Shakespeare puro
Jaime Perales Contreras
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En el mundo de los muertos el autor no puede intervenir.
Fernando Benítez, Conversaciones con Juan Rulfo
Todos los mexicanos en el mundo ciertamente estarán de acuerdo que no hay personaje literario más trágico que Pedro Páramo. Escrito por Juan Rulfo, esta novela es puro Shakespeare. Probablemente éste había sido el primero de muchos impedimentos para realizar una adaptación fílmica que le hiciera justicia a la obra maestra de Rulfo.
Pedro Páramo, desde su publicación en 1955, ha vendido más de dos millones de ejemplares y nunca ha estado fuera de impresión. Por casi setenta años, este viaje de un hijo en busca de su padre—una versión moderna de Telémaco y Ulises—atrae todavía a miles de lectores de diferentes edades y nacionalidades de todo el mundo.
La nueva película de Pedro Páramo, dirigida por Rodrigo Prieto y producida por Netflix, llega a tiempo para celebrar las siete décadas de su publicación en el 2025. La película de Prieto no había sido la primera versión. De esta novela, se han realizado tres adaptaciones cinematográficas anteriores. El director Carlos Velo realizó la primera en 1967, con un guion adaptado ni más ni menos que por Carlos Fuentes y Miguel Barbachano Ponce. La segunda se realizó en 1976 y tuvo como director a José Bolaños . En ella colaboró como guionista al mismo Juan Rulfo con Bolaños.—Además de estas dos, existe una tercera versión poco conocida de Pedro Páramo (1981), dirigida por el actor Salvador Sánchez—.
Años después, Gael García Bernal y Diego Luna, anunciaron en el 2010, que tenían como idea filmar una nueva adaptación de la novela, y que la película sería dirigida por el cineasta español Mateo Gil, el proyecto sería coproducido con el apoyo de México, España y Portugal con un presupuesto de ocho millones de dólares. Sin embargo, el tema se fue desvaneciendo lentamente como los tímidos murmullos que circulan alrededor de la novela de Rulfo; aunque el guion escrito por Mateo Gil se conservó con ciertas modificaciones en la nueva versión cinematográfica de Pedro Páramo de Rodrigo Prieto.
La película de Rodrigo Prieto trata sobre la búsqueda de Juan Preciado de su padre Pedro Páramo en un lugar llamado Comala. En el filme, Juan Preciado se cruza con un desconocido quien le confiesa que son hermanos y que toda la gente de Comala se llama Páramo. En ese momento, la película nos transmuta de un ambiente real a un plano fantasmal e imaginario.
El resultado de la versión de Prieto nos da una proyección bastante cercana a la novela: la interpolación de tiempos que aparece en la obra de Rulfo se encuentra en el filme sin confundir al auditorio. Igualmente, los papeles de Juan Preciado, de Pedro Páramo y Susana San Juan, Tenoch Huerta, Manuel García Rulfo e Ilse Salas, nos da una buena cristalización de personajes literarios en la pantalla. Los diálogos tan bellos que aparecen en la novela,– que, por cierto, entusiasmaron y engañaron a muchos antropólogos de otros países a visitar Comala para averiguar si sus habitantes hablaban de la manera de cómo aparecen en Pedro Páramo–, no sólo se respetan, sino que éstos se robustecen a través del uso de subtítulos que fueron proyectados en la función de la Cineteca Nacional a la que asistí, a pesar de que la película es hablada en español.
Hubo muchas críticas a las versiones anteriores a la de Rodrigo Prieto, sobre todo la primera, en que se intentó darle una estructura lineal a la historia, la cual, como se sabe, uno de los grandes méritos de la novela de Rulfo es la interpolación de tiempos. Además, el papel principal lo tuvo el actor norteamericano John Gavin, el cual fue escogido para supuestamente darle una proyección internacional a la película.– La actuación de Gavin fue mala y curiosamente, años después, este Pedro Páramo de filiación extranjera casi como un acto de venganza se convertiría en el Embajador de Estados Unidos en México durante la administración de Ronald Reagan–. La segunda versión corrió con más suerte, el papel lo tuvo el primer actor Manuel Ojeda, y ganó tres premios Ariel de mejor fotografía, mejor escenografía y mejor ambientación.
Es verdad, siempre han habido eternas discusiones sobre esta relación tensa y simbiótica entre el cine y la literatura. Orson Welles tenía la idea que el cine y la literatura son animales distintos y que se puede hacer una interpretación diferente de una gran obra literaria, como fue la versión de Welles de El proceso de Franz Kafka, o el caso de Francis Ford Coppola quien afirma que sin la novela no existiría el cine, al comentar sobre su filme El padrino basado en el libro de Mario Puzo. El propio Gabriel García Márquez con respecto a la adaptación cinematográfica de su obra era categórico en el que afirmaba cierta supremacía de la literatura sobre el cine, al decir que toda buena novela es una mala película, y toda buena película es una mala novela.
