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Barbara Fiore: ha muerto una editora
COLUMN/COLUMNA

Barbara Fiore: ha muerto una editora

Socorro Venegas

¿Qué es una editora? Algunas veces se le concibe como la creadora de una conversación que va a meditar, a mediar, a ordenar, a dirigir. Otras veces es la gran descubridora y desarrolladora de talentos o la del olfato que detectará un best seller. También la apasionada que salta al vacío al apostar por una obra en la que cree, sin saber cómo será recibida por el insondable mercado. Lo cierto es que un libro no lo es hasta el momento en que tiene editora o editor. Alguien que, como sugería Virginia Woolf, trabajará del lado del autor, siempre a favor de su obra.

Bárbara Fiore (1977-2020) es uno de los nombres más entrañables de la edición. De origen italiano, asentó su proyecto en Granada, España. Si la biografía de un editor es su catálogo, entonces veremos que ella fue un espíritu rebelde, que respondía a un instinto absolutamente infrecuente. En los títulos que publicó encontramos belleza y dolor, lo terrible y lo sublime, el prodigio de estar vivo y la proeza de mirar a los ojos a la muerte, estas combinaciones que aun hoy no se esperan en los libros ilustrados para niños.

En una entrevista que concedió junto con Francisco Delgado, su compañero de vida y con quien fundó la editorial a la que puso su propio nombre, dijo: “Como editores no editamos pensando a quien va dirigido el libro, ni queremos agradar a un público predefinido; apostamos por libros que hablan con libertad y sinceridad sobre temas existenciales.”

No editaba libros para niños, sino para lectores, y entre ellos los pequeños resultan los más dispuestos a dejarse encender por un libro que los trate con verdadero respeto. En el luminoso ensayo “La importancia de asustarse”, la poeta Wislawa Szymborska dice: “A los niños les encanta asustarse con los cuentos. Sienten la necesidad natural de vivir grandes emociones”. Esos son los lectores de libros como Pato y la muerte, de Wolf Erlbruch, donde se narra el encuentro entre dos criaturas que antes de que ocurra el desenlace previsible, se conocen. En otros momentos he dicho que me hubiera encantado tener ese libro y leerlo cuando era niña, junto a mi hermano que atravesó por una enfermedad terrible. Él murió, como también le ocurrió al pato de la historia. Sé, porque me lo han contado lectores y mediadores de lectura, que las páginas de la bella edición de Barbara Fiore han llevado consuelo a quienes sufren, a quienes se están yendo y a los que saben que hay que despedirse. A mí me conmueve siempre y vuelvo con frecuencia a sus páginas sencillas, a su misterio desnudo.

Al analizar los cuentos de Andersen, Szymborska escribe que “La figura que con más frecuencia aparece es la muerte, un personaje implacable que penetra en el corazón mismo de la felicidad y arrebata lo mejor, lo más amado. Andersen trataba a los niños con seriedad.” Y a contracorriente de todos esos abundantes textos que procuran evitarle a los chicos el dolor incomprensible de estar aquí.

Fiore también apostó por autores con mundos de una enorme complejidad, que muestran la sutileza y la inteligencia de artistas como Shaun Tan, de quien publicó, entre otros, Emigrantes, un álbum sin palabras, donde las imágenes revelan el mundo asordinado de los que son orillados a dejar su tierra, su casa, su familia, perseguidos por sombras horribles. Como bien lo dice la sinopsis del libro en el catálogo electrónico de la editorial, es una invitación poderosa a ponernos en el lugar de ésos que atraviesan un mundo entero huyendo y buscando. Otros nombres en este catálogo único: Suzy Lee, Carson Ellis, Jimmy Liao (de quien editó un proyecto muy personal: Hermosa soledad, un diario de la enfermedad que mantuvo al gran artista taiwanés confinado un tiempo), o más recientemente a Ji Hyeon Lee. Y sin embargo, el primer título publicado por Barbara Fiore Editora fue de una escritora nicaragüense: El taller de las mariposas, de Gioconda Belli, con ilustraciones de Wolf Erlbruch. Fundada en 2004, es increíble el alma fuerte que esta editorial se ha formado.

Barbara Fiore ha muerto. Hacia el final de este extraño y desafiante 2020, no es fácil encajar el golpe. Hoy en la página de la editorial podemos ver que entre los títulos que recomiendan aparece A propósito de la vida, de Christian Borstlap, sus coloridas y bellas páginas ofrecen una reflexión indispensable en plena pandemia: “la vida de unos está irremediablemente ligada a la vida de otros”.

Ahí mismo, en el sitio electrónico de la editorial, también podemos leer un homenaje a su fundadora, transcribo un fragmento del poema de Laura Devetach que nos dice lo que se pierde con la partida de alguien como Fiore:

Penínsulas enteras
selvas con mareas
un trozo de luna
mueren mil pedazos de universo
con la linda
la de las manos
la de los ojos
que aquí se quedan

 

*La imagen es la portada del libro A propósito de la vida de Christian Borstlap (Bárbara Fiore Editora, 2020)

Socorro Venegas es escritora y editora. Ha publicado el libro de cuentos La memoria donde ardía (Páginas de Espuma, 2019),  las novelas Vestido de novia (Tusquets, 2014) y La noche será negra y blanca (Era, 2009); los libros de cuentos Todas las islas (UABJO, 2003), La muerte más blanca (ICM, 2000) y La risa de las azucenas(Fondo Editorial Tierra Adentro, 1997 y 2002).  Ha recibido el Premio Nacional de Cuento “Benemérito de América”, Premio Nacional de Novela Ópera Prima “Carlos Fuentes”, Premio al Fomento de la Lectura de la Feria del Libro de León.  Es directora general de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM. Su Twitter es @SocorroVenegas

 

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Posted: December 14, 2020 at 11:17 pm

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