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La última puntada del régimen: anular la Suprema Corte

La última puntada del régimen: anular la Suprema Corte

Óscar Constantino Gutiérrez

La invalidación del “Plan B” es la antesala de la guerra mediática que el Ejecutivo emprenderá contra la Corte Suprema. Ningún modelo populista sobrevive sin enemigos y la eventual invalidación de las 20 reformas aprobadas al vapor en el Senado es el casus belli, el motivo de la guerra que el presidente emprenderá contra el Máximo Tribunal del país.

La consejería jurídica de la presidencia soltó un comunicado en el que dijo que, de invalidarse el proceso legislativo del “Plan B”, la Suprema Corte de Justicia de la Nación estaría sustituyendo al Congreso de la Unión.

Entre el conjunto de disparates posibles, la abogada del presidente López Obrador escogió uno de los peores. El documento es una oda a la ignorancia jurídica, uno que haría ruborizar al mismo Pedro Castillo en Perú; recuerda los recursos malhechos que presentan los representantes legales del gobierno en los juicios de baja cuantía y, después de externar inexactitudes jurídicas, rollos ideológicos y tonterías sin fin, remata con un insulto al Tribunal Supremo mexicano: es un poder sin legitimación popular.

De acuerdo con quien redactó tal pronunciamiento, al tratarse de un “poder sin legitimación popular” (no electo), la Suprema Corte de Justicia de la Nación no debe restringir las atribuciones de los poderes que sí fueron electos. Sin embargo, lo cierto es que no hay país democrático con un Estado de Derecho en funciones donde los tribunales no anulen los actos de las legislaturas o del Ejecutivo. Nadie se imagina al presidente Biden o al canciller alemán Olaf Scholz negando las facultades de sus jueces para invalidar actos legislativos o administrativos que vulneren la Constitución o los derechos fundamentales.

El oficialismo sabe que miente al atacar a la Corte con esas afirmaciones. La deshonestidad intelectual del régimen solo se compara con su afán de difundir propaganda: saben que mienten, pero el destinatario de sus falacias es un sector de la ciudadanía que no entiende estos temas y que tiene una fe ciega en el obradorato. Su target es la feligresía, personas que creerán en cualquier cosa que venga avalada por López Obrador.

La invalidación del “Plan B” es la antesala de la guerra mediática que el Ejecutivo emprenderá contra la Corte Suprema. Ningún modelo populista sobrevive sin enemigos y la eventual invalidación de las 20 reformas aprobadas al vapor en el Senado es el casus belli, el motivo de la guerra que el presidente emprenderá contra el Máximo Tribunal del país: la última puntada de López Obrador, aventurero de la demagogia.

Los ministros solo tienen una opción pertinente: declarar la inconstitucionalidad de las reformas y aguantar el golpe. Cualquier conciliación o tibieza no solo sería errónea jurídicamente, tiraría por la borda la legitimidad del Poder Judicial de la Federación, conquistada desde que Norma Piña preside la Alta Corte. Sin embargo, el plantón que el régimen mantiene afuera de la sede del Tribunal Supremo marca el tipo de agresiones por venir. A los ciudadanos nos toca respaldar a la Corte, no con likes y tuits sino con acciones concretas en el mundo real. Desde vocalizar el descontento en cada oficina de gobierno, hasta la resistencia civil, pasando por las manifestaciones masivas.

Si consideramos que el INE es fundamental para la democracia y marchamos para que no se le tocara, la Corte Suprema es mucho más importante: sin ella, López Obrador habrá destruido la división de poderes y con ella cualquier probabilidad de defendernos de sus abusos. No hay manera de exagerar la necesidad de proteger a la Corte de los ataques del Ejecutivo y su partido. En la defensa del Tribunal Supremo se juega una de las batallas decisivas por la supervivencia de la democracia en el país. Es hora de que todos propongamos medidas y actuemos: sin la Corte, no hay mañana para México.

 

ImagenÓscar Constantino Gutiérrez. Doctor en Derecho por la Universidad San Pablo CEU (Madrid). Se especializa en Derecho constitucional, Derecho administrativo, Derechos humanos y Políticas públicas. Liberal, minarquista y objetivista. Colabora en Letras Libres y Revista Etcétera. Hace sentencias. Twitter: @TheOCGlobal

 

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Posted: May 8, 2023 at 10:29 am

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