Pobres criaturas

Poor Things (Pobres criaturas) es la película protagonizada y producida por Emma Stone y dirigida por Yorgos Lanthimos. La historia es una adaptación de la novela de Alasdair Gray que lleva el mismo nombre. En una de las premiers del NYFF61, el director griego contaba la anécdota de cómo había conocido al autor escocés a quien, hace algunos años había visitado en su natal Glasgow para solicitar su permiso de llevar a la pantalla grande esa historia. Gray, en ese momento un hombre ya de 80 años, a cambio lo llevó a conocer la ciudad en un tour dinámico y amistoso, pero a su regreso, por despedida, le dijo que conocía su trabajo cinematográfico, que pensaba que era un jovencito talentoso y que tenía su permiso para realizar la adaptación. Inmediatamente después se despidió y le cerró la puerta en las narices. Esta anécdota que hizo reír a todo el auditorio, se tradujo en lo que ahora se volvió un filme muy reconocido.

La novela recibió en su momento el Premio Whitbread (1992) , así como el Premio Guardian de Ficción. En ese entonces se habló del libro como una ingeniosa parodia del panteón victoriano en el que el novelista escocés Gray se había dedicado a derribar los dogmas científicos, culturales y sociales que tanto habían consolado los intelectuales de esa época. El tono que el autor escogió para escribirlo era irónico en algunos momentos y en otros tenía pasajes inventados muy al estilo borgiano. De esa manera, el escocés creaba una historia más preocupada por resaltar los absurdos del día a día que cualquier realidad. La historia se desarrollaba en su Glasgow natal y el autor, pretendía publicar las memorias de un médico victoriano, Archibald McCandless, el hijo ilegítimo de un granjero millonario que se había hecho amigo de Godwin Baxter, el hijo de un eminente cirujano. Pronto descubriría que Baxter, después de haber extraído el cerebro del feto de una mujer recientemente ahogada había insertado el cerebro del bebé dentro del cráneo femenino y la había devuelto a la vida. Bella, un prototipo de nueva mujer victoriana y una mujer Frankenstein, se enamoraría de McCandless, pero antes, se fugaría con otro hombre. Sus aventuras en el extranjero eran picarescas; pero a medida que el cerebro de Bella alcanzaba su madurez física, se daba cuenta del sufrimiento y la injusticia que habitaba su alrededor y decidía convertirse en médico en Escocia. Después de muchas aventuras, el autor terminaba la novela con un epílogo que describía el libro como una obra de ficción que “apestaba a victorianismo”. En ese sentido, Gray no sólo había realizado un tour de force estilístico, sino que había filtrado en ese recuento una crítica sorprendente de finales del siglo XIX. El libro resultó ser una brillante combinación de técnica, inteligencia y arte.

La adaptación de Lanthimos al cine, sin embargo, comienza con un ritmo intencionalmente inconexo y forzado pero lleva en sí la cadencia poética que prepara el escenario para una exploración de comedia oscura donde la identidad, el desafío a las convenciones sociales y el feminismo son los temas primordiales. En las primeras escenas vemos a Emma Stone entre cables y descargas eléctricas que tienen como propósito darle vida a ese cuerpo que ha recibido entre otras cosas, un nuevo cerebro de niña. Así nace Bella Baxter, “una persona con defectos a quien le gusta experimentar”. Y es esta sentencia la que pone el tono de lo que será su vida: un desafío a las convenciones desde una mirada fresca e infantil que solo puede hablar y comportarse desde su propia verdad. A diferencia del libro de Gray que acaba por hacer una dura crítica a las costumbres vitorianas, en la película del director, se adaptan esas críticas al siglo XXI donde la audiencia puede reconocerse en ellas a pesar del vestuario y la escenografía del siglo XIX.

Así vemos el paralelismo entre Frankenstein de Mary Shelley y Bella porque ambas creaciones comienzan como experimentos, moldeados por la influencia masculina, por ese afán de crear o volver a la vida, pero gradualmente evolucionan hacia sus propias entidades, buscando independencia y autonomía. Mientras el monstruo de Shelley sigue siendo un símbolo de trágico aislamiento y abandono, Bella emerge como una mujer ferozmente independiente, liberándose de las ataduras de la imposición masculina, pero sobretodo, de las imposiciones de una cultura conservadora cuyo única misión es la de guardar apariencias.La interpretación de Emma Stone de Bella es sobresaliente y es un testimonio de su destreza como actriz. Desde sus movimientos corporales de niña pequeña, casi robóticos hasta los de una mujer adulta con conciencia, Stone elabora meticulosamente la transformación de Bella. A través de su interpretación atribuye a sus gestos, movimientos y diálogo, esa sutil humanidad que pronto la convierte en una mujer culta, deshinibida y responsable de sí misma. La interpretación es extraordinaria, ya lo decía porque captura la complejidad del personaje de Bella, haciendo que sea un placer observar su evolución independientemente de que muchas de las escenas en las que participa son sexualmente muy gráficas.

A pesar de la profundidad y sofisticación de Poor Things, el filme se ha comparado con la de Barbie, de la directora Greta Gerwig. Los críticos estadounidenses, en ocasiones, pueden pasar por alto las complejidades visuales y temáticas de los estrenos y optan por interpretaciones simplistas. El argumento es que ambas películas proponen una visión feminista del mundo. Sin embargo, Poor Things trasciende comparaciones y ofrece una experiencia cinematográfica rica en texturas que desafía las narrativas convencionales de género y poder.

Lanthimos es muy es conocido por su estilo visual y una narrativa atípica que comenzaron desde sus obras pasadas como ha sido el caso de The Lobster o The Favourite entre otras de sus películas. Y es ese estilo el que ha empezado a recoger numerosos reconocimientos que van desde El León de Oro del Festival de Venecia hasta once nominaciones a los Óscares que incluyen mejor película del año, mejor actriz y mejor director entre otros tantos. Hasta el momento tiene acumulados más de doscientas nominaciones — lo que no resulta sorprendente porque la película es un testimonio de la destreza creativa de su director, de su elenco y de su equipo. A través de su innovadora narración y actuaciones, la película invita al público a reflexionar sobre las complejidades de las dinámicas sociales y culturales, la feminidad y la liberación en una sociedad patriarcal.

Pobres criaturas es una película distinta, atrevida y con mucha sustancia….algo tan difícil de encontrar hoy en día en el universo, a veces muy superficial, de Hollywood.

Rose Mary Salum es la fundadora y directora de Literal, Latin American Voices. Es la autora de Donde el río se toca (Sudaquia, 2022), Otras lunas (Libros del sargento, 2022) Tres semillas de granada, ensayos desde el inframundo (Vaso Roto, 2020), Una de ellas (dislocados, 2020). El agua que mece el silencio (Vaso Roto, 2015), Delta de las arenas, cuentos árabes, cuentos judíos (Literal Publishing, 2013) (Versión Kindle) y Entre los espacios (Tierra Firme, 2003), entre otros títulos. Sus obras se han traducido al inglés,  italiano, búlgaro y portugués. Es colaboradora en Hablemos escritoras.  Su Twitter es @rosemarysalum

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Posted: February 23, 2024 at 10:54 pm