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12 años de esclavitud

12 años de esclavitud

Brianda Pineda Melgarejo

Doce años esclavo
2013
Director: Steve McQueen

     El reciente filme del director británico, Steve McQueen, cuenta la historia de Solomon Northup (Chiwetel Ejiofor), un residente de raza negra de la ciudad de Nueva York que nada pide a la diosa fortuna pues hábiles manos le han sido dadas para invocar la magia de los violines y sus bolsillos ceden al tintineo de las monedas cuyo brillo consiste en ser motivo y equilibrio de una adorable familia. Sin embargo, es bien sabido y temido cómo rueda la fortuna y el circo extranjero ha atraído la mirada artística de Solomon, pero la ardua cacería racial del siglo XIX tiene trampas como ojos las ciudades y la realización del violinista es vedada por los grilletes y cadenas que habrán de asfixiar su libertad durante doce años. Musical preludio, con saltos confusos en el tiempo el film propone el reconocimiento por parte del espectador del personaje: lo que ha sido, lo que la prisión dice que es y el deseo tremulante proyectando un futuro aniquilador del presente mediante la liberación.

     Si algo notable muestra durante dos horas el cinematógrafo es la fortaleza del espíritu que aún en el centro del caos, sin nombre y acechado hasta en el descanso por la sombra del látigo, no renuncia al deseo de encarnar la libertad. Dicho coraje, sumado al recorrido por las plantaciones de algodón en Louisiana, la frondosidad y enigma de los árboles y cielos, la exaltación innegable de un paisaje donde el viento encuentra sus mejores gestos en espacios abiertos como la primera noche. Escenario donde tiene lugar la paradoja si recordamos que entre los campos transitan los hombres reducidos a fantasmas por la esclavitud. El film apuesta por narrar la problemática de la esclavitud desde la perspectiva de la tortura, concepto que nos acerca al placer retorcido de los amos y verdugos así como al dolor de las víctimas reflejado en la cada vez más frágil y perturbada existencia de los personajes.12 años esclavo

     La crudeza, pieza clave en la obra, fija en las pupilas del espectador imágenes espeluznantes.El látigo ha cavado profundas huellas en la espalda de la joven Patsy y vemos salpicar, tras los azotes, la sangre efecto de la crueldad, ante nuestros ojos amenazas, heridas y cicatrices símbolos del horror. Tortura hiperbólica. Si la fotografía fuese una fotografía estaría sobreexpuesta por una luz roja en su intento de otorgar énfasis. Se ha detenido la cámara más de una ocasión creando grandes planos. Solomon, semejante a Don Quijote en el capítulo 44 del insólito libro escrito por Cervantes:

“como sentía lo poco que le faltaba para poner las plantas en la tierra, fatigábase y estirábase cuanto podía por alcanzar al suelo, bien así como los que están en el tormento de la garrucha”

Mientras el absurdo ignorando cómo lucha por su vida es un coro de hijos de esclavos entregándose en el jardín al juego, planos donde la verosimilitud parece tambalearse.

     Pero en aciertos basta mirar a Edwin Epps (Michael Fassbender) quien pese a ser pariente del mismísimo diablo rescata del abismo la armonía del film a través de un humor delirante. Podría a ratos, en su desatino y estridencia, ser motivo risible la música pero es también un guiño de la destreza en sus tonos elegíacos. 12 años de esclavitud, pese a contarnos por medio de la ya tan gastada fórmula basada en hechos reales la suerte que bien podría ser reflejo de los sacrificios y dura corteza iluminada por la esperanza del buen Solomon: el retorno del humillado Ulises recreado en un lacrimógeno encuentro con lo amado y tantos años perdido, sirviéndose de los instrumentos que sostienen una compleja trama y realzan la excepción histórica del esclavo que consigue escapar de esa fosa común que fue el terror y desequilibrio de una época marcada por el desasosiego racial y las jerarquías a favor de la explotación de unos cuantos en Norteamérica. El film pese a su carácter conmovedor, y esta opinión está suspensa al buen entendimiento del espectador, sufre un enrarecimiento en el ambiente del cual le será difícil recuperarse ante las argucias del tiempo pues no consigue escapar de ser un retrato más del horror cuyo atractivo es un marco pulido y dorado por la visión moral del hombre que ha puesto su fe en la justicia y los caminos que ésta tiene para no abandonar a quienes han sabido invocarla.

Colaboración de FILME Magazine para Literal


Posted: March 21, 2014 at 4:00 pm

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