También, la relación de la obra de Rulfo con el cine es importante, aunque no todas las adaptaciones han sido necesariamente de calidad. Además de las cuatro versiones de Pedro Páramo, se han realizado varios intentos basados en los relatos de Juan Rulfo, entre los que se pueden mencionar: Talpa (1955) de Alfredo B. Crevenna, El despojo (1960) de Antonio Reynoso, Paloma Herida (1962) de Emilio Fernández, El gallo de oro (1964) de Roberto Gavaldón, La fórmula secreta (1964) de Rubén Gámez, El Rincón de las vírgenes (1972) de Alberto Issac, El hombre(1978) de José Luis Serrato y la serie El gallo de oro (2023) que tiene como protagónico a La novia de América, Lucero. De este grupo los mediometrajes El despojo y La Fórmula secreta han sido considerados dignos herederos de su obra.
Pedro Páramo es una obra con una obsesión clara por la muerte en donde los muertos dialogan con los muertos. En una conversación con Fernando Benítez le preguntó la razón de ello. Rulfo respondió:
Tal vez fue cosa de la infancia. Mi abuelo murió cuando yo tenía cuatro años; tenía seis años cuando asesinaron a mi padre porque tú sabes, después de la revolución quedaron muchas gavillas. Mi padre tenía autorización para confirmar del obispo de Papantla, pues en tierras agitadas podían delegar ese sacramento en los seglares. Recaudaba el dinero de las confirmaciones y lo daba a los curas. Regresaba de una gira cuando fue asaltado y muerto por los gavilleros. Tenía treinta y tres años. Mi madre murió cuatro años después. Entretanto mataron a dos hermanos de mi padre. Luego, casi enseguida murió mi abuelo paterno. Murió de tristeza porque al que más quería era a mi padre, su hijo mayor. Otro tío mío murió ahogado en un naufragio, y así, de 1922 a 1930 sólo conocí la muerte.
El aclamado novelista Juan Rulfo murió de cáncer de pulmón en 1986. Como legado literario, Rulfo publicó tres volúmenes de ficción: El llano en llamas (1953), Pedro Páramo (1955) y El gallo de oro y otros textos para cine(1980). Sus ficciones fueron aparentemente escritas en un lenguaje coloquial y sencillo, pero su estilo es siempre elegante, cuidado y asombrosamente poético.
Rulfo también fue un fotógrafo experimentado. Dejó aproximadamente 6,000 negativos en su fundación. Este no muy conocido talento se reveló en una muestra retrospectiva organizada en la Ciudad de México, en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en 1980, cuando Rulfo tenía 62 años. Fue el primer paso para ser conocido no sólo como narrador, sino también como un extraordinario artista visual.
La escritora estadounidense Susan Sontag introdujo la novela Pedro Páramo en los círculos literarios y en el mercado cultural de los Estados Unidos.
Gabriel García Márquez comparó la calidad y originalidad de Pedro Páramo con La metamorfosis de Franz Kafka.
Jorge Luis Borges escribió de la obra de Rulfo en su Biblioteca personal: Pedro Páramo es una de las mejores novelas de las literaturas de lengua hispánica, y aún de la literatura.
Jaime Perales Contreras. Escritor, ensayista y comunicador. Trabajó durante doce años en la Organización de Estados Americanos (OEA), en la sede en Washington, D.C., en las áreas de Democracia y Seguridad humanitaria. Entre sus distinciones, ha obtenido la John William Fulbright Scholarship, la beca del Consejo Británico y la del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). De sus libros, se publicó una nueva edición corregida y aumentada de su ensayo biográfico Octavio Paz y su círculo intelectual (Ediciones Coyoacán, 2017), su volumen de relatos se titula El gallo que fingió ser Jorge Luis Borges (Fontamara, 2015) y su último libro de ensayos sobre la relación entre el séptimo arte y la literatura se titula Leer Cine (Fontamara, 2020). Actualmente es profesor de cátedra del Tecnológico de Monterrey en el Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales.
De su libro sobre Octavio Paz, el escritor Mario Vargas Llosa comentó de este como una obra de consulta obligada.
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Posted: November 21, 2024 at 11:23 pm
Desde un principio se sabía que Pedro Páramo no tiene comparación en la literatura mexicana. Para entender la historia debes vivir en contacto con la cultura mexicana o simplemente ser aficionado de la historia universal. Yo leí por primera vez Pedro Páramo cuando tenía 12 años, algunas partes las comprendí y otras no, pero puedo decir con seguridad que fue de las primeras historias que mata con mi vida como lectora y reforzó mi identidad como mexicana. También me ayudó a entender el duelo de la identidad y el duelo de perder a un ser querido.
Es sorprendente que un autor de varios libros especializados sea capaz de escribir tan mal. Sugiero que revisen los textos antes de publicarlos.Este fragmento, por poner un ejemplo, es agramatical: “se intentó darle una estructura lineal a la historia, la cual, como se sabe, uno de los grandes méritos de la novela de Rulfo es la interpolación de tiempos”.