Detective Antonio Muñoz Molina, arqueólogo

Museo de sí mismo, el ensayo Rondas del Prado (Abada ediciones, 2022) prueba que la actualidad puede ser inapropiadamente densa, engañosa la verdad, resbaladiza la experiencia. Que el error no consiste en tropezar, sino en insistir, contra toda evidencia, en la fidelidad de nuestras certezas.

Los interminables pasillos de este volumen conducen a cámaras interiores que albergan bienes de pasados siglos, que aprovechan las ideas de los presentes y las disputas de los venideros: “Lo que vemos [sin embargo] no es el catálogo completo, y ni siquiera suficiente, de la herencia del pasado. Es una parte tan solo, un indicio, un mapa arqueológico que delimita la extensión de lo desaparecido, lo perdido, lo malvendido”.

Museo de sí mismo, el ensayo Rondas del Prado (Abada ediciones, 2022) prueba que la actualidad puede ser inapropiadamente densa, engañosa la verdad, resbaladiza la experiencia. Que el error no consiste en tropezar, sino en insistir, contra toda evidencia, en la fidelidad de nuestras certezas. Tal vez por ello, la indeterminación de estos microtratados se adapta a toda una peripecia, la del autor jiennense Antonio Muñoz Molina (1956), inmersa en la resistencia coercitiva de la narración cerrada.

Epopeyas en expansión se desarrollan a lo largo de las décadas en la institución pictórica madrileña, hasta tramar el relato de nuestras vulnerables construcciones: “[Para Zurbarán] el acto mismo de pintar las imágenes podía ser parcialmente milagroso. El trabajo del pintor estaba empapado de devoción”.

Se traspasan los límites del género para abordar los diferentes estilos (románico, gótico, renacimiento, barroco, romanticismo, neoclasicismo). Se trasgreden las fronteras para desarrollar lo que sucede en el interior del o la que mira un cuadro: “El observador se convierte en un detective y también en un arqueólogo. Ha de descubrir por sí solo los signos en los que otros no reparan”.

Las maravillas que el miembro de la Real Academia Española aborda (Tiziano, Rafael, Tintoretto, pero también Van Dick, Jordaens o Bruegel el Viejo) mantienen la erudición en el centro, trufada de una humanidad que todo lo permea: “[El espectador] ha de reconstruir un mundo narrativo y simbólico a partir de informaciones fragmentarias y de cosas en apariencia triviales o del todo incomprensibles”.

Repletos de notas que entrañan el significado del cuadro y lo ubican entre los grandes de la tradición europea, comentarios de admiración sellan a cada creador en un canon personal: “La contemplación puede ser tan íntima, como la de la lectura y el deleite de un libro de horas”.

Al tiempo que se desentrañan los mejores cuadros de Rubens, Goya o el Bosco, se desafía lo políticamente correcto, contra el asombro taxonómico o la pesadilla doctrinal: “El prestigio de la pintura se basa en su capacidad de imitar lo real con tanta perfección que puede engañar a los ojos”.

Refuta el volumen la idea de que, a medida que todo se vuelve global, los argumentos se niegan a transgredir la insularidad. De que, para sentirnos seguros, asumimos suposiciones y actitudes familiares, si no asfixiante…

Refuta el volumen la idea de que, a medida que todo se vuelve global, los argumentos se niegan a transgredir la insularidad. De que, para sentirnos seguros, asumimos suposiciones y actitudes familiares, si no asfixiantes: “En la precisión de lo concreto, de lo tangible, de lo instantáneo”, apostilla Muñoz Molina, “Velázquez está ofreciendo también, un elogio del rigor intelectual y del supremo espejismo de la pintura”.

Nos adentramos en este libro, como en cualquier otra lectura, para descubrir novedades: “Me gusta saber todo lo que sea posible sobre las cosas que me gustan”. En busca de tesoros milagrosos, miramos “Las Lanzas o la Rendición de Breda”, “Las Meninas”, o “Las Hilanderas”, alerta, junto al Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2013, listo para sorprendernos con lo que encontramos, confiado para permitir nuevas ideas, que van desde la salvación personal hasta la visión ampliada de la personalidad. Archivero de un nuevo orden mundial, de esa polifonía de ecos y contrastes que experimenta en viajes a través de una pinacoteca universal.

José de María Romero Barea es profesor, poeta, periodista, narrador y traductor. Twitter: @JdMRomeroBarea

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Posted: January 31, 2023 at 10:46 am