes tu corazón en paz, le digo yo a Nathalie Handal, recuerda lo que hizo Gilgamesh, recuerda lo que le es dicho: “Dejad que un atormentado corazón contienda contra otro atormentado corazón.” Los descensos son caídas propiciando el sacrificio, y sin duda son también ascensos, elevaciones, nácares en llaves, cartas, fotos. Esa es la materia de tu deseo, ese, el testamento que hoy dejas para quienes leemos este sentimiento hecho de puertas, mar, vides y caligrafías.
Más que la Belleza lo que propicia esta escritura es acercarnos a lo sagrado, a los dioses para que nos den la respuesta sobre nuestro origen. Poeta en Andalucía, de Nathalie Handal tiene este propósito: ella viaja a Andalucía 80 años después de que Federico García Lorca publicara Poeta en Nueva York, que a pesar de haber sido escrito entre 1929 y 1930 no se publicará hasta 1940, luego de la muerte del poeta. ¿Por qué Lorca marcó y sigue marcando a tantas generaciones sin importar credos, raíces, costumbres? Lorca vio con ojos de poeta, no con ojos de un poeta español, lo que sucedía en Brooklyn, Harlem, Manhattan… él vio. Se asombró como Crane ante el Puente de Brooklyn, pero igualmente se condolió al ver la miseria, lo inhumano, la diversidad de trato en los negros que le hacían recordar la gitanidad. Lo mismo hace nuestra autora en este libro, en donde ella misma nos da su respuesta:
Se trata de una reflexión sobre lo que ha cambiado y sobre lo que insiste en permanecer inalterable, sobre los misterios que nos afligen e intrigan, y sobre un poeta (Lorca) que sigue instándonos a cuestionar todo lo que nos hace humanos:
Una boca se mueve
sobre una página de alas,
sobre una elegía
inclinándose,
una cerilla sin encender
y una dirección
que nadie se molestó en recordar.
¿No será acaso que Nathalie, luego de este viaje espiritual, ha dejado de ser nadie, para ofrecernos el fruto de su reino?
Posted: November 3, 2013 at 10:53 am